La
dependencia energética que ha sufrido durante toda su historia de sistemas
externos a la Isla
ha fomentado el desarrollo de un sistema alternativo y muy ingenioso. Lo más
sorprendente de todo, es la consecución de un sistema consiguiendo además respetar el medio ambiente y de una manera
tan efectiva que mes tras mes va registrando nuevos hitos.
Ahorro de
3284 toneladas de combustible en menos de un año, el día 31 de Enero de 2016
consigue alimentar la red con 100% de energías renovables por primera vez,
mantiene este hecho durante varios días y lo repite varias veces hasta la
fecha, y al parecer nos depara muchas otras sorpresas.
Es bien
sabida nuestra incapacidad técnica, al menos en la actualidad, para almacenar energía de forma eficiente y esto combinado
con lo dificultoso que se hace la predicción y la integración de numerosas
energías renovables en el sistema eléctrico, es uno de los principales factores
que dificultan la implantación definitiva de las energías renovables.
Parece ser
cierto que el hambre agudiza los sentidos y los ingenieros de la Isla del Hierro nos lo han
vuelto a demostrar. Para conseguir sus objetivos de ser autosuficientes y
conseguir un equilibrio con la ecología han combinado el concepto de central de
bombeo con un parque eólico y con la curva de demanda de la isla. De esta
manera, se deja trabajar libremente a los eolos, actuando estos como central de
base y de punta, es decir como la totalidad del sistema eléctrico, sin embargo,
en los momentos valle de la curva, es decir en las horas de menos demanda
energética, en lugar de frenar estos eolos, o dejarlos trabajar en vacío, se
aprovecha esta energía para bombear agua en una central de bombeo.
Las
centrales bombeo funcionan basándose en dos embalses a diferentes cotas. Ambos
se encuentran conectados mediante dos líneas, una que contiene una turbina
eléctrica y otra en la que se sitúa una bomba. Este hecho podría resultar
curioso, dado que ambas máquinas buscan efectos completamente opuestos, la
bomba utiliza energía eléctrica para generar energía cinética que desplace el
fluido y por el contrario la turbina, aprovecha la energía cinética y la
transforma en energía eléctrica.
De esta
manera, se gestiona la central de bombeo, de forma que si existe un exceso de
generación de los eolos, este se aprovecha para bombear agua desde el embalse
inferior al superior, dotando al líquido de una energía potencial, que tal y
como su nombre indica se encuentra dispuesta a transformarse en cualquier otro
tipo de energía en el momento en el que se solicite. Tal vez este sea el futuro
de las baterías en lugar de otros campos en los que se había experimentado con
anterioridad. Cuando existe un déficit de energía en la isla y la demanda
supera la producción, se deja caer este agua, que atraviesa la turbina y vuelve
al depósito inferior generando energía eléctrica.
De esta
ingeniosa forma, se ha conseguido una menor dependencia de combustibles
fósiles, que generan emisiones y cuyos precios además son bastante inestables y
en ocasiones sirven para financiar actividades de las que no deberíamos
sentirnos demasiado orgullosos.
Esperemos
que la Isla del
Hierro siga su desarrollo en esta línea y poco a poco vaya perdiendo
dependencia de grupos diesel y otras energías contaminantes y que además sirva
de ejemplo a otros muchos sistemas en los que se pueda implantar.
Inés García,
Carmen Buendía
Estudiantes de bachillerato y secundaria
Colegio La Paz
(Torrelavega)
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