martes, 7 de enero de 2014

Cuando la piel es el delito


Raquel Martínez


Al igual, que como ya sabemos todos, las chicas de occidente hacen todo lo posible para broncear sus pieles pálidas, ya sean técnicas naturales, como es tomar el sol o artificiales como por ejemplo las cabinas autobronceadoras de Rayos UVA, toallitas bronceadoras u otros tipos de productos químicos. Pues en la otra parte del mundo, miles de mujeres africanas, lo que quieren estas chicas es decolorarse la piel, para estar un poco menos morenas, y para conseguir esto, cada día deben echarse cremas y productos muy abrasivos para la piel, nada más que lo hacen para subir de nivel social, gustar o gustarse a ellas mismas.


Éste hecho lo realizan tanto ellas como ellos, pero sobre todo ellas. Actualmente, el 67% de las mujeres procedentes de Senegal despigmentan sus pieles, en Togo prácticamente igual con un 58%, las cifras bajan un poco en Malí donde el porcentaje solo asciende al 25%.
Es una técnica que empezó a darse a finales de los años sesenta, y desde entonces, el número de personas que se han unido a este fenómeno no ha decaído, si no todo lo contrario, han aumentado desde entonces sin parar.

Se despigmenta cualquier parte del cuerpo, ya sea la cara, por supuesto, la espalda, codos y pies... Se ha llegado a extender tanto por Africa, que algunos dermatólogos ya lo han denominado como "El trauma poscolonial".

Por culpa de ésta obsesión por aclararse la piel, que les hace perder la melanina, llegan a contraer diversas enfermedades, como pueden ser quemaduras en la piel, estrías en partes del cuerpo que no son habituales, acné, alergias, y hasta incluso en algunos casos cáncer de piel, la cual es una enfermedad bastante normal en Europa, pero no en África, donde las pieles son mucho mas duras.
Otros efectos secundarios pueden ser por ejemplo, que aparezcan en cara y espalda unas manchas de color negro y de tacto endurecido, que son, por cierto, irreversibles.

Estas cremas, deben aplicarse de una a dos veces al día, por todo el cuerpo, por el tema de igualar la coloración, y no dejar manchas.

Hoy en día están a la venta en los comercios de África unas cien marcas de productos legales que son capaces de aclarar la piel llamados "Khessal", pero éste producto no es el que realmente hace los verdaderos daños en la piel. Estos productos se venden en cualquier comercio de las ciudades y barrios, tienen un precio muy elevado, que oscila entre los dos a doce euros, éstos precios pueden parecer lógicos y normales en éste tipo de productos para nosotros, pero teniendo e cuenta que alrededor del 68% de sus habitantes tienen que sobrevivir con poco más de dos euros al día, pues es un coste realmente elevado.
Los que realmente son perjudiciales para la piel son los llamados "khessal para pobres" son derivadas del Khessal habitual, son las sustancia que compran las consumidoras que no se pueden permitir el gasto que supone el original; está elaborado por curanderos, sus componentes son detergentes, y lo que ellos llaman "decapantes" como son por ejemplo ácidos y lejías.

Estas sustancias se crean principalmente en Europa, EEUU, Nigeria, y Sudáfrica. "Cleartone" o "Piel Blanca" son algunos de los nombres que se utilizan para clasificar los productos blanqueadores en algunos lugares de África.
Han aumentado el número de personas que asisten a hospitales con quemaduras y lesiones cutáneas, a causa de éstos productos, por ello, algunos dermatólogos de la zona pidieron a la OMS que consideraran el uso de Khessal como un problema para la salud.



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