Es posible
que por el título confundamos el artículo con un artículo cualquiera en el que
relatamos la historia del gato, o narremos una novela felina. Pero no, esto es
mecánica cuántica, y por una vez todos podremos decir que lo hemos entendido, y
sin máster ni nada.
Erwin
Schrödinger fue un físico austríaco, nacido en Viena un 12 de agosto de 1887.
Ganador del premio Nobel en 1933 por desarrollar la ecuación de Schrodinger.
Sin embargo, uno de sus teoremas y planteamientos más recordados y carismáticos
fue y es 'El Gato De Schrödinger' en el que describe, mediante un gatito, que
la materia puede encontrarse en dos estados al mismo tiempo. La paradoja, un
tanto cruel, dice así:
<<Tenemos
una caja opaca, en ella introducimos un Gatito. Seguidamente introducimos un
botón y una bombona con gas venenoso. Si se pulsa el botón, el gas saldrá de la
bombona. Cerramos la caja. Desde fuera no podemos ver ni oír nada, de ninguna
manera podremos saber que está pasando dentro. Abrimos la caja, y observaremos
dos posibilidades: que el gato NO haya pulsado el botón y continué vivo. O que
SI haya pulsado el botón y por tanto haya fallecido al liberarse el gas. Lo
importante viene aquí: mientras no hemos abierto la caja el gato ha estado vivo
y muerto, a la vez. De tal forma que hemos sido nosotros los que, al abrir la
caja y observar, hemos hecho que la naturaleza se decante por si el animal
vivía o moría.>>
Es decir,
lo que nos plantea Schrödinger es que mientras no hemos estado mirando al gato,
ha estado en ambos estados: al mirar, la naturaleza se ha decantado por una u
otra opción.
Sin embargo
este ejemplo del gato es un poco deficiente, ya que en realidad si hay un
observador dentro de la caja: el propio gato, es él en última instancia el que
decide si pulsar el pedal, y morir -cosa que no sabe- o si no pulsar y
mantenerse con vida. Pero claro si retiras al gato, ya no tienes opción en este
ejemplo, ya que si introduces una piedra, está no va a pisar el pedal.
Vamos a
explicarlo de otra manera:
Tenemos un
conducto circular, vamos a poner de un metro de profundidad. A los 50 centímetros , este
se divide en dos, uno de ellos sale en un ángulo a la izquierda de 30 grados y
el otro igual, una especie de I griega (Y). Lanzamos un átomo (Pongamos que es
como una canica, pero muchas veces más pequeño) justamente en el medio del
tubo. Con la propulsión que un ser humano puede darle al átomo, es imposible
que este pueda partirse al llegar al fondo y chocar con la esquina formada por
los tubos. Así que, si o si, el átomo tendrá que ir o por la derecha o por la
izquierda. Según Schrödinger, si nadie observa la situación, el átomo irá tanto
por una como por otra, y si al final del tubo situamos una placa en la que
queden los agujeros donde impactan los átomos, veríamos que efectivamente el
átomo ha ido tanto por un sitio como por otro.
Finalmente,
si observamos el recorrido del átomo, obligamos a que la situación, la
naturaleza, la propia mecánica cuántica o un factor X tengan que decidir por
que lado va a ir.
De hecho es
aquí donde la teoría de Schrodinger hace aguas. ¿Quien o que lo observa todo,
para que todo lo que nos pasa esté en solo un estado? ¿Quién hace qué en tantas
situaciones de la vida, en las que no hay observadores, las cosas se decanten
por un lado o por otro? -Cuando tienen un 50% de posibilidades-
Si todo
esto te ha sonado a 'Filosofía Oriental' queremos que sepa usted una última
cosa: está teoría se ha confirmado. Schrodinger tenía razón: la materia puede
encontrarse en dos estados contrarios al mismo tiempo.
¿A alguien
se le ha ocurrido como fotocopiar billetes?
Izan Crespo
Estudiante de bachillerato
Estudiante de bachillerato
Imagen Saatchi Art
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