domingo, 7 de diciembre de 2025

Odoacro y el fin de un imperio


En el año 476 d.C. Roma ya no era una gran potencia: la mayor parte del ejército romano estaba formada por tribus germánicas, muchas de las provincias habían sido ocupadas por pueblos bárbaros () y otras ya no respondían al mandato de Roma. Se había vuelto ingobernable.

Odoacro, de origen Huno, hijo de Edeco, lugarteniente de Atila, nació en el año 433 al sur del río Danubio en tierras de la actual Hungría. Tras la ruptura del imperio de Atila y después de pasar como jefe por bandas de guerreros, acabó en Italia en busca de mejor fortuna, llegando a ser incluso general de las fuerzas imperiales romanas.

En el año 433, Odoacro estaba al mando de una fuerza de bárbaros que servían al ejército del Imperio Romano de Occidente. A primeros del mes de septiembre del año 476 el emperador Rómulo Augusto se encontraba en Rávena. Ya no existían ejércitos imperiales que luchasen por Roma y protegiesen al joven emperador, que para entonces no era más que un título vacío, alguien que por su debilidad se había ganado incluso el apodo de “Augústulo”, el pequeño Augusto en latín. Odoacro hizo lo mismo que otros soldados romanos anteriores: derrocar al emperador y ocupar su lugar. De esta forma Rómulo Augusto fue destronado, borrándolo de la Historia, lo que significó el fin de la figura imperial de occidente. Odoacro le perdonó la vida y fue enviado al exilio en Campania el resto de su vida. Y es este momento, considerado por muchos historiadores, el que pone fin al Imperio Romano de Occidente y el comienzo de la Edad Media.

A diferencia de lo ocurrido con emperadores anteriores, Odoacro, en lugar de asumir el título de emperador, tomó el de Rey, gobernó Italia como un reino autónomo y mandó una embajada formada por senadores romanos a Constantinopla para devolver los símbolos de poder de Rómulo Augusto al emperador de Bizancio, Zenón, como reconocimiento de su soberanía y con la intención de buscar su nombramiento como patricio, que no emperador, a la vez que se afianzaba como su agente en la península itálica.

Odoacro cedió a sus tropas un tercio de sus dominios de Italia y para ganarse el apoyo de los ciudadanos romanos, conservó las atribuciones del Senado, situó a individuos de origen romano al frente de los principales puestos de la Administración, la nobleza vio respetados sus bienes y su posición social predominante, respetó al clero católico y reservó los puestos militares a los bárbaros, a quienes encargó la defensa de las fronteras, consiguiendo así poner freno a las incursiones enemigas en Italia.

Mientras tanto, otras zonas de Italia como Tracia e Iliria estaban siendo saqueadas por los ostrogodos (pueblo godo proveniente de la Europa oriental). Ante tal invasión, Zenón se vio obligado a, además de conceder terreno a este pueblo, nombrar general y cónsul a su jefe Teodorico.

Teodorico reunió a todos los godos de los Balcanes para enfrentarse a Odoacro. Ambos demostrarían una y otra vez que eran líderes capaces y poderosos enemigos. Tras ser derrotado tres veces en dos años (Aquilea, Verona y a orillas del rio Adda), se vio obligado a retirarse a Ravena en el año 490 poniendo fin a un gobierno de catorce años caracterizado por la prudencia y la estabilidad. Allí resistió durante tres años el asedio hasta que, finalmente en el año 493, tuvo que entregar la ciudad después de llegar a un acuerdo con Teodorico el Grande en el que se comprometían a compartir el gobierno de Italia y conseguir la tan necesitada paz.

Sin embargo, este compromiso no fue suficiente para impedir que, en marzo de ese mismo año, Odoacro fuera asesinado a traición junto a sus seguidores por el propio Teodorico el Grande, a pesar incluso de que este hubiera prometido respetarle la vida. Según algunos historiadores, los hechos ocurrieron durante un banquete en el que se festejaba, precisamente, el acuerdo que pondría fin a la cruel guerra entre ambos. El brindis de Teodorico era la señal para que sus partidarios acuchillasen a los de Odoacro y este fuera capturado.

Teodorico golpeó con su espada a Odoacro. El filo le atravesó la calvícula y alcanzó la parte alta de la cadera. Las últimas palabras de Odoacro fueron: “¿Dónde está Dios?”. A lo que Teodorico respondió: “Así trataste a mis amigos”, haciendo referencia a los asesinados por Odoacro unos años antes.

Pese a ser la hipótesis más respaldada, hay otros autores que sostienen que los verdaderos asesinos de Odoacro fueron su hermano Onulfo y su hijo Thela.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Trabajos citados

·         Enciclopedia. (s.f.). Espasa Calpe, tomo 13, página 7635.

·         Acuñaciones de Odoacro y los Ostrogodos. Ulises Gardoni Jáuregui y Ricardo Veltri."academia.edu" https://www.academia.edu/download/65607419/Acunaciones_de_Odoacro_y_los_ostrogodos.pdf

·         Canal de documentales históricos: La Historia jamás contada https://www.youtube.com/watch?v=miYkyKvU6po 

·         Odoacro, Ostrogodos y Lombardos. Andoni Garrido. Historipedia

Italia Medieval: Odoacro, Ostrogodos y Lombardos - Historipedia

 

 

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