Dos de los
impuestos con los que más fondos obtiene el gobierno son el impuesto de la
renta (el principal impuesto directo del país) y el IVA (el principal
indirecto).
En España
hay diferentes impuestos, es decir, una obligación que tienen las personas de dar
al Estado una parte de sus ganancias. Estos impuestos están gestionados unas
veces por el Estado, otras por las Comunidades Autónomas, Ayuntamientos…
El Impuesto
sobre la Renta
de las Personas Físicas, es un impuesto directo porque depende de la capacidad
de cada contribuyente.
El IRPF en
su mayoría es gestionado por el Estado salvo en algunas excepciones por las
Comunidades Autónomas (País Vasco, Navarra…). Todas las personas que trabajan
tienen que aportar parte de su salario, cuanto más ganan más aportan al Estado,
con el fin de cubrir todos los gastos que ocasionan la sanidad, la educación,
las carreteras…
Una vez al
año, todas estas personas entregan un resumen de la suma de sus ingresos,
gastos, ganancias, premios, subvenciones… a la Agencia Tributaria
(Hacienda) que junto con su situación personal (número de hijos, minusvalías…)
les sale una cuota a pagar o a devolver.
A devolver
siempre que la empresa en la que trabajan haya adelantado una parte que le ha
quitado primero de su nómina. Los empresarios o profesionales (autónomos), que
no tienen nómina, también ingresan una parte de lo que ganan (20%) cada tres
meses en Hacienda. Esa cantidad se le resta en la declaración de la Renta anual. El plazo del
IRPF, empieza el día 1 de mayo y termina el 30 de junio de cada año.
Actualmente, con las innovaciones tecnológicas, Hacienda está mandando el IRPF
hecho ya (borrador) a cada contribuyente para que ellos confirmen (den el visto
bueno) o lo modifiquen si hay algún error. Hacienda solo lo hace para declaraciones
muy sencillas. Las complicadas que son en casos de ventas de inmuebles,
acciones o a todos los empresarios se necesita la ayuda de un gestor.
El Impuesto
sobre el Valor añadido. Impuesto Indirecto más importante. Se paga siempre que
se consuma o se compre algo. No depende del dinero o capacidad económica que
tenga el contribuyente.
En cada
producto que compramos o servicio que pedimos hay una parte de IVA que vamos a
pagar. Este no es el mismo en todas las cosas que consumimos. Por ejemplo el pan,
leche, huevos, fruta, (bienes de primera necesidad) tienen un IVA del 4%. El
10% en otros productos y el 21% en términos generales.
Como vemos
existen tres tipos: SUPERREDUCIDO (4%), REDUCIDO (10%) Y GENERAL (21%). Estos
tipos se aplican desde el 1 de septiembre del 2012, antes era del 4, 8 y 18.
Este IVA
que nosotros pagamos por comprar todos los productos, lo ingresan esos
comerciantes, empresarios y profesionales en Hacienda Estatal cada 3 meses, si
son empresas muy grandes los plazos cambian.
Todas las
personas, desde los más pequeños, deberían tener una cultura tributaria y
financiera. Para que el Estado pueda hacer frente a todas las necesidades que
los ciudadanos reclamamos como una buena sanidad, educación, ayuda social para
los necesitados, infraestructuras modernas, instalaciones deportivas,
subvenciones, ayuda para la tercera edad, futuras pensiones para jubilados… es
necesario concienciarnos de que hay que pagar impuestos. Para ello se debe de
pedir factura siempre y luchar contra aquellos que tratan de evadir impuestos,
eso es malo para todos. En países europeos donde el fraude fiscal es menor, as
servicios estatales son mucho mayores.
Carmen
Pérez
Estudiante
de secundaria, Colegio La Paz ,
Torrelavega (Cantabria)
Imagen
www.ccpaqp.org.pe
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