Pablo Arce
Mañana miércoles es 29 de septiembre, día elegido en España por los sindicatos –UGT y CCCO principalmente – para montar una Huelga General que intentará colapsar el país por tierra, mar y aire.
La convocatoria nació hace ya meses y pocos entendemos el por qué se retrasó tanto en el tiempo. Aunque eso no es lo que me quita el sueño. A pesar de mis 23 años, tengo el defecto de que me preocupa la sociedad en la que vivo, me inquieta que existan 5 millones de personas en edad de trabajar y que no lo hagan porque no se crea empleo debido a la situación de incertidumbre de nuestra economía que hace que el consumo no despierte y las empresas no aumenten su producción. Pero lo que más me irrita es la cantidad de parásitos con sueldo que agitan esta convocatoria sin tener la convicción de que en España se vive un drama por culpa del desempleo.
Tengo la sensación de que poco importa en esta Huelga General las cinco millones de personas que están a dos velas. Y lo digo después de haber visto colgados en Internet esos simpáticos, por no decir vomitivos, videos que los sindicatos han creado para culpar de la mierda que nos rodea a los Bancos Centrales, los empresarios, al Partido Popular (cómo no) y a un par más de ellos más. Que malos más malotes son todos. El día del Juicio Final deberían crucificarlos para que la crisis se volviese utópica.
Se lo digo enserio, señores. Los sindicatos son indispensables en una sociedad para defender los derechos, y también deberes, de los trabajadores frente a los empresarios. Al igual que es necesaria la Patronal para agrupar a las sociedades de España. Dicho lo cual, me da en la nariz que les importa un bledo a todos ellos aquello que sus estatutos marcan y se han metido en la batalla política para aprovecharse del pastel. Aquí nadie debe de dar consejos ni decir cómo un Gobierno debe realizar su labor ni cómo una oposición debe criticar las decisiones del Ejecutivo. De la actual crisis hay muchos culpables, pero la situación de España podría ser menos grave si el Gobierno hubiese hecho su labor que no es nada más ni nada menos que la de gobernar y si el resto de instituciones (oposición, patronal, sindicatos…) hubiesen dado ideas arrimando el hombro todos juntos sin tirarse los trastos a la cabeza. Y eso, lo de intentar matarse en la batalla, es lo que han hecho dejando una sensación de vulgaridad, turbación y perplejidad en España.
No quiero decir más. Yo no haré Huelga, e iré a la Facultad si los sindicatos no me cortan la carretera. Respetable es la convocatoria y la suma de los que quieran a la misma. Pero también me gustaría que si yo quiero estudiar mañana o mis padres desean acudir a su puesto de trabajo, que no les priven de esa libertad. La huelga es libre y debe hacerse en libertad. Y, por supuesto, que los que no la compartimos tenemos los mismos derechos. Solo pido eso, que el día sea normal, sin enfrentamientos y con respeto. Que para putadas, ya está el paro y la crisis junto a los parásitos y los palmeros.
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