Según los
datos recogidos a través de las muestras de hielo, los anillos de los árboles,
etc., podemos saber que las temperaturas fueron cálidas en el Medievo, se
enfriaron durante los siglos XVII, XVIII Y XIX y más tarde se volvieron a
calentar con rapidez.
Estos
estudios también indican que no ha habido ninguna época en la que se hayan
superado las temperaturas medias actuales, lo que significa que este gran
aumento de la temperatura es muy peligroso.
Su
principal causa es el efecto invernadero. Este por si solo no es el causante
del calentamiento global, ya que sin él las temperaturas medias serían de unos 30ºC , los océanos se
congelarían y la vida sería muy distinta. Consiste en que la luz solar es
reflejada en la superficie terrestre, donde es absorbida y después vuelve a la
atmósfera en forma de calor. Allí, los gases de invernadero retienen parte de
ese calor, y el resto se escapa al espacio. Cuanto más gases, más calor es
retenido; lo que provoca más cambios climáticos. Pero, ¿por qué se iba a aumentar
la producción de los gases invernaderos? La respuesta es muy sencilla: Los
seres humanos. Nosotros somos los causantes del calentamiento global, ya que
producimos muchos gases invernaderos, deforestamos, quemamos combustibles
fósiles y urbanizamos en cantidades abismales.
El 98% de
los científicos afirma que el calentamiento global es causa de la actividad
humana. En muchos casos no nos damos cuenta del daño que estamos causando, pues
solo intentamos potenciar una vida más fácil y moderna.
Aunque, por
otra parte, las causas podrían ser naturales: variaciones en la energía que
recibe el Sol, erupciones volcánicas, circulación oceánica, procesos
biológicos, etc.
La
principal consecuencia, sin duda, es el cambio climático. Ya que, si revisamos
el gráfico de las temperaturas de la superficie terrestre de los últimos 100
años, se puede observar que hay un aumento de aproximadamente 0.8ºC, y además,
la mayor parte de este aumento ha sucedido en los últimos 30 años.
El aumento
de la temperatura afectará sobretodo en los polos, en especial en el Ártico y
se observará un retroceso de los glaciares, hielos permanentes y hielo en los
mares. Y no solo eso, este fuerte cambio provocará la extinción de especies, se
estima que más de un millón de especies podrían estar destinadas a la extinción
para el año 2050.
Lo peor de
esta variación en la temperatura es que si se aumentan más de 4ºC grados, en muchas partes
del mundo ya los sistemas naturales no podrán abastecer a la población.
También se
aumentan los niveles del mar, lo que hace que muchas islas y pantanos
desaparezcan, además de que habrá inundaciones de las ciudades costeras.
Existen
cambios en la cantidad de precipitaciones, así como otros cambios en el clima
más extremos: sequías, olas de calor, huracanes, etc. Lo que da lugar a más
muertes.
Los
desiertos se expanden, ya que desaparecerán más árboles y todo será un terreno
más llano, similar al de los desiertos. Además, existe un aumento de las
enfermedades provenientes de los insectos, generada porque la población es más
vulnerable debido al calor.
Lo
principal para hacer que este calentamiento global desaparezca es reducir tu
huella de carbono, es decir, reducir tu uso de energía.
Poner
límites a la contaminación de gases invernadero, invertir en empleos verdes y
energía limpia, manufacturar y conducir automóviles más inteligentes, construir
y modificar edificios y viviendas más verdes y eficientes y, por consiguiente,
construir mejores comunidades y redes de transporte.
Sin
embargo, hay mucha gente que quiere ayudar y no puede siguiendo estos pasos,
por eso, también hay consejos para hacer día a día en los que si todos ponemos
algo de nuestra parte podremos conseguir nuestro objetivo. Que son:
Usar focos
ahorradores de energía, además de comprar electrodomésticos con la
certificación Energy Star. Esto reduciría nuestro consumo de energía y lo
podríamos sustituir por otras energías renovables como la solar.
Usar
transporte público, en lugar del coche todos los días. Para emitir menos CO2 a
la atmósfera. Otra forma de reducir el CO2 en la atmósfera sería mejorando los
aislantes en las ventanas, para que este calor no se escape.
Comprar
productos sin empaquetar o con un paquete reciclable y aprovechar más el papel
reciclado. Y reducir el consumo de agua, que gasta mucha energía.
Sembrar
árboles alrededor de la casa para reducir el uso de acondicionadores de aire,
ya que un solo árbol consume una tonelada de CO2 en toda su vida. Además, si
apagas los dispositivos electrónicos, evitarás que se desprenda mucho CO2.
No
trasladar animales de su entorno, ya que pueden ser especies invasoras y dañar
el ecosistema en las que se las ha trasladado.
Y, para
finalizar, crear conciencia en otros para que ayuden a reducir el impacto del
calentamiento global. Sin embargo, crear conciencia y hacer que todos los
países colaboren no es una tarea tan fácil. Ya se han creado acuerdos para que
todos los países reduzcan su contaminación, como por ejemplo el acuerdo de
Kyoto: Consiste en reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero,
en al menos un 5% entre el 2008 y el 2012. Su único punto débil son los países
industrializados, como EE.UU., a los que les cuesta cumplir estos acuerdos dado
que es el mayor emisor de gases contaminantes y que indican que es injusto
hacer cumplir este acuerdo solo a países industrializados, ya que les
perjudicaría económicamente; al igual que Canadá, que abandono el proyecto por
no pagar las multas por su incumplimiento. Otros, como España, no van a poder
cumplir con lo acordado.
En
conclusión, sabiendo qué es lo que causa el calentamiento global y como nos
afecta, todos deberíamos poner algo de nuestra parte y ayudar a salvar nuestro
planeta. Aunque sepamos, que no sea tarea fácil.
Isabel
Casado
Estudiante de
bachillerato, Colegio la Paz ,
Torrelavega (Cantabria)
Imagen La Vanguardia
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