El día
internacional de la mujer se nos ha mezclado este año con las noticias de
mujeres magrebies o de este origen que entregan su vida a los hombres de la
yihad, como si decidieran anularse.
En estos
países de Oriente Medio y Norte de África son habituales las leyes que no
protegen la igualdad y que relegan a la mujer a una posición de inferioridad.
Las revoluciones que comenzaron en 2011 han permitido que se rompa una barrera
del miedo que ha incentivado a que muchas más mujeres que antes denuncien,
protesten y hablen sobre las discriminaciones sufridas en sus países. En este
sentido, hay ejemplos concretos de periodistas y blogueras de diferentes países
que escriben en la red sus opiniones en forma de llamada a otras mujeres para
que también se opongan a la desigualdad que sufren. Tanto en las sociedades
africanas tradicionales, como en las sociedades urbanas, predominan, como en
los otros cuatro continentes, las sociedades en las que la situación social de
la mujer es inferior a la del hombre en muchos aspectos de su vida familiar,
cultural, política… La escolarización femenina es mucho menor que la masculina.
En muchos casos, la elección de compañero matrimonial está supeditado al visto
bueno de la familia, que mira más los intereses familiares que los de la futura
esposa. Una vez casada, no tiene voz ni voto en los asuntos familiares e,
incluso, no se cuenta con ella en el caso de que el marido vaya a tomar una
nueva esposa. En los nucleos urbanos, por su escasa capacitación para encontrar
trabajo y ante la ausencia de oferta de empleo, muchas mujeres recurren a la
prostitución como medio para tener una independencia económica al margen de la
familia. La discriminación legal es habitual. En muchas sociedades, le está
negado a la mujer el derecho a iniciar un proceso de divorcio matrimonial; la
actividad pública es algo generalmente reservado a los hombres; las normas morales
suelen ser más rígidas para las mujeres que para los hombres; la brujería, uno
de los delitos más graves en las sociedades tradicionales, ha sido causa de
acusación para muchas más mujeres que hombres. Son pocas las áreas en las que
la mujer tiene un reconocimiento mayor que el hombre.
Las mujeres
de esta región tienen una escasa representación en altos cargos del mundo de la
política y del sector privado, y en las magistraturas de algunos países están
"totalmente ausentes",sufren "discriminación por motivo de
sexo" en las leyes que regulan el matrimonio, el divorcio, la custodia de
los hijos, la herencia y otros aspectos de la vida familiar. "Las leyes de
la mayor parte de la región establecen que el marido es el cabeza de familia,
otorgan al marido el poder sobre el derecho de su mujer a trabajar y en algunos
casos exigen específicamente a la esposa que obedezca a su marido".
Además,
siguen siendo discriminadas en numerosos ámbitos de su vida, por ejemplo:
En Yemen,
las mujeres carecen de libertad para casarse con quien deseen, y algunas son
obligadas a contraer matrimonio cuando son menores de edad, a veces con tan
solo ocho años.
En Arabia
Saudí las mujeres no poder viajar, tener trabajos remunerados, recibir
educación superior ni casarse sin el permiso de un tutor varón. Tampoco pueden
conducir, aunque tengan permisos internacional con los que sí pueden hacerlo en
en otros países.
En Egipto
se practica la mutilación genital femenina y está prohibido el aborto, incluso
en el caso de mujeres y niñas sobrevivientes de violación e incesto, o de
embarazos que entrañan grave riesgo para la salud. Su representación en el
Parlamento es incluso menor ahora que cuando Hosni Mubarak presidía el país.
Rocío
Caballero
Estudiante
de secundaria, Colegio La Paz ,
Torrelavega (Cantabria)
nuestromundomisterioso.blogspot.com
www.caducahoy.com
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