Álvaro Sánchez
Cobo, Gonzalo Calle
Alberto
García Ahijado forma ya parte de la leyenda de La Paz. Ávido de saber de
conocer, de experimentar y ayudar, se ha convertido con el paso del tiempo en
un profesional reconocido, respetado y aun en pleno crecimiento. Arquitecto,
especialista y volcado en la defensa del patrimonio y el urbanismo racional, es
al mismo tiempo licenciado en historia del arte y doctor en geografía y
urbanismo. Un renacentista, que sigue buscando su frontera personal y que ahora
enseña, como siempre lo hizo en el colegio de La Paz
¿Quién es
Alberto García Ahijado?
Soy una
persona que simplemente busca la felicidad, y hacer feliz a los demás en la
medida de lo posible.
¿Cuándo le
regalaron su primer mecano?
Nunca me
regalaron mi primer mecano, yo era de Tente, una especie de Lego, pero mucho
mejor, tenia una gran variedad de cosas, y mi armario estaba lleno de cajas
hasta que fui mayor. Mi primer Tente lo tuve con tres años, me lo regalaron mis
padres, pero no sabían donde se metían.
¿Si cierras
los ojos, cual es la primera imagen de niñez que sobreviene?
Tengo
muchas imágenes de la infancia, pero puede destacar una sobre las demás. Es mi
imagen, con cuatro años, en las atracciones que se instalaban en Torrelavega,
con motivo de las fiestas patronales.
Un día
decides dejar tu entorno natural, marcharte de tu ciudad, y comenzar una vida
nueva en la universidad, ¿Qué se siente?
Yo
particularmente sentí muchísima responsabilidad, porque en mi casa estaban haciendo
un esfuerzo para que yo estuviera fuera y estaba en la duda de si iba a dar de
si lo suficiente para amortizar el dinero que se estaban gastando en mí. Pero
en mi caso esa responsabilidad, y esa experiencia fue positiva, aprendí un
montón y me abrí camino.
¿Qué
ganaste como persona en ese viaje?
Pues
muchísimas cosas, sobre todo tengo la suerte de haber tenido un entorno
familiar y social muy bueno, con lo cual gane mucho desde mi infancia, pero
fuera ganas un montón. Yo creo que valoras las cosas en función del valor real
que tienen. Aprendes a valorar a la gente, aprendes mil cosas, pero sobretodo
lo que me traje conmigo fue el amor de mi vida; que estudio conmigo y era de
Valladolid.
¿Qué debe
tener en el alma y en la cabeza un arquitecto, para merecer ese nombre?
Yo creo que
lo que tiene que tener en la cabeza es el sentido de la proporción, en eso si
hablamos de una cuestión real, el cuerpo técnico que tiene que resolver una
faceta fundamental de la vida de los hombres. Y no han variado mucho las cosas
desde los tiempos de Grecia, lo que llamaban ellos simetría. Tienes que tener
claras las proporciones tanto por dentro como por fuera, tu vivienda tiene que
estar proporcionada con tu vida. Y en el alma, yo creo que volvería a repetir
la palabra responsabilidad. Hay mucha gente en el mundo de la construcción que
no es consciente de la responsabilidad que toman. Hay que ser responsables con
el cliente o contra el cliente y con el promotor o contra el promotor si es
necesario.
Has tenido
la oportunidad de vivir la experiencia de continuar estudios en Milán, ¿Cómo
influyó esa experiencia en tu vida?
De la misma
manera que sales de casa. Para mis compañeros era una cosa distinta porque
ellos eran de Valladolid, y en realidad ellos nunca habían salido de casa. Salí
de aquí a estudiar fuera, con la intención de seguir trabajando sobre esa base
y de alguna forma ampliarla, con gente de otras culturas, modos de hablar, en
definitiva distintas culturas. Según yo lo veo es como irse de casa pero a lo
bestia, ves mil millones de formas distintas de entender las cosas.
La creación
del espacio europeo servirá para estimular a la universidad española, o para
llevarla a la segunda división
La
respuesta es que no servirá para mejorarla, pero tampoco servirá para llevarla
a la segunda división. Lo que va a hacer el espacio europeo, es lo mismo que se
intenta hacer en todas las órdenes de la vida desde que yo tengo uso de razón,
igualas por abajo. Si permitimos que en una carrera dejando ocho puedas pasar
al siguiente curso y al año siguiente otra vez igual, estamos favoreciendo a
los incompetentes. Las carreras malas españolas no van a empeorar pero las
buenas bajaran su nivel. Con el plan del 75 la universidad española bajo el
nivel y con el del 94 tuvo otro bajón. El sistema europeo y americano es de
carrera de arquitectura corta y especializada. Aquí es más dura y más larga,
pero el arquitecto esta formado globalmente, domina todas las artes de la
construcción. Ese enfoque global es el que vamos a perder.
También
tienes una segunda carrera, ¿Por qué esa y no otra?
Cuando me
preguntan por mi carrera digo que es de letras. Pero lo importante de estudiar
es estructurar el conocimiento y crear las bases de un pensamiento racional, lo
que se llama tener “la cabeza amueblada”. A eso es muy difícil que te enseñen,
tienes que tener un mínimo punto de sensibilidad para ir captando luego lo que
vayas encontrando. La carrera de historia del arte ayuda a poder expandir tu
cabeza.
¿Cómo marco
eso tu trabajo posterior?
El trabajo
posterior se marca desde el primer momento en que tomas la decisión de ser
arquitecto, y sobretodo intentas ser honrado con lo que haces, intentas no
pensar que eres mas o menos que otros compañeros, o que haces el trabajo mejor
o peor. La carrera de historia te proporciona sensibilidad, y la sensibilidad
te obliga a tener mucho miedo, a intentar ser humilde honrado y responsable. Un
arquitecto de notable desprestigio se ha atrevido a escribir en un periódico un
artículo acerca del patrimonio y no hay más que ver su carrera para ver lo que
ha hecho por el patrimonio, nada.
¿La
arquitectura es una ciencia o una manifestación del humanismo?
La
arquitectura es una ciencia puesto que tiene que utilizar baremos técnicos para
hacer su trabajo, sin embargo lo que distingue a la arquitectura de otras
disciplinas técnicas, es esa valía humanística.
Entonces,
¿Por qué en su mundo hay tanta gente sin alma?
Porque por
suerte o por desgracia lo que mueve a la gente en general, a lo largo de la
historia, es el poder y el dinero. En todos los trabajos hay riesgo de que las
cosas se desvirtúen, pero, lógicamente, donde hay más riesgo es donde hay más
dinero en juego. La carrera tiene muchas facetas y una de ellas es ganar mucho
dinero, perdiendo en muchos casos la dignidad o la responsabilidad.
Joven,
licenciado, lleno de sueños, ¿Cuántas obstáculos tuviste que saltar en tus
comienzos?
Yo
personalmente ninguno o muy pocos, tuve la suerte de trabajar con gente con la
que me apetecía trabajar, para poder aprender, antes de acabar la carrera, y no
creo que haya tenido que saltar muchos obstáculos.
¿Cuándo
descubriste que el mercado no desea soñadores?
Pues yo
todavía no lo he descubierto tengo la suerte de ser una persona que creo que
tiene capacidad de transmitir las cosas, de momento con todos los promotores
con los que he tenido la suerte de trabajar tanto públicos como privados hemos
tenido una relación suficientemente fluida como para poder construir sueños, al
menos algunos pocos.
¿Qué
resulta más difícil de manejar, el lápiz de dibujo, o el tenedor en las comidas
de trabajo?
Indudablemente
el tenedor en las comidas de trabajo, el lápiz de dibujo es un juego de niños
comparado con el tenedor. Es una profesión muy compleja. Construir edificios es
la parte técnica, pero no solo es eso.
¿Cuántas
puertas cierra tu edad?
Ninguna, a
mi no me ha cerrado ninguna, ni ahora ni hace siete u ocho años, todo lo
contrario, se valora la apertura de miras de la gente joven, porque estamos en
un momento en el que viene bien ser joven porque somos mas flexibles a la
demanda de la sociedad.
¿Para quien
construyen los arquitectos, para las personas, o para ellos?
¿Es la
teoría o la práctica lo que me preguntas?. Yo creo que el arquitecto siempre
construye para las personas, pero siempre hay un porcentaje mínimo de
arquitectos sensibles y responsables. Intentan reflejar cuestiones que igual no
pasan por la cabeza del cliente, pero tú consideras buenas y que le pueden
ayudar.
¿Es
razonable que todo el diseño del territorio y la arquitectura cotidiana este en
manos de quienes no tienen ningún criterio, ni formación?
Yo no se si
esta en manos de quien no tiene criterio o no tiene formación. Quizá sea mas
cierto lo segundo que lo primero, que las decisiones que se toman las toma
gente sin ninguna formación, no estoy de acuerdo con lo de que no tengan
criterio, pero efectivamente el en quien depositar el poder de decidir en estos
temas es un problema muy gordo.
¿Para los
promotores que es más caro, construir casas o conciencias?
Los
promotores hasta donde yo conozco construyen productos inmobiliarios con más o
menos dignidad para ganar dinero, no hay promotores que busquen algo más.
¿Por qué
hay tanta uniformidad en la arquitectura actual?
No se si
hay tanta uniformidad en la arquitectura actual. Quizás la pregunta sea, ¿Por
qué hay tanta mediocridad en la arquitectura actual uniformemente repartida? Yo
creo que es una cuestión de falta de perspectiva, falta dignidad, de
responsabilidad. El problema es que el mercado inmobiliario no esta en manos
del arquitecto, ni esta en manos de la persona que va a vivir en la vivienda,
está en manos de los promotores.
Para los
griegos la creación era sagrada, ¿alguna vez ha deseado echar a los mercaderes
del templo?
Por
supuesto la cuestión es que también hay que entender que la creación no es algo
divino, yo creo que la cuestión no es tanto de divinidad, sino de la famosa
frase “hay que tener un 99% de expiración y un 1% de inspiración”.
No es tanto
echar a los mercaderes del templo si no que los mercaderes sepan lo que están
vendiendo, de manera consciente y responsable. La arquitectura no es una
creación sagrada, lo que es sagrada es la responsabilidad que tienen los
creadores para con quienes los van a evitar. No hay un contacto directo entre
el promotor y el vividor.
Cuando se
termina una obra, que se siente al compartir una idea con el público?
Se siente
muchísima emoción porque tenemos la suerte, digo tenemos porque soy el
representante de un grupo de gente, de que siempre afrontamos los trabajos con
muchísima responsabilidad, con idea de decir “vamos a intentar llegar a la
mejor polución posible”, porque para todos los problemas hay muchas soluciones
y hay que elegir la mejor. Yo vivo de las ilusiones que consigo crear, más que
del dinero.
¿Se ha
sentido alguna vez como Manolo García, creando “pájaros de barro”?
Si, casi
todos los días. Lo que pasa que la mayor parte de las veces somos capaces de
darle un soplo de vida al pájaro de barro, y conseguimos que vuele, pero hay
otras veces que no, que hacemos un pájaro de barro, luego otro, luego otro y al
final acabamos haciendo un ratoncito pero intentamos que ese ratoncito por lo
menos sonría.
¿Cuál es tu
sueño?
Mi sueño es
poder seguir acostándome tranquilo por las noches, satisfecho del trabajo que
he hecho a lo largo del día, sin tener remordimientos de conciencia ni tampoco
hacer cosas en contra de mis pensamientos. Y mi ilusión es poder seguir
compartiendo mi vida con la mujer a la que quiero.
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