Que decir
de Quini, todos sabemos que pronunciar su nombre es sinónimo de gol, es si no
el mejor, uno de los mejores jugadores de la historia de Asturias y de España y
el referente a seguir de todos los delanteros. Hablar de Quini es hablar, ni
más ni menos, del segundo máximo goleador de la primera división detrás de
Zarra y posiblemente seria el primero de no ser por su larga estancia en
segunda, incapaz de abandonar a su Sporting del alma. Además de su carrera como
futbolista, Quini siempre ha destacado por sus valores humanos, unánimemente
reconocidos. Generoso, amable, fiel a sus ideales, sencillo, coherente y noble,
como nos ha demostrado en esta entrevista. Y ello a pesar de que la vida, no ha
tenido a bien darle un respiro. Un largo y cruel secuestro, cuando se
encontraba en la cumbre de su carrera, una grave lesión, cuando era pieza clave
de la selección española, la muerte como un héroe de su hermano, ahogado en
Pechon por rescatar a unos niños del agua, y preso de un cancer al que ha
plantado cara como ejemplo vivo de todos los que la sufren y con un coraje y
una ilusión contagiante. Hoy hemos conocido en persona a una leyenda del fútbol
y de la vida, que ha tenido la generosidad, que le agradecemos, de recibirnos
en las instalaciones del “mejor equipo del mundo”, según nos cuenta, las de
Mareo, las del Sporting.
¿Donde y
cuando naciste?
Nací en
Oviedo, el 23 del nueve del cuarenta y nueve, tengo actualmente cincuenta y
nueve años.
¿Como se
llamaban tus padres, y de que lugar de Asturias eran?
Eran
asturianos de Oviedo los dos, uno Enrique como yo y María Elena mi madre.
¿Cuándo
empezó a interesarte el fútbol?
Pues yo
creo que como a todos los chavales, se empieza desde pequeño corriendo detrás
de una pelota, cuando uno empieza a andar empiezas a dar patadas a una pelota,
y yo creo que desde que empecé a andar, pues empecé a pegarle a la pelota,
luego la afición fue prácticamente desde recién nacido.
¿En donde
pasaste tu infancia y en que escuela o colegio estudiaste?
Mi padre
trabajaba en las acerias de Ensidesa, así que vivíamos en un poblado de la
fabrica en Aviles, de ahí son mis primeros recuerdos. Con ocho años nos
trasladamos desde Oviedo, y aproximadamente hacia los diez empecé a jugar en el
colegio de Los Salesianos del poblado de Ensidesa y ahí estuve y acabé mis
estudios, en los Salesianos de Avilés.
¿Cuál fue
tu primer equipo de chaval?
El primero
fue el Bosco Ensidesa, el del colegio salesiano, hicieron un buen equipo y
entonces se llamaba el Bosco Ensidesa porque el equipo pertenecía como os digo,
a una barriada de los que trabajaban en la fábrica de Ensidesa, porque la
fábrica hizo un poblado grande para trasladar a toda la gente que era de fuera
y vinieran a trabajar allí y así vivir todos juntos, entonces en el poblado, se
hizo un colegio de monjas, y el de Los Salesianos, y fue en donde yo empecé
todo.
¿Sabemos
que tu padre estuvo muy al tanto de tu vida de futbolista en la edad de joven,
pero que influencia tuvo tu madre, porque también las madres creo que influyen?
Hombre en
una familia influye todo. Mi padre jugaba al fútbol, primero fue portero en el
Calzada de Gijón y luego en el Infiesto. Conocía el mundillo y eso influyo en
la manera en me aconsejo y me guió. Yo jugaba, como os decía, en el Ensidesa,
el campo estaba a 100
metros de casa. Recuerdo que siendo juvenil el Oviedo,
que entonces estaba en segunda, se intereso por mí y hablaron con mi padre.
Pretendían llevarme para ponerme a prueba en el Vetusta de tercera división. Mi
padre se negó, pensaba, con buen criterio, que para jugar en tercera ya estaba.
Pues como juvenil, el Ensidesa me convocaba muchas veces para jugar en tercera,
y así mi padre me tenia controlado, así que les dijo “vamos no va a estar fuera
de casa para jugar en la misma categoría, se queda aquí en casa que tiene el
campo a cien metros”. Eso me alejo del Oviedo y me acerco cada vez al Sporting,
porque andado el tiempo se hizo un convenio entre el Sporting y el Ensidesa. El
Ensidesa tenía mucha cantera y muchos equipos filiales, con lo que salía mucha
gente buena de allí, por ese convenio, el Sporting adquiría preferencia en los
valores que despuntasen. Al año siguiente, empecé a meter goles, el Soporting
se fijo en mí y pase a jugar en segunda, que era donde estaban también los
gijoneses. Así que esa decisión me influyó, y mucho como veis.
¿A que edad
pasaste a jugar al Bosco y cuanto tiempo estuviste más o menos antes de pasar
al Ensidesa?
En el Bosco
estuve toda la época de juvenil y con diecinueve años ya estaba jugando en el
Sporting. Yo cumplo los años el 23 de septiembre, y esa era la época en que
comenzaban las temporadas, pues ahora es más moderno, ahora se empieza en
agosto o a últimos de agosto pero antes se empezaba el primer domingo de
septiembre, así que con mi cumpleaños, casi, empezó mi historia con el
Sporting.
¿Qué
anécdota nos puedes contar de tu época en el Bosco o en el Ensidesa?
(Dibuja una
sonrisa, pícara). De mi época de chaval, pocas, yo era muy inofensivo, y es que
yo soy muy malo para contar estas cosas, y han pasado muchos años. Recuerdo
algunas de cuando tenía 18 años. Jugaba yo todavía en el Ensidesa y coincidí
con un delantero centro que era muy bueno, muy bueno, que se llamaba Colunga.
Metía muchísimos goles, era un fuera de serie. Yo no se como esta gente no
llega a ser más de lo que fue. La verdad es que en aquella época había una
tercera división que era fenomenal, muy buena. Pues en un entrenamiento
apostamos a ver quien metía mas goles , en remates, en penaltis y tal, y
apostamos a tirar cinco penaltis cada uno, o quizá diez, no me acuerdo, el caso
es que el que perdía pagaba una merienda. Empezamos a tirar y me gano por uno,
y entonces dijo él, quedamos en la cafetería, que era una que estaba casi junto
al campo. El se fue a su casa a cambiarse y yo a lo propio. Cuando llegamos y
el hizo ademán de pedir al camarero, yo le dije que ya traía la merienda de
casa, así que saque del bolsillo un chusco de pan y una onza de chocolate,
“date por pagado”, le dije, y así, que también eran tiempos duros, me ahorre el
convite.
¿En que
periodo o época de tu vida empezaron a llamarte el Brujo, y por que te llamaban
así? ¿Seria acaso por tu olfato goleador?
Me lo
pusieron aquí en el Sporting, grandes como Cundi y Compañía. Todo era porque a
veces me decían, “¿como ves el partido de hoy, que tal?”, “pues hoy voy a meter
un gol y vamos a ganar”, contestaba. Y como tomaron la costumbre de preguntarme
casi todas las semanas, y algunas acertaba, tomaron la tradición, cuando venían
partidos duros de decir “vamos a peguntar al brujo”. Y así empezó el mote, y
fíjate que luego ha sido con lo que se ha quedado la gente, nunca me imagine, que
andado el tiempo, yo seria el Brujo.
Villa dice
que has sido su ídolo y referente futbolístico. ¿El tuyo, si lo tuviste, quien
fue?
En mi época
de crío, se hablaba de Di Estefano de Kubala de Gento, de Amancio, de Fuste.
Esos son los ídolos, no solo míos, sino de cualquier chaval de la época. Ya han
desaparecido, por desgracia, pero eran grandes jugadores, y grandes personas.
Tu padre no
quiso que fueras al Oviedo, porque jugaba en la misma categoría que el
Ensidesa, y le era difícil desplazarte a Oviedo, pero.... ¿a ti no te entro el
gusanillo de ir a un equipo de más categoría, o ya barruntabas que el Sporting
andaba detrás de ti?
No, yo no
sabía absolutamente nada lo que iba a pasar, no sabía que el Sporting se
interesaba por mi, como lo había hecho el Oviedo. Fueron circunstancias de la
vida que son difíciles de explicar. Yo en ese momento si que es cierto que
llamaba la atención. Era un hombre que jugaba de cara a la portería, que metía
muchos goles. No era de los que jugaban bonito, pero si era muy efectivo,
cazaba los balones en el área con bastante facilidad y metía muchos goles. Y
los equipos buscan continuamente gente goleadora que, por otra parte es muy
cara y cotizada. Así que el Gijón siguió mis pasos, y ya en la temporada 68,
estando Carreira de entrenador, me llamaron. Cumplí los años en septiembre, y
en diciembre ya estaba jugando en segunda con el Sporting. Era, dio esa
casualidad, una época mala para ellos, no estaban finos, metían pocos goles. Un
día, me enfrente con su filial, el Sporting Atlético, en su campo de helechos,
y les metí, en su casa cuatro goles, en un campo embarrado, casi imposible, los
técnicos que estaban buscando soluciones para el primer equipo, creyeron ver en
mi la solución. Al domingo siguiente ya estaba con la camiseta de rayas. “Si
este chaval mete tantos goles en tercera, los podrá meter en todas las
categorías”, pensaron. Y así vine, y aquí me quede.
Como las
mujeres también son protagonistas en nuestras vidas, ¿Cuando conociste a tu
esposa, cuando te casaste y cuantos niños tenéis?
Pues la
conocí un 28 del ocho del setenta y ocho, y cortejamos siete años. Nos casamos
en el año setenta y cuatro, tenemos cuatro hijos, y más amor que el primer día,
si cabe.
A estas
alturas de la entrevista, en la que estamos sentados con Quini en la sala de
prensa, nos piden que nos cambiemos, ha terminado el entrenamiento, y la sala
se va a utilizar para la rueda de prensa diaria. Así que nos trasladamos a un
salón contiguo que es donde se reúnen los jugadores y el entrenador antes de
los partidos. Un salón muy grande y bonito, donde hay billares, sofás, mesas
para jugar a las cartas etc., un lugar para que los jugadores se relajen antes
de los partidos. Esto nos comenta Quini.
¿Influyó tu
esposa en tu vida futbolística o se mantuvo al margen dejándote a ti las
decisiones?
Yo creo que
en una familia, tiene mucha importancia la mujer. Si vives para el fútbol, es
un poquito complicado el llevar una familia porque estas casi siempre fuera, en
concentraciones. Actualmente no hay tantas, pero antiguamente si, antes nos
concentrábamos muchísimo. Siendo así, ellas juegan un papel fundamental, se
hacen cargo de la familia en tu ausencia y se sacrifican enormemente para que
todo funcione, para darte apoyo. Yo he tenido mucha suerte, he encontrado a una
mujer muy paciente, que ha sido fundamental en mi vida.
¿Alguno de
tus hijos sigue la racha de su padre y de sus tíos?
No, jugaron
en la época de juveniles, en regionales algunos, pero no, lo dejaron todos, ya
están trabajando, tienen su trabajo y han dejado el fútbol, por entretenerse y
eso si, juegan algún partidito que otro, pero nada más.
¿Cuando
pasaste al Sporting de Gijón y cual fue tu primer partido con él?
Marche en
la campaña 68, 69 y debuté en Sevilla contra el Betis, fue mi primer partido
fuera. Mi primer partido en casa fue contra el Ferrol, que empatamos a uno y
marqué yo el gol del empate del Sporting, fue mi primer gol con el equipo.
He oído
decir que por los años 1972 o 1973, cuando la televisión aún era en blanco y
negro, no se podía ver a ningún equipo de fútbol mejor que al Sporting de Gijón
de Quini y al Ajax de Cruiff. ¿Opinas tú lo mismo?
No se. Yo
creo que siempre hubo fútbol bueno, y no solamente lo ha practicado el Sporting
yo creo que todos los equipos han tenido épocas buenas y malas, a mi a lo mejor
me ha tocado vivir una época muy bonita en el Sporting, porque no nos podemos
quejar, la verdad es que es un equipo modesto que ha jugado competiciones europeas
y sobre todo yo creo que hemos hecho muy buenos partidos, hubo una liga que
hemos quedado subcampeones, algo muy difícil de conseguir para un equipo de
nuestros recursos. Si, me ha tocado una época muy bonita, pero yo creo que
todos los equipos pasan por rachas buenas y malas.
¿Ha habido
algún futbolista en España que haya superado tu record, como máximo goleador de
toda la historia del fútbol español?
Hay uno,
muy amigo, lo que pasa es que, ya no esta con nosotros, se llamaba Telmo Zarra.
Zarra tiene seis pichichis en primera división, uno más que yo. Yo tengo cinco
en primera y dos en segunda, siete, pero claro, ellos no jugaron en segunda
como jugué yo. Yo he desarrollado mi vida deportiva en un equipo modesto, y he
jugado varias temporadas en segunda división, eso explica mis estadísticas.
¿Cuál es el
partido con el Sporting que mejor recuerdas?
Muchos me
traen buenos recuerdos, pero como emocionante y bonito , recuerdo contra el
Bilbao, un partido que jugamos en casa y ganamos cuatro a tres y hasta el
último suspiro no metimos el cuarto. Contra el Barcelona también, hemos metido
otros cuatro goles, al Madrid también le metimos cuatro a dos. Son partidos
bonitos porque son muchos goles y ganar a equipos tan buenos te da una gran
satisfacción como deportista.
¿Qué
anécdota gratificante para ti nos puedes contar de tu paso por el Sporting?
Anécdotas
tengo muchas -se ríe mucho- Tengo muchas pero son un poquito a lo mejor... -se
sigue riendo-, no se si contarte alguna, bueno...- nos entra la risa a todos y
a él a carcajadas-
Hubo
muchas. En este campo que veis aquí, una vez metí un coche, el de Cundi, otro
gran jugador de aquí. Para hacer la gracia, le quite las llaves y metí el
coche, dejándole en el circulo central,y luego le escondí las llaves. Con tan
mala suerte, que cuando paso la broma y quisimos sacarle, llovía tanto que el
campo se reblandeció y para sacarle desgraciamos el césped. El entonces
presidente, y que ahora también lo es, Vega Arango, nos echo una bronca de
meter miedo. La cosa es que primero, de tanto esconderlas, no encontrábamos las
llaves, y luego no podíamos sacar el coche. Así que al día siguiente Cundi tuvo
que venir a entrenar en taxi. Pero no escarmentamos. Dos semanas después le
quitamos el coche al encargado de los campos de Mareo, y s ele escondimos en el
gimnasio. El hombre no lo encontraba. Buscando el coche y buscando el coche, lo
que menos pensaba el es que el coche estuviera en el gimnasio. Lin que así se
llama, desesperado llego hasta la policía, creyendo que se le habían robado.
Así que le dijimos, mira hombre igual el coche esta haciendo pesas, y allí le
encontró. De esas gamberradas hicimos muchísimas. Había muy buen ambiente,
éramos más que un equipo.
Otra gorda
se la organizamos a un chaval que vino de San Sebastián que se llamaba
Orbegozo. Entonces nosotros salíamos a correr por la universidad laboral, que
no era como ahora, sino que estaba rodeada de prados. Íbamos a correr divididos
en dos grupos, uno por cada lado de la universidad. Haciendo la ruta me
encontré en el suelo con un palo gordo, que mediría medio metro o por ahí, y
una caca de un perro. Madre mía, más fea que la leche. Ni corto ni perezoso,
unte el palo con aquello y seguí corriendo con él, cuando llegamos a la altura
del otro grupo, le grite Orbegozoooo!!!!, coje el testigo!! , el desde lejos no
sospecho nada, así que me tomo el testigo y, meca la que se armo. Cogió el palo
por donde estaba la caca, empezó a vomitar. Bueno, se nos puso malísimo. No os
voy a contar más porque si no... jajaja..
¿En que año
pasaste a formar en la plantilla del F.C. Barcelona, y cual fue tu primer
partido con ellos?
Fue en la
temporada 80-81, y la verdad, es que no recuerdo ese primer partido. Fueron
momentos de nerviosismo, de alegría por llegar a un grande, de pena por dejar a
mi equipo.
¿Por qué te
enfadaste un poco con el Sporting cuando no te dejaban ir al Barcelona, que
llegaste a pensar en retirarte?
No, no no,
no es para tanto, no hagas caso muchas veces a lo que escriben. Cuando quise
marchar al Barcelona yo tenia 22 años, y finalmente me marche cuando tenia 31,
así que fíjate que enfadado estaba. En aquella época existía el derecho de
retención de los equipos, asi que en el momento de más juventud, cuando equipos
como Madrid o Barcelona me quisieron fichar, no pude por que el equipo se negó,
porque la directiva no quería enfrentarse a los socios, que no querían. Pero
así estaba montado. Ahora los jugadores tienen la sartén por el mango y pueden
rescindir sus contratos, y entonces no. Pero no es que me enfadara, fue un
contratiempo, porque yo veía que era la oportunidad de mi vida. Es más, tiempo
después, varios equipos se interesaron por otros grande de la época, Churruca,
y se hizo una junta general para pedir a los socios opinión sobre a quien se
vendía, porque hacia falta, y los socios dejaron marchar a Churruca y yo me
volví a quedar.
¿Por qué te
gustan tanto los goles de cabeza? Si con la pierna tienes unos goles
impresionantes.
Para mi, a
mi entender, los goles de cabeza tienen una belleza espectacular, son muy
bello, porque en el gol de cabeza hay que girar muy bien el cuello, hay que
saber pegarle en el momento oportuno al balón, porque cuando viene el balón
puede venir muy rápido. Tienes que tener esa habilidad de conseguir pegarle al
balón en el punto exacto, en el giro de cabeza exacto, para hacerlo por un
sitio o por el otro. Para mi eso es lo mas bonito que hay. A lo mejor de pie
pegas y puede salirte por la escuadra o a veces de casualidad, pero el que
remata bien de cabeza y quiere meter un gol por la escuadra, y lo consigue, no
es por casualidad, hay mucho esfuerzo y mucha técnica ahí.
¿Manejabas
las dos piernas o eras más diestro que zurdo?
No yo pego
más con la derecha, yo siempre fui derecho, lo que pasa es que te defiendes con
la izquierda para ser más competitivo.
De tu paso
por el Barcelona que recuerdo agradable también nos puedes contar, pues del
desagradable, que fue tu secuestro no quiero hacértelo recordar?
Bueno, no
pasa nada, ya no se si me secuestraron a mi o los secuestré yo a ellos,
jajaja.... El secuestro fue hace muchos años. Es desagradable naturalmente, es
algo que desearías que no le pasara a nadie. Del paso por el Barcelona, del que
me fui con cierta edad, hay muchos momentos agradables. He ganado con ellos
títulos, y eso es muy emocionante para un deportista. Gane una copa de España y
una Recopa de Europa. Lo único triste, es que mi primer título fue contra mi
Sporting, al que derrote en la final de la copa del Rey, una tarde agridulce,
como comprenderéis.
Tu vida
futbolística es tan amplia, que también tenemos que tocar el tema de la Selección. ¿Cuando te
llamaron y en que partido debutaste? ¿Metiste algún gol en ese primer partido?
Debuté en
Zaragoza de la mano de Kubala. Mis recueros son vagos, lo reconozco. Pero
recuerdo que era contra Grecia, salí en el segundo tiempo por Gárate, una figura
de la época, y metí un gol, el de la victoria. Un triunfo bonito.
Junto a
malos momentos, como cuando George Best te rompió un pómulo jugando con Irlanda
del Norte, quiero saber que es lo mejor de tu paso por la selección. El orgullo
de vestir la camiseta, los compañeros que conociste, ¿Qué?
Si, no cabe
duda que cuando juegas con la selección española y defiendes a tu país, vives
lo máximo como deportista. Defender su patria, escuchar ante tanta gente tu
himno, hace que respingues y se pongan los pelos tiesos. También conoces a
muchos jugadores de otros equipos de tu liga, haces amistades y vas madurando,
en todos los aspectos.
¿Cuándo
volviste al Sporting, tras tu paso por el Barcelona, cuanto tiempo permaneciste
en activo?
Casi tres
temporadas más.
¿Como a
Schuster o a Laudrup, te hubiera gustado que te fichara el Madrid jugar con él?
Yo creo que
a cualquier profesional que juegue en equipos modestos, a cualquier jugador que
le preguntes, te dirá que le gustaría jugar en el Barcelona o en el Madrid,
porque, para mi, so dos de los equipos de la élite del fútbol mundial.
Valencia, Sevilla, Villarreal, son buenos, pero esos son equipos de paso, como
digo yo, que no son siempre de actualidad de estar arriba del todo. Madrid y el
Barcelona, o el Barcelona y el Madrid, son los dos equipos que normalmente,
estando en condiciones, no se les escapa nunca la liga. A cualquier profesional
que quiera ganar títulos no se le escapa que debe jugar en esos equipos.
Esta
pregunta es un poco difícil, pero Cual es el momento más decisivo en tu vida?
Decisivo!.
Es difícil explicarte. A mi siempre me gusto el fútbol, siempre fue mi pasión y
mi objetivo. Empiezas en esto y vas subiendo peldaños. Yo he jugado en todas
las categorías. Empecé a jugar en infantiles, después juveniles, en regionales,
tercera división, segunda y primera. Yo creo que son momentos decisivos esos,
esos cambios, en los que tu vas poco a poco subiendo esa escalera, de categoría
a categoría. Esa es la realidad de la vida. No un día en que todo cambia de
pronto. La vida no es así, la vida cambia cada día, y cada día debemos
cambiarla.
Crees que
los jugadores actuales se quejan demasiado y no se comprometen plenamente con
sus equipos, olvidándose que tienen condiciones laborales ideales por las que
deberían dar cada mañana “saltos de alegría?
Hombre, yo
te puedo hablar por el Sporting, porque es lo que vives el día al día. Yo creo
que tenemos gente comprometida de verdad en el equipo, porque tenemos un
equipo, y no es por que esté aquí el mister y yo quiera alabarle. Llevábamos
diez años en segunda, con la gente aburrida y cansada del equipo. Llegó
Preciados y cambió todo, dio alegría al equipo, a la afición, que era
primordial y yo creo que todo esto lo ha infundido a la plantilla, que es de lo
que estamos hablando ahora. La gente que tenemos es humilde, no son ninguna
figura, hay alguno que puede llegar, pero actualmente no tenemos una figura en
plan relevante. Pero si están comprometidos, con él, con el equipo y con la afición.
Y yo creo que el éxito del Sporting es eso, el haber conseguido su compromiso.
Yo creo que es lo fundamental del Sporting, y por eso estamos en este momento
en un equipo sencillo, en un equipo modesto, pero en un equipo que esta dando
la talla porque están comprometidos, si no estaríamos pasándolo bastante mal y
en cambio estamos disfrutando de una primera división, pero a tope porque
tenemos gente maravillosa. Ahora bien, como en todo, hay gente, no aquí, que
por pegar dos patadas a un balón, se cree el centro del universo. Pero eso como
en todos los campos de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Queremos saber tu opinión. Se respetuoso y enriquece a la comunidad