El
periodista Roberto Brasero se ha convertido en una de los mayores divulgadores
de la meteorología y el clima, desde su espacio en Antena3 y su ya famosa
cuenta de Twitter.
Torrelavega
siempre ha sido una ciudad que ha llevado consigo el lastre de la contaminación
industrial a pesar de los innumerables
esfuerzos que han realizado los diferentes gobiernos para solucionar el
problema. Una de las muchas iniciativas llevadas a cabo para corregir esta situación,
ha sido la creación del CIMA (Centro de Investigación del Medio Ambiente), un
organismo autónomo del gobierno de Cantabria. En una de las charlas organizadas
en Torrelavega, nos encontramos con el presentador Roberto Brasero.
Su carta de
presentación es bastante llamativo: periodista, bloguero, tertuliano y
monologuísta. Atributos sorprendentes para una persona de aire tímido y amable
que se define a sí mismo como un simple narrador, un informador que trata de
difundir la conciencia ambiental y la información divirtiéndose.
Lleva 15
años dedicándose al periodismo, periodo que puede parecer largo, pero que
resulta bastante corto para tener comprender los complejos mecanismos de
nuestra atmósfera y detectar evidencias de un cambio climático, que por otra
parte, dice, se intuye. Con su simpatía natural reúne diariamente a millones de
espectadores cada día que quieren conocer de una manera sencilla y amena el
parte meteorológico.
En ese afán
por contar, Brasero comenzó ya hace tiempo explotando las posibilidades que le
ofrecían las nuevas tecnologías y ha ido evolucionando con ellas en su forma de
contar.
“Hay que popularizar
el mundo de la meteorología, porque es un mundo apasionante que la gente debe
descubrir para tener desarrollar así esa pasión necesaria para implicarse en la
defensa del medio ambiente. El como traslademos ese interés y esa pasión a la
ciudadania no deja de ser anecdótico. Podemos estar ahora en la radio, en la
tele, podemos aprovechar internet a través de un blog, o el twitter”.
Antes
recurria más al blog, pero ahora me falta tiempo. Al principio use mucho las
quedadas, los videoencuentros, pero es más ágil el encuentro diario en twitter
que desarrollo ahora, eso me permite una conexión directa y una difusión muy
grande”.
“Con 96 mil
seguidores podemos relacionarnos con el espectador, difundir y recibir datos
instantáneamente, y eso último es una de las grandes aportaciones de las redes,
la difusión de ideas, y la extensión del compromiso medio ambiental”.
Popularizar
cualquier aspecto de la vida siempre tiene un riesgo, mercantilizarlo y rebajar
la ciencia a la categoría de entretenimiento, pero Roberto Brasero lo tiene
claro.
“Más que un
negocio detrás de la información meteorológica, que tanto interés despierta
últimamente, se encuentra que la economía global está afectada por el hecho
climático y eso desata su interés”.
Para
Brasero no solo nos encontramos ante un cambio de actitud social por el tiempo,
si no ante un cambio tecnológico que influye en muchos aspectos. “ La tecnología
ha influido mucho en el intercambio de las observaciones meteorológicas, en la
capacidad de predicción colaborativa, en los medios para comprender y observar
datos hasta ahora casi imperceptibles (como las radio sondas, los barcos
meteorológicos que recaban datos en mitad del océano o los satélites) y en el
empoderamiento que da al ciudadano que puede ser ahora protagonista de la
comprensión y la acción sobre el medio”.
Dado ese paso de interés, Brasero piensa que los medios especializados en esta
información si pueden colaborar en tres retos importantes. “Que la gente
comprenda las señales que la naturaleza nos da sobre nuestra influencia
negativa en ella, que sepa reaccionar ante una situación ambiental crítica y
que sepa reconstruir y restablecer el medio tras esa situación crítica (un
incendio, una inundación, un terremoto), exigiendo con conocimiento a los
responsables de la política ambiental”.
Es un tema
al que el periodista da mucha importancia, este de la formación de una
conciencia científica y una acción fundamentada de la sociedad. Un tema en el
que conversamos entorno al río Ebro y sus recientes inundaciones.
“Yo no
estoy de acuerdo en que se desborde el río porque haya residuos y haya que
dragarlo y limpiarlo. Los ríos tienen una función medioambiental muy
importante, entre ellos la del transporte de material aguas abajo que al final
acaban formando el delta del Ebro en este caso. Si el Ebro no se desbordara y no
transportase residuos no habría delta. Y eso nos obliga a un reflexión madura
sobre el problema y científica, no impulsiva. Pero nosotros solo podemos tocar
la campana cuando hay un incendio, otros deben llamar a los bomberos”.
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