domingo, 7 de junio de 2015

La primera cruzada



Las Cruzadas fueron una sucesión de campañas militares, promulgadas por el papado, que se emprendieron durante la Edad Media desde el Occidente Cristiano contra los musulmanes para recuperar la Tierra Santa.
Las Cruzadas comenzaron en el año 1095 y terminaron alrededor de 1270. Reciben este nombre debido a la cruz hecha de tela y usada como insignia en la ropa exterior de los que tomaron parte en estas iniciativas. Estas campañas militares están caracterizadas por las indulgencias espirituales y los beneficios otorgados a los combatientes.


En esta época no había lugar más sagrado para los cristianos que Jerusalén, ya que fue allí donde Jesús pasó gran parte de su vida y era cercano a Belén, donde nació. Muchos la llamaban “Ciudad de Dios”. Por otra parte, fue también importante para los musulmanes, ya que ahí se encontraba La Mezquita de la Roca, uno de los lugares más sagrados de la religión islámica. Por lo tanto, los cristianos luchaban para recuperar la Tierra Santa mientras los musulmanes luchaban por mantenerla.
La Primera Cruzada fue promulgada por el Papa Urbano II en el Concilio de Clermont en el año 1095 debido a la conquista de Jerusalén por parte de los turcos. También tenía el objetivo de ayudar a los cristianos ortodoxos orientales. Los Papas vieron las Cruzadas como un instrumento de ensamblaje espiritual que superase las tensiones entre Roma y Constantinopla, que además elevaría su prestigio en la lucha contra los emperadores germanos, afianzando su poder sobre los poderes laicos. También como un medio de desviar la guerra endémica entre los señores cristianos hacia una causa justa que pudiera ser común a todos ellos, la lucha contra el infiel.
Fue un hito en la mentalidad y las relaciones de los cristianos occidentales, cristianos orientales y musulmanes. Fue el comienzo de la expansión de occidente que, junto con la reconquista de la Península Ibérica, daría como resultado la aventura de los descubrimientos geográficos y el imperialismo occidental.




Esta Cruzada se divide en dos fases:

La primera fue la Cruzada Popular. La predicación de Urbano II puso en marcha a un gran grupo de gente humilde, guiados por Pedro de Amiens, conocido como “el Ermitaño “y algunos caballeros franceses. Este grupo formó la llamada Cruzada Popular. De forma desorganizada se dirigieron hacia Oriente, provocando numerosas muertes de judíos a su paso. En marzo del año 1096 los ejércitos del rey Colomán de Hungría repelerían a los caballeros franceses de Valter Gauthier, quienes entraron en territorio húngaro causando robos y matanzas en las cercanías de la ciudad de Zimony. Más tarde, entraría el ejército de Pedro El Ermitaño, quien sería escoltado por las fuerzas húngaras de Colomán. Sin embargo, después de que los cruzados del Ermitaño atacasen a los soldados escoltas y matasen a cerca de 4000 húngaros, los ejércitos del rey Colomán mantendrían una actitud enemiga contra los cruzados que atravesaban el reino vía Bizancio.
A pesar del caos surgido, Colomán permitió la entrada a los ejércitos cruzados, a quienes finalmente también tuvo que enfrentarse y vencer, que al igual que los otros grupos causaron un increíble número de asesinatos.
Después, los húngaros detendrían a las fuerzas del conde Emiko. Colomán inmediatamente prohibió la estancia en Hungría de Emiko y se vio obligado a enfrentarse al asedio del conde germánico a la ciudad de Moson, lugar en el que se hallaba el rey húngaro. Las fuerzas de Colomán defendieron  la ciudad y, rompiendo el sitio, lograron dispersar las fuerzas cruzadas del sitiador.
No mucho más tarde, el rey húngaro obligó a Godofredo de Bouillón a firmar un tratado, en el que  los cruzados se comprometían a pasar por el territorio húngaro de manera pacífica. Después de esto, las fuerzas seguirían fuera del territorio húngaro escoltadas por las tropas de Colomán y se dirigirían hacia Constantinopla. A su llegada a Bizancio, el Basileus se dio prisa para enviarlos al otro lado del Bósforo. Despreocupadamente se asentaron en territorio turco, donde fueron aniquilados con facilidad.

La segunda fue la Cruzada de los Príncipes. Esta Cruzada fue mucho más organizada, se componía de caballeros feudales y fue dirigida por segundones de la nobleza, como Godofredo de Bouillón, Raimundo de Tolosa y Bohemundo de Tarento.
Los cuatro ejércitos principales cruzados dejaron Europa en el año 1906.
Durante su etapa en Constantinopla, juraron devolver al Imperio Bizantino los territorios que habían perdido frente a los turcos.
Desde Bizancio se dirigieron a Siria, pasando por Selyúcida, donde consiguieron numerosas y sorprendentes victorias. Ya en Siria y tras un asedio de siete meses, conquistaron Antioquía, y en lugar de devolverla al Imperio Bizantino crearon el Principado de Antioquía.
Desde ahí pusieron camino hacia Jerusalén, conquistando plazas por el camino y esquivando otras. En junio de 1099, se asentaron en la capital, que el 15 de julio de 1099, fue conquistada por los cruzados. Esta conquista fue una completa masacre, no respetaron ni a niños ni a mujeres, ni a judíos ni a musulmanes.
Con la conquista de Jerusalén se dio por terminada la Primera Cruzada, la única con éxito y muchos cruzados volvieron a sus respectivos países, mientras el resto se quedó para consolidar la posesión de los territorios conquistados.




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