domingo, 28 de diciembre de 2025

El problema uigur


Los uigures son un grupo étnico que vive sobre todo en Xinjiang, una región al noroeste de China. Xinjiang es una especie de región autónoma, algo parecido a una comunidad autónoma en España, pero con menos libertad real. Los uigures tienen su propio idioma, que pertenece a la familia túrquica, su propia cultura y, tradicionalmente, practican el islam como religión principal.

En el pasado, los uigures eran un pueblo nómada, es decir, se movían constantemente en busca de pastos para sus animales. Con el tiempo, algunos se establecieron en oasis del desierto del Taklamakán, donde fundaron ciudades importantes como Kashgar, Turpan y Khotan.

Durante la Edad Media, los uigures fueron comerciantes clave en la antigua Ruta de la Seda, una red de caminos que conectaba China con Asia Central, Persia y Europa. Gracias a eso, tuvieron contacto con muchas culturas diferentes y aprendieron de ellas.

En el siglo VIII, los uigures llegaron a tener su propio imperio, llamado Kanato Uigur, en lo que hoy es Mongolia. Fue un reino poderoso que mantuvo relaciones con la China de la dinastía Tang. Sin embargo, ese imperio cayó en el siglo IX, y muchos uigures emigraron hacia el suroeste, estableciéndose en la actual Xinjiang.

Durante los siglos siguientes, los uigures se convirtieron al Islam, que se volvió una parte fundamental de su identidad. Adoptaron la escritura árabe modificada para su idioma y desarrollaron tradiciones propias en música, poesía y arte.

Desde el siglo XVIII, el Imperio Qing de China conquistó Xinjiang y la incorporó a su territorio. Aunque el control chino se estableció oficialmente, los uigures mantuvieron su idioma, su religión y sus costumbres.

A lo largo del tiempo, algunos grupos uigures han intentado independizarse, creando en distintos momentos la llamada República del Turquestán Oriental, pero ninguno de esos intentos duró mucho.

Después de 1949, con la llegada del Partido Comunista Chino al poder, Xinjiang pasó a ser oficialmente parte de la República Popular China. Desde entonces, el gobierno ha impulsado la migración de millones de chinos han (el grupo mayoritario en China) a la región. Esto ha cambiado mucho la composición de la población, y hoy los uigures ya no son mayoría en muchas ciudades.

Las autoridades chinas han aplicado una política lingüística que se presenta como educación bilingüe en la Región Autónoma, pero que ha convertido al chino en el único idioma utilizado en la enseñanza. Se comenzó suprimiendo el uigur como lengua en la docencia universitaria, dejándolo solo para asignaturas de poesía uigur. Esto continuó con medidas adicionales que hicieron del chino el principal idioma de enseñanza en niveles preescolares, siguió con el despido de docentes uigures y terminó con la imposición de multas a alumnado y profesorado que usaran una palabra en uigur dentro de las instalaciones escolares, como ocurrió en una ciudad al sur de Xinjiang.

 

También se ha establecido un estricto control sobre las mezquitas y el clero, interviniendo en la designación de los imanes y desplegando policía dentro y alrededor de las mezquitas. Las personas que trabajan para el gobierno en la región se arriesgan a perder su empleo si participan en las actividades religiosas. No se permite el acceso a las mezquitas a menores de 18 años, quienes tampoco pueden recibir ningún tipo de educación religiosa, y temen que se les expulse de la escuela si entran en una mezquita o si se descubre que rezan en casa.

Xinjiang es una región muy rica en recursos naturales, como petróleo, gas, carbón y algodón. También tiene una ubicación estratégica porque conecta China con Asia Central. Por eso, es clave dentro del proyecto chino llamado “La Nueva Ruta de la Seda”, una red de infraestructuras (carreteras, ferrocarriles y puertos) que busca conectar China con Europa y África para impulsar el comercio mundial.

Controlar Xinjiang significa para China asegurar el acceso a recursos y rutas comerciales, lo cual explica por qué el gobierno no quiere perder su dominio sobre la región.

A pesar de las dificultades, los uigures mantienen una cultura muy viva.

 

La cultura uigur comparte muchas similitudes con otras culturas túrquicas de Asia Central debido a las raíces lingüísticas, históricas y religiosas que comparten, pero también tiene características distintivas moldeadas por la geografía, la historia y las interacciones con las civilizaciones vecinas. Muchos de los alimentos típicos de Asia Central son originariamente uigures.

La lengua uigur pertenece a la rama túrquica de la familia de las lenguas altaicas y se escribe con una escritura árabe modificada en China, pero en otros países se sigue mayoritariamente la escritura oficial del país. La lengua está estrechamente relacionada con el uzbeko y tiene influencias del persa, el árabe y el chino debido a interacciones históricas.

Hoy en día, muchos uigures viven fuera de China, en países como Turquía, Kazajistán, Alemania o Estados Unidos.

Estas comunidades forman parte de la llamada diáspora uigur, y se esfuerzan por mantener viva su lengua, su religión y su cultura, además de denunciar las violaciones de derechos humanos en Xinjiang.

Algunos líderes de la diáspora promueven campañas internacionales para que se reconozca lo que ocurre en la región, mientras que otros se dedican a enseñar la lengua uigur o a organizar eventos culturales.

 

 

 

Fuentes:

 

1.    Amnistía internacional

 

https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/represion-y-control-en-xinji ang-la-lucha-de-la-poblacion-uigur-por-su-identidad/

2.    Central Asia guide

 

https://central-asia.guide/es/cultura-uygur/

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