lunes, 22 de junio de 2015

Fernando Francés, el arte de vivir



"Muchos de mis sueños, los he conseguido" afirma Fernando Francés, director del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, torrelaveguense del año, con quien hablamos de los sueños, del trabajo, del sacrificio y de su gran pasión, el arte.

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¿Quién es Fernando Francés?

Fernando Francés es un proceso. Creo que una de las cosas más importantes en esta vida, al margen de las cosas que podáis conseguir en el ámbito profesional, el de los estudios, etc., es acabar de encontraros a vosotros mismos. Llega un momento en el que, con los años, valoras relativamente poco los éxitos profesionales, la cuenta de resultados de tus compañías, o la imagen pública que puedas llegar a tener. Lo verdaderamente importante es que tú reconozcas como una buena persona, y que así te reconozcan tus amigos. Ese es el personaje que soy.

¿Cómo ha llegado un chico torrelaveguense a dirigir uno de los museos más importantes de España? ¿De dónde viene su pasión?

La pasión es como una inyección de adrenalina. Tú puedes vivir tu vida, sin pasión, y que sea merecidamente cómoda, y puedes vivir con pasión, y tener una vida muy incómoda pero muy enriquecedora. Yo opté por esto último, y es mucho más complicado, porque las cosas también te duelen más. Sin embargo, se generó un hándicap, y es que llegó un momento en el cual me acostumbré a que todo lo que yo quería se cumplía. Y eso no me hizo tener familiaridad con la derrota, que es muy importante para la superación.
La lección es que siempre debes ganar en aquellas cosas que tienes que ganar, no todas, porque es imposible. Y que todas aquellas que no ganas, tienen que servirte de lección para que la siguiente sí puedas conseguirla. Si tú no crees en tus ideas, difícilmente va a creer nadie en ellas. Eso sí que es una decisión personal, y esa parte emocional, la que no se enseña en los colegios ni en las universidades, que se ha obviado, me parece lo más importante para lograr el éxito profesional. Creo que falta una educación emocional en la cultura occidental, no sólo en España. No nos enseñan a superar problemas, a enfrentarnos a las relaciones sociales, a darnos valores de confianza y autoestima.

¿Cómo se siente al ver que su ciudad natal reconoce su esfuerzo y le otorga el premio al torrelaveguense del año?

Esto siempre es gratificante. A lo largo de mi carrera he recibido muchos premios relativamente importantes, pero que te reconozcan algo los tuyos, pues tiene un matiz emocional más especial. Yo llegué a Málaga hace trece años, y al segundo año de estar en Málaga me nombraron Malagueño del Año. Y al quinto año, me volvieron a conceder el premio. Ahí ya me emocioné, pero me dijeron “Eh, que otra persona también ha sido Malagueño del Año dos veces” “¿Quién?” “Antonio Banderas”
Esto es sólo una anécdota divertida, pero siempre se dice que es difícil ser profeta en tu tierra. Como decía estoy muy satisfecho, y creo que en parte se debe a que, como dije antes, valoro mucho más la parte emocional que la profesional.




En una sociedad de la información como la actual, llena de imágenes al alcance de cualquiera, ¿cuál es la función de los museos? ¿En qué difiere con la del pasado?

Por definición, el arte es aquello que quien lo crea decide que es arte. Entonces, si partimos del hecho de que yo soy artista porque decido que aquello que hago es arte, que no se debe a un juicio crítico, sino a una decisión personal; ya habremos cambiado una perspectiva del arte muy importante. Y entonces también tienen que cambiar las estructuras del arte.
Nuestro centro, por ejemplo, tiene casi medio millón de visitantes al año. Y de esos 500.000, unos 100.000 han participado en actividades culturales y pedagógicas en el propio centro. Entonces deduces que estos señores no han venido a ver exposiciones, estos han venido a aprender sobre arte. Por ello un museo del siglo XXI se diferencia de nuestro concepto de museo histórico en que es un laboratorio de ideas, es un lugar donde se va a experimentar cosas desde un punto de vista creativo... Pero también es una escuela. Y yo diría que también tiene que ser un foro de discusión, porque si el arte no sirve para ser más libres, para crear una sociedad más justa, perderá parte de su valor. Y además también diría que el museo tiene que ser una herramienta de  lucha, un instrumento de cambio social.
Esa faceta activista que tiene que tener un museo nosotros la llevamos a cabo en el CAC. El museo debe ser algo divertido, un instrumento de reflexión. De lo contrario, se convertirá en un cementerio. El CAC ha cambiado su barrio, ha acabado con la prostitución y las drogas. El arte ha transformado Málaga, le ha dado un punto de frescura. Ahora vienen los turistas donde antes los malagueños no se atrevían a entrar. Esa es una función esencial. 


En el caso específico de Málaga, ¿opina que el excesivo número de museos que están siendo construidos está provocando una especie de burbuja? ¿Son realmente necesarios tantos?


Yo no creo que haya muchos museos, lo que hay son muchos museos muertos. Pero es un problema de la sociedad. Sociedades más avanzadas que la española como la danesa o la sueca te encuentras en poblaciones igual de grandes que Torrelavega con museos realmente increíbles, que cuando tu entras ves a gente realizando cosas, ves a escolares haciendo talleres, a un grupo de personas de la tercera edad que les han llevado en una visita turística, en definitiva,  ves que están vivos.







La situación económica actual hace que los pequeños artistas pasen por un momento muy duro, mientras que los de gran fama se benefician del aumento del poder adquisitivo de las clases altas. ¿Qué opina al respecto?

Hay que tener en cuenta varias circunstancias concretas de España. Aquí no ha habido una política cultural apropiada. Desde que hace 30 años se empezó a celebrar la Feria Cultural de Madrid, se invitó a las instituciones a que fueran las que comprasen las obras de arte. Pero el mercado del arte tienen que sostenerlo los fondos privados, no las instituciones. Y ese tejido privado no se ha construido en nuestro país. Yo pienso que hemos estado muy acostumbrados en España a vivir de España. Los artistas alemanes, por ejemplo, viven en un 20% del mercado alemán, y se mueven más, buscan galerías en el extranjero, viajan a Estados Unidos a hablar con un galerista de Austin… No podemos olvidar que el arte es una industria, y como tal, requiere una conversión si no es efectiva. Tenemos que ser competitivos en el tema del arte, y para ello tenemos que tener un mercado global y no uno exclusivamente local.


¿Por qué se castiga tanto a las actividades culturales con el IVA, mientras que al mismo tiempo a la inversión en arte se le somete a un impuesto menor? ¿Hay otra forma de hacer las cosas?

Los que nos dedicamos a la producción de contenidos siempre hemos pagado ese IVA. Yo más bien diría que los del cine han pagado poco, porque hasta hace poco ellos tenían un lobby de presión importante hacia el Gobierno.
Lo que yo pienso es que en un momento como este, difícil, de una coyuntura bestial, todos tenemos que arrimar el hombro para salir adelante. Si una parte de la cultura está pagando menos, pues habrá que recortar y los que de verdad valen seguirán adelante, mientras muchos otros tendrán que cerrar, como pasa con una cadena de supermercados.
En el sector del arte, sin embargo, hemos experimentado un rebote. Yo este año he facturado más que el año pasado, y el año pasado más que el anterior. Y esto se debe a que estábamos mejor preparados, porque aunque pagábamos el máximo de IVA, teníamos empresas mucho más competitivas. Claro, si tú tienes una subvención de antemano, y ya ganas dinero sin tener siquiera que montar la película, ¿para qué molestarte entonces en estrenarla? Es como mantener un perro. A mí me parece absurdo, en cualquier circunstancia.


¿Cree que la crítica condiciona demasiado qué artistas triunfan? ¿Limita el desarrollo de los menos conocidos, y por consiguiente, del arte en general?

No creo. La crítica ha ido perdiendo poder paulatinamente como agente del arte. Yo creo que en este momento por ejemplo sectores como los directores de museos, o los grandes coleccionistas tienen mucha mas influencia que la critica. Un buen coleccionista compra 20 obras de un artista desconocido, y al año siguiente ese artista ya no es desconocido. A un artista desconocido un buen crítico le hace una crónica y la gente que lo lea dirá “la próxima vez que haga una exposición voy a verla”. Pero al final es más importante que el coleccionista te compre la obra, que el mejor periodista del país te haga una buena crítica.





Muchas veces, la gente tiene una visión del arte contemporáneo como algo ajeno e incomprensible, lo que puede conllevar un desinterés generalizado. ¿Cómo se podría cambiar esta situación?

Con la educación. Por definición, el arte contemporáneo es más fácil de entender que el histórico. Es el arte que habla de los problemas de nuestro mundo, de la sensibilidad de tu mundo, de la estética de tu mundo. Habla de las mismas cosas que ves cada día en el telediario de tu casa.
Hombre, a mí me cuesta mucho más entender a un artista barroco, que tenía una censura que le implicaba una serie de problemas, que dependía de un mecenas que si no planteaba una obra como el quería podía no cobrar la obra… Sin embargo, el arte contemporáneo esta reflexionando sobre lo mismo que pensamos los demás. ¿De una forma más creativa? Puede que si, pero los temas son los mismos.


Por último, queríamos conocer su opinión acerca del ínfimo valor que se da al arte dentro de nuestro sistema educativo, lo que acaba dando lugar a unas generaciones, tanto presentes como venideras, que no aprecian el valor del arte. ¿Cómo se podría inculcar el interés necesario para preservar algo tan importante?

El pensar que el arte es una distracción en las aulas es un gran error. Para mí la cultura es un derecho ciudadano, y por lo tanto no es un derecho de consumo ciudadano, sino un derecho educativo de los ciudadanos. Y no es un asunto solo de las bellas artes, sino de las artes en general. Creo que si se utilizaran en la educación como una herramienta tendríamos personas más creativas. ¿Y la creatividad como se consigue? Estimulándola. Y por todo ello me parece un disparate en general que las artes se saquen de los procesos educativos.


¿Cuáles son tus sueños?

Yo tengo la suerte de poder decir que muchos de mis sueños, cosas que me parecían imposibles, los he conseguido. Pero es cierto que cada cosa que consigues es un sueño. 
¿Qué cuál es mi siguiente sueño? . Probablemente no sea de carácter profesional. Cada día valoro más el tiempo con los míos, el ayudar a mi hijo en su carrera profesional, el poder enseñar algunas de las pocas cosas que he aprendido en mi vida. He tenido muchos encuentros con estudiantes de derecho, de empresariales, de bellas artes... Creo que tengo la obligación moral de transmitir las cosas que he aprendido. Es como una deuda que tengo con la sociedad. La sociedad se ha portado muy bien conmigo, y yo tengo que devolvérselo. Pero no tengo grandes sueños en lo profesional. Sé que esto sonará a cliché total de modelo americana, pero si me preguntaran cual es mi mayor sueño ahora mismo, pues diría que ser mejor persona. 





Rubén Ceballos, Candela Marcos, Lucia Ruiz Vila
Estudiantes de bachillerato, Colegio La Paz, Torrelavega (Cantabria)
Imagen Ángel Alonso, Rocío García,  eolapaz/enredados

EPE15/Enredados

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