El año
Jubilar Lebaniego es un hecho religioso, y es un hecho cultural, y por la época
que nos ha correspondido vivir, también es un hecho turístico, pero en los
sustantivo es un dialogo entre la fe y la cultura, y entre la fe y los demás
colectivos con la cultura y el turismo, y alguien se tiene que ocupar de sentar
a dialogar esas partes. El año Jubilar Lebaniego no es solo organizar un
concierto como el de Bruce Springsteen hace unos años, si la oportunidad te lo
permite.
La
celebración de un año jubilar en una pequeña iglesia rural, al mismo nivel que
los grandes centros de la
Cristiandad , como Roma, Santiago o Jerusalén es una
oportunidad muy singular, es un acontecimiento excepcional de interés
turístico-cultural, pero antes religioso, es una oportunidad única para
conectar el pasado y el presente, poner en valor el pasado y proyectarlo hacia
el futuro, de manera que nos conectemos a las redes universales nosotros los
cántabros, tan poca cosa en lo demográfico. Esa es la esencia el año Jubilar
Lebaniego. Y a eso es a lo que hay que consagrar todos los esfuerzos, no son
cifras, no son datos, no es pasaron por Liébana tantos centenares de miles, no
vinieron a Cantabria tantos…
Eso no, es
una oportunidad para resaltar lo que significó en su momento la figura de Beato
de Liébana, lo que significó Liébana como foco de la cultura de cristiandad y
de la historia, y para reinterpretar siglos después un libro mágico plagado de
símbolos, como es el apocalipsis, que no significa catástrofe, como todos
sabemos, es revelación y esa oportunidad te la da pintiparada, es un año para
la cultura, es un año para la proyección, es un año para promoción, es una año
para el diálogo y es un año para la reflexión. Nos gustaría que se celebrase
así el año Jubilar Lebaniego.
También es
un año para presentar nuestras credenciales en las redes sociales, para
demostrar que los cántabros hemos aportado a nuestra civilización alguna de las
cosas fundamentales, por ejemplo el color, esa es uno de nuestras principales
aportaciones como pueblo, el color de techo más mágico del mundo, después del
firmamento que es Altamira, el color de los libros más hermosos que jamás
pudimos contemplar, que son los Beatos. El resto de los actos, ante eso, son
anécdota. Llama la atención como todos los jóvenes saben que va a venir Enrique
Iglesias este año, y que pocos sepan por qué Liébana es una cabeza de la
cristiandad y tiene este año Jubilar, llama la atención como no hemos podido
transmitir ese elemento de identidad de los cántabros. Y es algo terrible.
Falta conciencia colectiva, falta difusión de la esencia, falta que se sepa que
todo el mundo sepa los motivos por los que Santo Toribio de Liébana es un foco
de la cristiandad y sobre todo una herramienta fundamental para el nacimiento del castellano, en esos
viejos manuscritos donde el Beato recopilo la revelación, recopiló el futuro,
eso que llamamos el apocalipsis. Porque de no haber sido por Beato de Liébana, en España no hablaríamos
español, hasta tal punto tuvo importancia su figura en su época oponiéndose del
arrianismo, convirtiendo sus libros, básicamente los comentarios del
Apocalipsis, en una teología de la historia, y eso es lo que hay que explicar.
El porqué a partir del año 1512, el Papa Julio II concede esos privilegios al
monasterio, y lo sitúa en esa tetralogías de los cuatro lugares santos, Roma,
Jerusalén, Santiago y Santo Toribio, el porqué somos iguales en ese aspecto a
una ciudad con la magnitud de Roma o Jerusalén, todo eso hay que explicárselo a
los cántabro. ese fue hecho en 1512, ratificado en 1516, pero antes ya existía
la tradición de peregrinar a Santo Toribio, siglos antes, y hay documentos que
lo atestiguan, y hay que demostrar a los demás porque durante seis siglos el
libro más hermoso, el Beato de Liébana fue el libro más leído y el más
apreciado, durante la baja edad media y luego el renacimiento, por qué sucedió
todo eso y cuál es la trascendencia de ello, porque lo que somos ahora como
Europa se construye peregrinando, no lo logran los grandes imperios, lo logró
la camineria, las peregrinaciones que fueron construyendo unas redes que fueron
perpetrando los territorios y enfatizando los credos.
Eso es lo
que hay que explicar, y eso es el año Jubilar Lebaniego, una oportunidad para
celebrar eso, y el que no lo haga así lo que está celebrando es una gran
romería con Enrique Iglesias. Una gran romería en la que tu llegas y compras tu
ticket y participes, pero eso pasa, en el concierto de una de esas figuras
universales, dura, si tienes suerte, como en el del “Boss”, tres horas y
veinte, sus ecos durante dos o tres días,
después eso desaparece, pero los libros y la cultura no, el dialogo no.
Ante eso, solo pequeñas iniciativas individuales están esforzándose por la
memoria colectiva. Como nuestros compañeros del IES Marqués de Santillana, que
tienen en el vestíbulo de su instituto una exposición del Beato de Liébana, con
ilustraciones del gran dibujante José Ramón Sanchez.O la iniciativa de un grupo
de profesores e intelectuales de Torrelavega que están intentando hacer una
edición popular de visiones del siglo XXI, que fue una edición del Beato que se
hizo en 2006 que ahora se quiere confeccionar en una versión asequible para
todos los ciudadanos.
Hay que
hacer política cultural, tejiendo redes, tejiendo urdimbre, dignificando los
albergues, editando buenas obras, introduciendo el apocalipsis del Beato en
todas las autopistas de la información, teniendo presencia en todas partes, y
realizando un intento muy justo y muy sensato para que llegamos a ser como
mínimo igual y si se puede más que Santiago, Roma y Jerusalén. Puede ser la
fatuidad de unos jóvenes cántabros de provincias, pero es una causa justa. Ese
es el gran proyecto, y hay que creer en él para alcanzar una cota mínima de
aproximación al objetivo, no hay que ser orgulloso, ni tener la vanagloria de
alcanzarlo, pero debemos luchar por ello.
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