Julián
Luque, Emilio García, Miguel González
Sin duda un
nombre ha marcado la historia del Racing 2008, Marcelino. Marcelino García
Toral es uno de los innumerables resultados de la escuela de Mareo, el vivero
del Sporting de Gijón. De la mano de este equipo debutó en primera división en
la temporada 1985-86. Luego vendría su paso el Racing de Santander y el
Levante, equipos en los que cosecharía dos descensos.
Una
discreta carrera como jugador ha dado paso, sin embargo, a un futuro muy
brillante como entrenador. Tras pasar el consabido periodo de rodaje en equipos
como el Club Deportivo Lealtad (su debut en la temporada 1997-1998), el
Sporting de Gijón B, o el primer equipo gijonés, su salto al estrellato llegó
en la temporada 2005-06, en la que conseguiría subir a primera al Huelva. Tras
una excelente segunda temporada en el equipo onubense, esta llegó al banquillo
del Sardinero, donde ha hecho historia. Su llegada al equipo santanderino fue
fiel reflejo de su carácter. Antes decidió abandonar opciones económicamente
más rentables (Betis o Deportivo), pero cuyos proyectos deportivos, o el
carácter de su organización, no cuadraba con sus principios. Ahora, Tras el
éxito y el reconocimiento, abandona la posibilidad de defender la historia
conseguida, quizá presa de un recto sentido de la responsabilidad, quizá
temeroso de defraudar a quienes esperan aun mayor recompensa, quizá bajo el
influjo de aquel miedo escénico que describió Valdano, o quizá solo porque es
Marcelino.
Consumado
su éxito, este hombre discreto, meticuloso, responsable, nos ha hecho gala de
su timidez y su elegancia, recibiéndonos en su casa, con toda la amabilidad de
la que ha hecho gala en Santander. Este fue el resultado