Juan Carlos González
De sonrisa permanente, tez blanca como la nieve y fina
estética subía al estrado una mujer con ganas de expresar ideas, de mantener un
diálogo personal e intelectual con un grupo de personas interesadas por sus
palabras. Su objetivo, además de contar sus experiencias a través de su obra,
era dar a conocer una literatura que ella considera habitual pero que para
muchos es una sorprendente novedad.
Larsson, Larsson… se preguntaban todos los presentes. El
primer pensamiento nos transporta a la multipremiada y leída trilogía
“Millenium” pero Assa nos aclara, entre risas, que el conocido apellido es muy
común en su país de origen. Además, pronto nos damos cuenta de que la escritora
revelación no tiene nada que envidiar al propio Stieg ni a su obra. La
comandante de este viaje por la novela negra nórdica es una embarazada Ana
Pastor, periodista reconocida en España y fan confesa de Larsson. Precisamente
será el hecho de la futura maternidad un punto de unión entre las dos
protagonistas del coloquio.
Assa nos confiesa que escribió su primera obra,
“Aurora Boreal”, estando embarazada. La escritora confiesa que escribir su
primera novela estando embarazada fue sorprendente ya que por su cabeza
extrañamente no solo pasaban sentimientos de ternura y alegría sino un deseo
por contar las desigualdades e injusticias a las que se enfrentaban las mujeres
en su Suecia natal. Ella misma se considera una “feminista comprometida”.
Un dialogo entre dos mujeres de armas tomar, entre dos
mentes geográficamente incompatibles pero intelectualmente defensoras de
principios comunes.
Sus dos primeras obras son retratos de la figura femenina
en la zona nórdica. Assa afirma que las dos protagonistas son reflejo de ella
misma, son una especie de “alter ego” de su persona: “me identifico con la
abogada y la mujer embarazada por su compromiso y sentimiento impregnados”
añadió la escritora.
Los hombres en las novelas de Larsson son sensibles,
rompiendo con el tópico de hombres duros y violentos.
La religión es otro de sus puntos de influencia. El
entorno familiar más próximo de Assa rechazaba la religión, pero sus abuelos
paternos y maternos eran fervientes protestantes e introdujeron a la inocente
Assa al rezo continuo. Profundamente influida por la religión, decide escribir
como terapia contra “la imposición de la religión”. También refleja los abusos
de la propia iglesia protestante en su país. Ana Pastor se confiesa sorprendida
por la naturalidad con la que la escritora refleja esos abusos junto a la
separación de sus padres, algo lejano de ver en nuestro país.
La crudeza de sus novelas refleja una vida de
contradicciones, de imposiciones, de sentimientos encontrados. La historia de
mujeres vejadas, despreciadas por la violencia, la iglesia, la comunidad en sí.
Reflejar la muerte en sus novelas es para Assa “una terapia”. En ellas también
influye un entorno geográfico frío, “es más divertido contar historias en ese
ambiente” confiesa Larsson.
Dicen los que las han leído que no solo enganchan sino
que conmueven.
Un viaje que progresa por fríos paisajes nórdicos y
metáforas de lobos en manada. Se confiesa una amante de estos animales desde
pequeña, cuando su padre le contaba historias relacionadas con ellos. Los lobos
son para Assa “animales fuertes que pueden sobrevivir al frio, animales fieles
a su manada”. Las “lobas” de sus novelas no consiguen mezclarse con su grupo.
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