Pablo Vázquez, Diego Gutiérrez
Todos conocemos y recordamos el discurso pronunciado por Martin Luther King el 28 de Agosto de 1963 en el Lincoln Memorial (Washington DC), aquel discurso que comenzaba con el inolvidable “I have a dream”. Probablemente ese sueño se ha hecho realidad precisamente ahora, 45 años después cuando Barack Hussein Obama ha conquistado la Casa Blanca como el nuevo presidente de Estados Unidos.
Merece pues la pena que conozcamos su biografía, la biografía del primer presidente afroamericano que dirigirá los Estados Unidos, un país donde tan solo hace 150 años era legal tener esclavos negros.
Barack Hussein Obama Jr. nació el 4 de agosto de 1961 en Honolulu, Hawai. Su padre era africano, en concreto de Kenia y su madre americana de Kansas. Cuando Barack tenía dos años, su padre les abandonó para irse a estudiar Economía en Harvard. Posteriormente, se fue a Kenia para trabajar para el gobierno del país africano y Obama sólo volvería a ver a su padre en una ocasión.
Cuando Barack tenía unos 6 años, su madre se casó de nuevo, con un indonesio dedicado a negocios petrolíferos, y se fueron a vivir a Yakarta. A los 10 años, Obama volvió a Honolulu a vivir con sus abuelos donde permaneció hasta los 19 años para después marcharse a la Universidad de Columbia, en Nueva York a estudiar Ciencias Políticas. A la vez que llevaba a cabo sus estudios, Barack Obama realizó trabajos para la comunidad, en concreto al servicio de una coalición de iglesias locales del South Side de la ciudad, la zona afroamericana más pobre. Después de realizar estos trabajos durante tres años, Obama llegó a la conclusión de que para llevar a cabo una auténtica mejora a estas comunidades deprimidas era necesario actuar en un estrato más alto, esto era en el ámbito legal y político. En consecuencia, se matriculó en la Facultad de Derecho de Harvard. Finalizó estos estudios con éxito graduándose “cum laude”. Allí consiguió el primer hito en su carrera: ser el primer afroamericano en presidir la prestigiosa revista de derecho ‘Harvard Law Review’. Con una carrera brillante, no le faltaron las ofertas de los mejores bufetes de abogados del país, pero Obama prefirió dar clases de Derecho Constitucional en Harvard y dedicarse a pelear por la defensa de los derechos civiles.
En cuanto a su trayectoria política, que no abarca más de 10 años, comenzó siendo elegido diputado federal por un distrito de Illinois, Chicago, donde era el líder sobre todos para universitario y las capas más populares de la sociedad. Desde un primer momento se distinguió por ser un gran defensor de las políticas sociales, que serían la bandera de su campaña hacia el Senado. Llegó al Senado en noviembre de 2004, tras vencer a otros seis candidatos demócratas en las primarias del partido. En ese año venció al candidato conservador con el 70 % de los votos.
El 10 de febrero de 2007, Obama hizo pública su candidatura a las primarias demócratas. Reconoció su inexperiencia, lo que para muchos es su punto débil, pero argumentó: “Sé que no he pasado mucho tiempo aprendiendo cómo funciona Washington, pero he estado allí el tiempo suficiente para saber que las cosas tienen que cambiar”.
Tras una campaña perfectamente orquestada, en la que su oposición a la guerra de Irak y un mensaje de cambio y esperanza ocuparon una posición central, Obama se impuso en unas reñidas primarias demócratas a Hillary Clinton, convirtiéndose en el primer negro nominado a la Casa Blanca por uno de los dos grandes partidos del país.
Barack Obama aportó a la campaña de 2008 además de su juventud, una gran elocuencia y una fascinante biografia personal. Los que le conocen, dicen que el secreto de su éxito reside en sus principales armas políticas: su potente oratoria, su sonrisa contagiosa, su discurso social, su credibilidad y su facilidad para conquistar al electorado.
Ahora a sus 47 años, y con su lema electoral “yes we can”, acaba de conquistar la presidencia de los Estado Unidos. Lo ha hecho además tras unas elecciones históricas también por la masiva participación de los ciudadanos (más de 130 millones de sufragios). Ahora comienza para él una carrera de fondo en la que su falta de experiencia, su imagen fresca, su multiracialidad y su “falta de contaminación”, pueden ser tomadas como ventajas o inconvenientes pero de lo que no cabe duda es que este carismático político es la gran sensación de la política actual y que su elección como nuevo presidente de los Estados Unidos ha hecho historia.
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