domingo, 16 de diciembre de 2001

A pesar de todo


Ricardo Fernández Herbosa

Las crónicas que cada mañana nos remite el enviado especial de RNE en Palestina, Fran Sevilla, nos trasmiten reiteradamente la imagen de un paisaje espeluznante, donde el hombre ha sido reducido a uno de sus estadios más inferiores. Y no nos referimos a las víctimas. “La humanidad ha acabado en Yenín,” espetaba un preocupado filósofo estos días. Pero la humanidad no solo está acabando en Yenin. La locura colectiva, unida a la voraz represalia de la naturaleza también sigue actuando en Afganistán. Y la avidez de poder
y odio del hombre sigue campando en Zimbabwe o en Venezuela.¿Queda un palmo de terreno para la esperanza?. Eso es lo que una mente joven se pregunta, no sabiendo si hallará respuesta.

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