Páginas

domingo, 2 de noviembre de 2025

Y la Oreja se sigue rompiendo


Por sorpresa cogió a todos sus seguidores, la ruptura inesperada del grupo La Oreja de Van Gogh, hace unos años. Si, fue una noticia impactante que sin lugar a dudas conmocionó a sus fans, que para nada esperaban esa noticia. Tras 11 años, 5 álbumes y más de 6 millones de discos, Amaia «plantaba» a La Oreja de Van Gogh y lanzaba su carrera en solitario.

Tras la ruptura nos enteramos de que, aunque no se mostraban en público, la banda tenía grandes diferencias internas, razones para dar este paso y decidir separarse. Según las declaraciones del batería del grupo se puede deducir que ya hace tiempo había problemas en el seno de LODVG: “la situación era insostenible desde hace medio año. Teníamos desavenencias -aclaró el músico- a la hora de componer los discos, aunque Amaia simplemente se limitaba a escribir las letras y los demás componíamos la música. De un tiempo a esta parte ha habido una serie de problemas dentro del grupo que al final han desembocado en que Amaia haya tomado la decisión de abandonar el grupo y emprender su carrera en solitario”. Y es que las letras de la donostiarra hipotecaban, a decir de sus compañeros, con su oscurantismo y melancolía, la línea musical del grupo, que ellos deseaban más pop y desenfadada.

Por su parte Amaia, la solista, emitió un comunicado en la página oficial de grupo donde decía algo que contradecía estas declaraciones: “He escuchado muchas tonterías sobre la relación que tengo con los chicos de LOVG y sólo puedo decir que en estos últimos años he convivido más con ellos que con nadie y que los quiero como a hermanos. Mucho de lo que soy como persona lo he aprendido con ellos.”

Tras las declaraciones y la sorpresa, el resto de los componentes permitieron que corriese la noticia de que Paulina Rubio sería la nueva voz, ya que ellos querían continuar con el grupo que, además, tenía ya a estas alturas muchos compromisos firmados, de gira y de grabación. “La voz en el próximo disco la pondrán nada menos que la "chica dorada" del pop mexicano, Paulina”. Esto es lo que se oía en casi todos los medios de comunicación, que reproducían las declaraciones del convertido en portavoz de lo que quedaba del grupo: el batería.

Afortunadamente para todos los fans de la Oreja, y desgraciadamente para otros suponemos, la noticia de que Paulina seria la nueva vocalista del grupo quedó desmentida en un comunicado de Sony-BMG a través de la página oficial del club de fans: “La chica dorada no sustituirá a Amaia Montero como vocalista de La Oreja de Van Gogh”.

La decisión de la ruptura ha acarreado no solo sorpresa e incomprensión, sino muchas críticas. Muchos fans se sienten traicionados Esta noticia a traído críticas hacia el grupo, puesto que los fans se quejan del tiempo, el cariño y el dinero depositado en La Oreja. Muchos seguidores, incluso, ya poseen en venta anticipada entradas para conciertos ahora, en cierto modo devaluados, por la falta de Amaia Montero, no sabiéndose aun la postura que ante este problema plantearan los productores de esos eventos.

Al parecer, el motivo principal de la ruptura arranca de la mala relación entre Amaia Montero, la vocalista, y Pablo Benegas, el guitarrista, discrepancias de raíz política, de gustos y de comportamientos, que vienen de bastante tiempo atrás y que en la actualidad se habían hecho ya insoportables. De hecho, ya desde principios de 2007, Amaia había tanteado la opinión de la discográfica, recabando apoyo para una hipotética carrera en solitario, que ahora ya no tiene vuelta atrás.

Algunos medios ya se habían hecho eco de esta situación con anterioridad, lo que choóo con el hermetismo de la banda que había intentado que la situación interna no trascendiera. Hasta que el año pasado, en un festival benéfico celebrado en Perú, Amaya mantuvo una gruesa discusión con su grupo, que llevó a que saliera al escenario sin sus compañeros, actuado con la compañía de la banda de Alejandro Sanz. Ahí ya saltaron las alarmas.

Una segunda llamada de auxilio surgió cuando a raíz de la publicación de “guapa” (vaya ironía de título), el País realizó un elaborado reportaje sobre el grupo, que más que analizar este disco, ofrecía una imagen ronca del grupo, muy alejada de la que el público tenía hasta ese instante, dulce e idílica. En la entrevista, titulada ‘Otra ración de Oreja’, el periodista Manuel Cuellar (que tal como está el mercado, habia osado desafiar a un gigante como Sony BMG, manchando la imagen de uno de sus productos estrella), presentaba un grupo dividido en dos mundos, el de una chica bien y ordenada, rodeada de una banda de porreros infantiles, colgados de los videojuegos. Dos mundos de intereses, ideas y gustos, difíciles de casar.


La sesión de fotos había comenzado en el Reina Sofía. Amaya apenas había aguantado, nerviosa ante la imposibilidad de fumar en el interior. Ya en la calle, la solista sacaba nerviosa su reluciente de Louis Vuitton, ante la mirada crítica de sus compañeros. Una negativa de Pablo a sujetarla el bolso, ante un “¿No me puedes ni aguantar el bolso?, había revelado, en dos pasos, la mala leche que flotaba en el ambiente. Puestos ya a fastidiar, y antes de que el fotógrafo saliera de su asombro, Pablo hurgaba más en la herida con una pregunta lacerante, “Ese Vuitton está hecho en Hong Kong, ¿no?”. “Todos mis Vuitton son verdaderos, ¿qué te piensas?”, responde medio ofendida Amaia”. Empezar así una entrevista no sirve nada más que para revelar la insoportable levedad de la convivencia del grupo, una acidez impropia de sus compañeros para con Amaya, y un alarde de señoritismo por parte de ella, innecesario (criado para soportar el bolso, incapacidad para soportar sin fumar, alarde de bolsos y su autenticidad…). Y todo en un minuto.

Fue una entrevista reveladora en la que se dibujaba a una Amaya sofisticada y coqueta, compradora compulsiva que va por libre, fuma en exceso y se encuentra más pendiente de su maquillaje que de sus compañeros. Los otros tan poco salen muy favorecidos en el retrato de marras. Un grupo de niñatos, que gastan el tiempo de los viajes en liar porros y en jugar incesantemente a la PSP, abstraídos de un mundo y de una compañera a la que ignoran. Tal cual.

En un pasaje de la entrevista, Manuel Cuellar llega a dudar de las capacidades musicales de la cantante, ante su falta de capacidad para definir un tema de Police que sirve de música de fondo a la furgoneta en que el grupo se traslada para culminar la sesión de fotos, todo ello mientras “de la parte trasera de la furgoneta llegan efluvios de marihuana… Uno de los tres chicos se está preparando un porrito”.

El resto de la elaboración de esta entrevista revelaba no solo las desavenencias del grupo, sino la discordancia de su imagen real con la que transmiten a sus fans. Amaia estaría aquella mañana más pendiente de las compras que del trabajo, dejando al grupo y a los periodistas varias veces solos por Madrid. Y esos defectos y falta de madurez han erosionado al grupo, que ya no rinde pleitesía a su diva, como cuando eran adolescentes. Pero es que ellos tampoco están para ser sacralizados. Se supone que un músico, escucha música, pues bien, en medio de una charla sobre la evolución de la música, y su posible vuelta a los orígenes del punk, el rock o el pop de los ochenta, apenas saben de qué están hablando, y mucho menos conocen a grupos emergentes, números uno de las listas británicas, como Arctic Monkeys, y eso desespera a Amaia, lo poco al día que están sus compañeros.

Los coqueteos conservadores de Amaia, y la manifiesta radicalidad política de Pablo, son solo añadidos a un problema de incompatibilidad de personalidades, como vemos más profundo.

El grupo había comenzado, solo por afición, en 1996, durante su etapa universitaria en San Sebastián. Ya formado se incorporó Amaia Montero, que fue reclutada tras leer unos carteles colocados por el campus, en los que se pedía una solista para completar la formación, ante la innegable falta de voz de los otros cuatro. Sus primeros pasos fueron poco prometedores, tocaban en los bares de sus amigos. Su destino cambio otras presentarse al V concurso pop rock Ciudad de San Sebastián. No ganaron, pero su maqueta fue oída, y su salto a las emisoras locales les abriría el camino de la fama. Su triunfo en la VI edición les permitiría grabar con Epic/Sony Music en los estudios Ashram de Nacho Cano en Madrid, y con Alejo Stivel como productor. Así nacía "Dile al Sol", su primer disco y su primer gran éxito. De público (más de 150 conciertos en un año) y de critica (premio al mejor artista revelación y el de mejor autor revelación en los premios de la música de 1999). Un año después llegaba su consagración con "El Viaje De Copperpot”, producido en Londres y Paris por Nigel Walker. Después vendría "Lo que te conté mientras te hacías la dormida" (2003), y “Guapa” (2006), un nuevo éxito de ventas en España e Ibero América. Y tras él, el final, “Más guapa”, una celebración de una década de éxitos, dirigido especialmente a sus fieles, que incluía las canciones de “Guapa” y algunas rarezas.

Su composición clásica, la que ahora se rompe ha estado formada por Amaia Montero (voz), Pablo Benegas (guitarra), Álvaro Fuentes (bajo), Xabi San Martín (teclados) y Haritz Garde (batería).

Hoy Amaia vuelve. Y Pablo se va, juzgar vosotros por que el grupo se rompe.


Imgen ElPaís

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Queremos saber tu opinión. Se respetuoso y enriquece a la comunidad