La tecnología es el conjunto de conocimientos que permiten construir objetos y máquinas para adaptar el medio y satisfacer nuestras necesidades. Utilizamos la tecnología en nuestra vida cotidiana, es algo indispensable. Pero hay que tener en cuenta las consecuencias que tiene el utilizar de manera excesiva la tecnología. Normalmente sabemos aplicarla a nuestras necesidades pero, ¿qué pasa cuando nos excedemos? Por ejemplo la permanencia frente a una pantalla es causa de la inactividad física que consecuentemente provoca aumento de peso y mayor riesgo de obesidad, además interfiere en el sueño de los adolescentes, pudiendo ser éste otro factor determinante del sobrepeso.
Los adultos suelen utilizar la tecnología teniendo en cuenta las consecuencias. Por tanto, si la usan, es por temas de trabajo, y casualmente, por ocio. Pero los jóvenes normalmente la utilizan por temas de ocio.
Los adolescentes suelen estar mucho tiempo en frente de la pantalla del ordenador, por lo que saben utilizar muy bien Internet, así como otros programas con los que cuentan los ordenadores. Creen que tener un buen manejo del ordenador les ayudará en el futuro, y razón no les falta, ya que cada vez hay más empleos que requieren unos conocimientos sobre informática. Pero esto no es razón para que se pasen horas y horas en frente de las pantallas. La moda de mp3 no falla. Cada vez son más los adolescentes que utilizan un aparato con el que escuchar música. Lo que no saben es que un uso excesivo de este aparato con el volumen alto puede provocar perdidas de oído irreversibles, que pueden causar sorderas, parecidas a las de la gente adulta. Al igual que utilizar demasiado el ordenador o el mp3, también es perjudicial el ver durante un periodo largo de tiempo la televisión.
Pasar demasiadas horas viendo la televisión es muy perjudicial porque anula la producción de una hormona que se encarga del desarrollo de las funciones relativas al sistema inmunológico, el ciclo del sueño y el despertar. Ya sea en vacaciones, en tiempo libre, o en cualquier rato, encendemos un microondas, hablamos por el móvil, vemos la tele, montamos en coche, pero sin darnos cuenta de lo que ha evolucionado la tecnología. Científicos trabajan día y noche para intentar solucionar fallos de algunos aparatos e inventan otros muchos nuevos para que la sociedad no se atasque en una misma tecnología. “Quien no posea un artefacto puede perder en el corto plazo los vínculos con el grupo de amigos, y a largo plazo, los vínculos con el mercado de trabajo”, señala un experto. Lo que les importa a los jóvenes de la tecnología es que pueden decir lo que piensan, elegir con quien comunicarse y expresar sus emociones. No da lo mismo el ordenador o el teléfono que tengan los jóvenes, no solo se fijan en la marca, lo que importa es el estilo que demuestran. Los requisitos que piden los jóvenes a sus aparatos de tecnología es que se adapten a sus intereses, sus gustos y sus necesidades, entre otros. Además lo que buscan es diferenciarse del resto y ser reconocidos e integrados.
Los de 18 a 25 años personalizan algunos de sus equipos para que su uso sea más confortable. En cambio, los menores de 17 años, lo personalizan todo, ya sea poniendo pegatinas o eligiendo un estilo moderno. La experta Carla Padilla explica:"Eso tiene que ver con la construcción de la identidad y con decir 'éste soy yo, me presento así y quiero que el mundo me conozca de esta manera'". ¿Y cómo es que logran conectarse a tantas cosas al mismo tiempo? Pues se dice que a partir de la integración con nuevas tecnologías y la alta estimulación que éstas generan, el cerebro se ha ido poniendo más plástico. Los jóvenes están mejor preparados para realizar varias tareas al mismo tiempo, con una gran capacidad de concentración, todas estas cosas se pueden hacer con la misma productividad.
Los adultos suelen utilizar la tecnología teniendo en cuenta las consecuencias. Por tanto, si la usan, es por temas de trabajo, y casualmente, por ocio. Pero los jóvenes normalmente la utilizan por temas de ocio.
Los adolescentes suelen estar mucho tiempo en frente de la pantalla del ordenador, por lo que saben utilizar muy bien Internet, así como otros programas con los que cuentan los ordenadores. Creen que tener un buen manejo del ordenador les ayudará en el futuro, y razón no les falta, ya que cada vez hay más empleos que requieren unos conocimientos sobre informática. Pero esto no es razón para que se pasen horas y horas en frente de las pantallas. La moda de mp3 no falla. Cada vez son más los adolescentes que utilizan un aparato con el que escuchar música. Lo que no saben es que un uso excesivo de este aparato con el volumen alto puede provocar perdidas de oído irreversibles, que pueden causar sorderas, parecidas a las de la gente adulta. Al igual que utilizar demasiado el ordenador o el mp3, también es perjudicial el ver durante un periodo largo de tiempo la televisión.
Pasar demasiadas horas viendo la televisión es muy perjudicial porque anula la producción de una hormona que se encarga del desarrollo de las funciones relativas al sistema inmunológico, el ciclo del sueño y el despertar. Ya sea en vacaciones, en tiempo libre, o en cualquier rato, encendemos un microondas, hablamos por el móvil, vemos la tele, montamos en coche, pero sin darnos cuenta de lo que ha evolucionado la tecnología. Científicos trabajan día y noche para intentar solucionar fallos de algunos aparatos e inventan otros muchos nuevos para que la sociedad no se atasque en una misma tecnología. “Quien no posea un artefacto puede perder en el corto plazo los vínculos con el grupo de amigos, y a largo plazo, los vínculos con el mercado de trabajo”, señala un experto. Lo que les importa a los jóvenes de la tecnología es que pueden decir lo que piensan, elegir con quien comunicarse y expresar sus emociones. No da lo mismo el ordenador o el teléfono que tengan los jóvenes, no solo se fijan en la marca, lo que importa es el estilo que demuestran. Los requisitos que piden los jóvenes a sus aparatos de tecnología es que se adapten a sus intereses, sus gustos y sus necesidades, entre otros. Además lo que buscan es diferenciarse del resto y ser reconocidos e integrados.
Los de 18 a 25 años personalizan algunos de sus equipos para que su uso sea más confortable. En cambio, los menores de 17 años, lo personalizan todo, ya sea poniendo pegatinas o eligiendo un estilo moderno. La experta Carla Padilla explica:"Eso tiene que ver con la construcción de la identidad y con decir 'éste soy yo, me presento así y quiero que el mundo me conozca de esta manera'". ¿Y cómo es que logran conectarse a tantas cosas al mismo tiempo? Pues se dice que a partir de la integración con nuevas tecnologías y la alta estimulación que éstas generan, el cerebro se ha ido poniendo más plástico. Los jóvenes están mejor preparados para realizar varias tareas al mismo tiempo, con una gran capacidad de concentración, todas estas cosas se pueden hacer con la misma productividad.
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