A partir
del siglo IX se producen las primeras adjudicaciones de terrenos que no tenían dueño previamente.
Este hecho es conocido como ‘Presuras’. Al mismo tiempo, la organización social
está presidida por las ‘Behetrías’, que consisten en la dependencia de un
campesino propietario y libre, de los señores feudales, encargados de su
defensa.
Durante los
siglo anteriores, los campesinos habían buscado la protección habitualmente en
los monasterios, pero ahora la tendencia ha cambiado y la buscan en la nobleza.
Y con ello, la situación del campesino se agrava, ya que su libertad y
condiciones en la elección de un señor que les proteja pasa a ser hereditaria y
los tributos que le han de pagar aumentan sustancialmente.
Se afianzan
los linajes y las familias acaparan mayores dominios y poder
por medio de la presura, o por la
concesión o donación que los reyes otorgan
en calidad de pago por los servicios prestados a la corona.
Las
Asturias de Santillana se organizan siguiendo la franja costera, pero no tienen
como núcleo único a la aldea, sino que
se establecen enlaces entre todos los pueblos de un mismo valle creando una
especie de agrupación de concejos, que configura una junta y las ordenanzas por
las cuales se rigen y que aplican a la hora de hacerle frente a la nobleza
planteando el litigio que nos ocupa. Pero este no es un pleito aislado, pues
otras regiones, como es el caso de Liébana, toman buena nota y se suman a la lucha
para liberarse del dominio señorial.
El pleito
de los Nueve Valles es un proceso que interponen los nueve valles de las
Asturias de Santillana en 1544
a los duques del Infantado. Comenzó y cuyo fallo, en 1581, resulta favorable a los Nueve Valles.
En
ocasiones se dice que el pleito duró desde 1438 hasta 1581 o incluso hasta
1589, fecha de la creación de la
provincia de los Nueve Valles; es decir, casi 150 años. Sin embargo, se trata de un conjunto de pleitos
consecutivos, de los cuales el primero es el pleito Viejo de los Valles, que
fue fallado a favor del dominio señorial.
Los
campesinos de la Merindad
de las Asturias de Santillana, en el siglo XV, interpone varios pleitos en contra de la casa De la Vega-Mendoza. El
primero de ellos se fecha en 1438 y pone en tela de juicio el señorío de Íñigo
López de Mendoza, argumentando que
durante décadas habían aceptado estar bajo el dominio de la casa De la Vega solamente porque esperaban
que el rey no atendería sus quejas porque el titular del terreno era amigo
personal del monarca. Las quejas del campesinado fueron menores debido a la
sensibilidad en el trato que mostraba la Leonor de la Vega durante su mandato. Sin embargo, Íñigo demostró
su poder de forma violenta en los valles desde su llegada, ejerció su
titularidad por las armas desde el principio, lo que desató la ira y la
rebelión de los campesinos.
En 1444 fue
fallado a favor de Íñigo López de Mendoza el primer pleito, ya que se apartó al
corregidor que debía representar al pueblo. Poco tiempo después recibió los
títulos de marqués de Santillana y conde del Real de Manzanares y con ellos, la
consecución de Santillana del Mar, que se vio despojada su merindad y de sus
juntas generales, puesto que las Asturias de Santillana pasó a ser un
privilegio de De la
Vega-Mendoza , confirmado por Juan II en 1448. Este marquesado
poseía ahora los valles de Carriedo, Cayón, Penagos, Villaescusa, Piélagos,
Camargo, Reocín, Cabezón, Cabuérniga, Alfoz de Lloredo, Anieva, Cieza y
Lamasón.
Además de
Santillana, bajo el nombre Tierra de La
Vega y Pando, se encontraban agrupados los dominio de la
actual Torrelavega. Posteriormente, en 1475 el marqués de Santillana llegó a
ser titular también del ducado del Infantado.
Leonor de la Vega dejó el valle de
Carriedo a Íñigo López de Mendoza. Sin embargo, en 1495 la población del valle
pidió liberarse de ese dominio, y presentó una
solicitud a la monarquía, que hoy conocemos como el pleito de Carriedo.
Por aquel entonces, Carriedo era propiedad de la familia Velasco, pero era
deseado por los Mendoza; los campesinos se negaron a estar bajo cualquiera de
los señores y emplearon la violencia contra ambos. La chancillería de Valladolid
en 1499 resolvió a favor del valle, que consiguió la independencia
jurisdiccional. Pero los señores recurrieron sucesivamente en 1504, 1505 y
1546, pero sin éxito.
El valle de
Carriedo argumentó en el pleito que no había denunciado su situación durante
los reinados de Juan II y Enrique IV de Castilla «porque siempre existió la
privanza y el favor y las guerras y los miedos y temores». Después de Carriedo,
los otros valles de las Asturias de Santillana que asistieron a juicio
ratificaron que ellos tampoco habían reconocido nunca la legitimidad la dominación señorial.
Después de
cuatro años de resultar favorable al campesinado, la sentencia del Pleito Viejo dio origen a otro presentado
por los valles de Alfoz de Lloredo, Cabezón de la Sal , Cabuérniga, Camargo,
Cayón, Penagos, Piélagos, Reocín y Villaescusa, conocido finalmente como : El
Pleito de los Nueve Valles por el cual se consigue la emancipación por
sentencia en 1568.
Los Nueve
Valles es muy importante en la configuración de Cantabria, pues con él se
alcanzó la independencia de los valles, que constituye la base de la provincia
de Cantabria y causa la desaparición de
los dominios señoriales en la zona. Esta sentencia ocupa 178 folios.
Cantabria
se constituyó el 28 de julio 1778, aunque al principio no la formaban todos los municipios sino que se fueron
incorporando poco a poco.
En 1833
Cantabria se denominó oficialmente provincia de Santander hasta que 150 años
después, en 1978, recuperó el nombre de Cantabria y el de Santander permaneció
solo para denominar a su capital.
Mario Pérez
Estudiante
de secundaria, Colegio La Paz ,
Torrelavega (Cantabria)
Imagen nelisa.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Queremos saber tu opinión. Se respetuoso y enriquece a la comunidad