Nació en Torrelavega el 10 de noviembre de 1962. Desde niño modelaba cualquier material blando que caía en sus manos, plastilina, la miga del pan de sus bocadillos o la fruta que luego se comería. Algo que siempre llevaba en los bolsillos eran bolas de plastilina, y no podía dejar de modelarlas. Su primer recuerdo son figuras de payasos y los personajes de su serie de televisión favorita (los chiripitiflauticos).
Con 11 años hizo su primera exposición de esculturas con
nada menos que 75 obras en diferentes materiales. Sus primeras obras las
realizó en plastilina y barro, y posteriormente en bronce fundido. Su primera
obra importante fue una escultura de 30 cm de un viejo.
Entre sus primeras obras expuestas está la de Mero el
barrendero, una figura por todos conocida en Torrelavega en los años 70, hoy la
podemos ver cuando paseamos por los jardines de Pequeñeces, es una abra
realista y de pequeño tamaño que refleja los defectos físicos del barrendero.
Inició sus estudios de bellas artes en Madrid en la academia
de San Fernando pero su inquietud y sus ganas de trabajar le llevaron a
aprender técnicas en un taller de fundición y a abandonar la academia.
Sus obras se empiezan a vender a particulares y a
instituciones publicas desde muy joven, con lo que hoy adornan plazas,
rotondas, avenidas, jardines, y edificios públicos.
Su inquietud creadora lo llevó durante un año a Los Ángeles
en Estados Unidos (1991), la escasez de medios de que la disponía allí la
solventó utilizando como material los cartones de embalaje de los
supermercados, de esta etapa recuerda con especial cariño la escultura de un
gigantesco teléfono rojo construido a partir de embalajes de agua. Cuando se
estaba haciendo un hueco en el ambiente artístico en la ciudad del cine su
nostalgia por Cantabria le hizo regresar y hoy tiene su taller en su casa de Puente
Avíos.
Su obra está catalogada como expresionista y constructivista
y con un gran realismo al mismo tiempo. El expresionismo trata de darle más
intensidad de expresión a las esculturas, con unos gestos exagerados consigue
una gran fuerza emocional. El constructivismo se caracteriza por estar
interesado en las formas de la arquitectura, organización de los planos y la
expresión del volumen.
En sus esculturas olvida el clásico canon griego de las
siete cabezas y escoge el canon de súper héroe (ocho cabezas) con lo que sus
personajes son como superhombres similares a los de los comics, fuertes, duros
y con interior abierto a la vista. No son las figuras de dimensiones perfectas
sino seres casi humanos de gran fuerza y tamaño.
El proceso que sigue para crear una escultura es el
siguiente:
- Le surge una idea sobre lo que podría esculpir.
- Realiza varios bocetos de la figura.
- Hace una maquetación sobre el papel en tres dimensiones
con todas las medidas necesarias para llevarlo a cabo.
- Por último, lo esculpe en el material deseado.
Pocas de sus obras son el resultado de la talla directa del
material. Se puede apreciar el resultado de horas de trabajo de cálculos
matemáticos y detalladas maquetaciones, de hecho, tiene su casa llena de
bocetos con estas maquetaciones. Sus obras son el resultado de imaginación
técnica y originalidad. En los últimos tiempos se orienta hacia las esculturas
de resina que dejan pasar la luz a través de un complejo trabajo interior.
Como otros escultores, su trabajo también le lleva a
experimentar con la pintura, aunque se trata más de una inquietud personal que
de un deseo de comercializarla, su pintura tiene aspectos escultóricos en las
formas y en los colores, son colores fuertes y formas sobre todo geométricas.
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