Es un campeonato atípico y un deporte que se abre paso a zancadas, volar más rápido, más lejos y más alto, pero sobre un papel.
La innovación no suele venir de crear algo que no existía, sino de mejorar algo que ya estaba ahí y Red Bull , la famosa compañía de bebida, ha sabido innovar creando un concurso que ha despertado en miles de personas el niño que llevaban dentro. Hablamos del “Paper Wings” un concurso que sigue al pie de la letra la filosofía de la compañía del toro, “Red Bull te da alas”, aunque en este caso la compañía ha querido que sean los participantes quienes lo hagan.
Paper Wings es una competición de aviones de papel en la que los concursantes compiten construyendo aviones de papel que compitan por conseguir la mayos distancia de vuelo, la mayor permanencia en el aire y la mejor acrobacia. La puntuación combinada de las tres pruebas determina el campeón.
Los aviones de papel con los que se compite son examinados meticulosamente por un jurado, que comprueba que el avión se dobla justo antes de la competición. El avión debe de tener un peso específico, y ser de un material muy determinado y no puede haber sido modificado de ninguna manera, ni cortado ni pegado, solo doblado, salvo en la categoría de acrobacias.
Este año la final mundial, en la que participan ochenta países ha tenido lugar este fin de semana (8 y 9 de mayo) en Austria.
España ha estado representada por Javier Gutiérrez un estudiante de ingeniería mecánica, nacido en Maliaño y que estudia en la Universidad de Cantabria, que en marzo de este año fue la anfitriona del evento regional. Junto a Javier, campeón en distancia y tiempo de vuelo, se ha calificado Luís Arteche, alumno de magisterio, también de la Universidad cántabra
Javier lanzó su primer avión de papel con cuatro años, y fue su propio hermano mayor quien le enseñó, y cuyas lecciones a día de hoy le llevan muy lejos, concretamente al hangar 7 que posee el dueño de Red Bull en el aeropuerto de Salzburgo, un complejo cultural y tecnológico dedicado a la aviación y el arte que es el sueño de cualquier amante de la aventura.
Aunque la verdad es que su llegada a la final del concurso ha sido casual, fruto de la insistencia de uno de sus compañeros de facultad, el torrelaveguense Luís Abarca que inscribió a todos sus amigos y les impulsó a asumir este desafío.
Desde la llegada de los representantes de Red Bull se ha creado una gran afición entre los universitarios que se reúnen varias veces a la semana en el pabellón de deportes del campus de Las Llamas para entrenar y repetir la fiesta de aquel día, bebida energética, música, risas y mucho papel.
Con los 37,88 metros de distancia que alcanzó su avión y los 9,75 segundos de planeo (la mejor marca que se ha logrado en España), Javier batió a los campeones de las fases de Almeria y Extremadura, asumiendo la responsabilidad de representar al país. Para el cántabro, el secreto no tiene nada que ver con la aplicación de complejos conceptos aerodinámicos, si no con la experiencia, la práctica y dedicar tiempo a doblar y romper aviones.
En una entrevista en el aeropuerto de Parayas, Javier nos reconocía la diferencia que le separa de los favoritos mundiales, sin embargo, las reglas de cada país pueden cambiar, ya que el sistema de medida no es exacto y puede no valorarse de igual manera en un país que en otro, por lo que ser valorados bajo un mismo baremo, lo que le daba esperanzas de alcanzar el medallero.
Puestos en contacto con los representantes de la compañía austriaca en España, nos explicaban que el objetivo es proporcionar a cualquier ciudadano una experiencia única en su vida, aunque todo indica que el campeonato es una sofisticada campaña de marketing y parte de un programa para la captación de talento y nuevas ideas.
Lo que es cierto es que la expectación no ha defraudado. El mítico hangar 7 de la capital austriaca se ha quedado pequeño estos días en la cuarta edición del campeonato (que desde 2006 se celebra cada 3 años).
Después de una criba que ha dejado en la cuneta a más de 46.000 candidatos, el bulgaro Veselin Ivanov es el nuevo campeón, con un lanzamiento de 53.22m por delante de Jovica Kozlica de Croacia y la japonesa Yuki Kajiya, que logró tercero gracias a un diseño único de su avión.
La categoría de las acrobacias aéreas era igualmente estrecha con el ganador, libanés Avedis Tchamitchian, aparentemente desafiando las leyes de la física al aterrizar un máximo de 50 puntos.
La final más tensa fue en la categoría de más tiempo en el aire, en la que ganó, en una apretadísima final el armenio Karen Hambardzumyan.
Ya sabemos que la imaginación y la creatividad te hacen volar, pero esta vez, Red Bull lo patrocina; y miles de personas en el mundo han decidido darle una oportunidad a este considerado “deporte” que empieza a hacerse eco y a cobrar importancia. Y es que Red Bull te da alas, pero esta vez, de papel.
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