lunes, 13 de enero de 2025

El WRC en los 80 y 90


El mundo de los rallys se puede decir que es, si no la más, emocionante de las pruebas del motor. Los equipos están sometidos a las pruebas más duras y exigentes de las distintas modalidades de estas pruebas automovilísticas ya que por ejemplo solo en este deporte se disputan puntos en las distintas superficies: asfalto, grava, nieve , hielo , arena , barro…

También es muy exigente el Campeonato Mundial de Rallys porque se corre en todo tipo de condiciones climáticas y altitudes a las que se tienen que habituar los equipos. Solo los equipos más completos y con la mejor tecnología consiguen las victorias, aunque a veces la suerte también juega su baza.

La década de los 80 es considerada como una de las mejores épocas para el mundo de los rallys, aunque la época dorada de los rallys sin duda alguna fue del 82 al 86, con el llamado GRUPO B.  

            Esta categoría permitió a los fabricantes desarrollar vehículos con muy pocas limitaciones. Al decir esto, nos referimos a lo referente a potencia y diseño de los coches, dando lugar a carrozados extremadamente potente y veloces. Fue la época más peligrosa y emocionante ya que se permitió a los vehículos características como la tracción integral y motores turboalimentados que conseguían superar los 500 caballos y esto les daba un rendimiento nunca visto hasta la fecha en todo tipo de superficies.

La competencia entre las diferente marcas como Audi, Lancia, Peugeot y Ford dio paso a grandes innovaciones. La tracción a las cuatro ruedas desarrollada por Audi con el Quattro revolucionó la categoría y se convirtió en el estándar de la categoría.

El uso de la turbo alimentación y los compresores hicieron posible mejorar la velocidad y la aceleración de los vehículos en condiciones extremas.  

            Entre los vehículos más icónicos de esta era del automovilismo están el Audi Quattro, que fue el pionero en la tracción total en el mundo del rally, el Lancia 037, el Lancia Delta S4, el Peugeot 205 T16 o el Ford RS200. Todos ellos eran auténticas máquinas en las pruebas. Eran increíblemente rápidos, pero también muy difíciles de controlar, lo que aumentaba la peligrosidad de las competiciones. 

            Los pilotos de esta época han pasado a la historia como legendarios. Algunos de ellos son Ari Vatanen, Juha Kankkunen, Walter Röhrl, Hannu Mikkola o Stig Blomqvist.

Debemos hacer mención especial a la primera mujer capaz de ganar una prueba del mundial con su Audi Quattro, la gran Michéle Mouton. 

            El grupo B también tuvo su cara amarga: Los graves accidentes.

Éstos fueron provocados por varios factores: La gran potencia de los coches y la euforia que se vivía en esa época a nivel público, ya que los aficionados eran muy numerosos y constantemente la calzada estaba invadida por el numeroso público que se amontonaba en la calzada, dejando en muchas ocasiones, el sitio justo para pasar el coche, algo peligrosísimo que acabó pasando factura. En 1986 hubo varios accidentes fatales, entre ellos el de Henri Toivonen y su copiloto Sergio Cresto en el rally de Córcega con su Lancia Delta S4. Su coche se salió en una curva, cayó por un barranco y explotó. Ambos murieron al instante. Nunca se pudo determinar las circunstancias exactas del accidente ya que en esa zona no había testigos ni cámaras. Este accidente causó mucha conmoción ya que días antes, el piloto había expresado que “el coche era demasiado rápido para ese tipo de rutas”.

Otro accidente fue el de Joaquim Santos en Portugal, donde perdió el control de su Ford RS200 y embistió a multitud de espectadores que estaban muy cerca del trazado del tramo. Se saldó este accidente con tres muertos y más de treinta heridos.

Este accidente hizo más visible aún la falta de control del público que dificultaba sobremanera el paso de los coches.

Tras este accidente, Audi y Ford se retiraron del rally en señal de protesta por las condiciones de seguridad y de esta manera aumentaron la presiòn sobre la FIA, que, hasta entonces, miraba para otro lado a favor del espectáculo pero dando la espalda a la seguridad.

 

            Estos accidentes, junto con otros de menor gravedad, llevaron a la FIA a actuar. De esta manera, en mayo de 1986 se tomó la drástica decisión de prohibir el Grupo B para la temporada siguiente. Así, el Grupo B fue sustituído en 1987 por el Grupo A, que sí imponía límites de potencia y exigía que los vehículos estuvieran más cerca de los modelos de producción de las diferentes marcas.

La FIA también mejoró las medidas de seguridad tanto para pilotos como para espectadores. 

            El Grupo B es recordado con admiración, pero también con tristeza ya que los coches eran muy innovadores en velocidad y prestaciones pero no fueron diseñados con la seguridad que requería esa potencia en esas rutas y con esa afición multitudinaria en las cunetas.

Aún así, esta categoría ha pasado a la historia tanto por los coches de culto como por las hazañas de los pilotos de esos años dorados cuyas hazañas serán recordadas en la historia del mundo de los rallys. 

            El Grupo A que le siguió desde 1987 se caracterizó por mayor seguridad de los coches y de público. Uno de los requisitos para hacer un coche de carreras que pudiese competir era que debía haber al menos 5000 unidades ya fabricadas para poder crear uno para correr en las diferentes pruebas del mundial. La potencia de los coches se limitó a 300 caballos, se obligó a llevar chasis reforzados con estructuras diseñadas para proteger a los pilotos y copilotos.

Respecto al público, se limitaron las zonas habilitadas para ellos, determinando zonas de prohibido público, evitando así zonas muy peligrosas. 

            Los coches más icónicos del Grupo A fueron el Lancia Delta Integrale, El Toyoya Cleica GT-Four que tantos éxitos le dio a Carlos Sainz, el Subaru Impreza 555 de Colin McRae o el Mitsubishi Lancer Evolution de Tommi Mäkinen. 

            En resumen, esta época de la década de los 80 es sinónimo de velocidad, riesgo e innovación, marcando un antes y un después en este deporte. 

 

 

 

 

Bibliografía:

* Wikipedia

*Motorpressdigital.com

*Marca.com

*Rallytheworld.com

*Diariodelosclasicos.com

*Peugeot, la marca del león. Andre Costa y Jean Claude Francolon. Les editions Ronald Hirle. 1997

 

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