En 1798
acababa de terminar la primera guerra de coalición en Francia y Napoleón era un
joven general de 28 años con una gran ansia de poder y grandes conocimientos de
estrategias de guerra. Se había convertido en el ídolo de las masas francesas
por sus grandes victorias en Italia y le habían acostumbrado a gobernar sin
pedir cuentas a nadie.
Napoleón
quería aún más prestigio. Y se lanzó a la conquista de Egipto como la primera
etapa de un ambicioso plan que consistía en la conquista de India, golpeando
indirectamente a Inglaterra.
Napoleón
partió con sus tropas de Francia el 18 de mayo de 1798, con más de cincuenta
navíos de guerra, 280 barcos para el transporte de tropas y un total de unos
40.000 hombres acompañados de 167 científicos con la misión de inspeccionar los
valores científicos de las zonas conquistadas.
Cuando
Napoleón desembarcó en las costas de Alejandría se encontró con una ciudad de
unos 25.000 habitantes, protegida por una ruinosa muralla y un par de cañones
con muy poca pólvora. Aún así fue una dura batalla pero al final se hicieron
con el poder ofreciendo una libertad pactada y les dio setecientos esclavos
árabes. Al ver su generosidad el resto de los poblados fueron ofreciendo sus
tierras a los franceses, incluso hubo algunos que expulsaron a los dirigentes
mamelucos.
Fue
entonces cuando en El Cairo, el gran muftí, la principal autoridad religiosa
del país, publicó una sentencia en la que llamaba a todos musulmanes a atacar a
los infieles. Así, las aldeas ya no recibieron a los franceses como
libertadores.
El 21 de
julio, los franceses y los mamelucos (esclavos, en su mayoría de origen turco,
procedentes de Asia Central, de las zonas del Mar Negro y más al norte, islamizados
e instruidos militarmente que en sus inicios sirvieron como soldados a las
órdenes de los distintos califas abasidas), se encontraron en Embada, aldea
egipcia situada a unos 130 Km
de El Cairo. Como desde las posiciones francesas se veían las pirámides,
Bonaparte decidió que aquella seria llamada la batalla de las Pirámides. En su
arenga antes de la batalla, dijo: «Soldados, cumplid con vuestro deber; desde
esos monumentos cuarenta siglos de historia os contemplan».
El ejército
mameluco superaba al francés en número, en artillería y en poder naval, pero la
infantería egipcia era mediocre, y la caballería mameluca no era capaz de
romper los cuadros franceses. Murad, un general mameluco, despreciaba a los
invasores y cruzó el Nilo impetuosamente, cargando más allá del alcance de su
propia artillería. Los mamelucos fueron vencidos por el ejército francés en un
par de horas.
Cuando
Napoleón llegó a El Cairo se encontró con una ciudad desordenada y caótica. Por
ello instalo alcantarillado público, mando construir hospitales e incluso puso
una red de alumbrado.
Napoleón
tenía anclada en Abukir parte de su flota naval. El comandante inglés, Horatio
Nelson, movilizado como consecuencia de la acción invasora de Napoleón, buscaba
su flota consciente de que la única manera de vencerla era aislarla en Egipto.
El 1 de
agosto los ingleses consiguieron su objetivo, localizando la flota en la bahía
de Abukir, machacando la flota francesa. Francia perdió en esta batalla once
navíos y dos fragatas, mil setecientas vidas, y más de siete mil hombres que
quedaron prisioneros.
Fue la
derrota naval más aplastante de todo el siglo XVIII. Francia perdió no sólo la
flota, sino también el control del Mediterráneo.
Este hecho
animó a la creación de una coalición europea contra Francia, formada por
Turquía, Nápoles, Prusia y Austria, bloqueando a las tropas francesas en el
interior de Egipto y sin escapatoria. Incluso los británicos llegaron a
destruir una flota de veintiún navíos españoles que acudían al rescate de
Napoleón.
En la
segunda parte de la guerra, sin embargo, Napoleón derrotó al ejército turco,
que había desembarcado en la bahía bajo las órdenes inglesas.
Por fin, en
la última parte de la guerra, el general Abercromby, ayudado por un numeroso y
recompuesto ejército turco, logró obligar a las fuerzas francesas a la
capitulación.
Cuando
consiguió llegar a Francia era 9 de octubre de 1799 y un mes más tarde, el 18
de brumario, era el amo de Francia durante la revolución.
David Robledo Imhof
Estudiante de secundaria, Colégio La Paz , Torrelavega (Cantabria)
Imagen scipion94.blogspot.com
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