Grândola, vila morena, Terra da fraternidade, O povo é quem mais ordena, Dentro de ti, ó cidade… con esta estrofa de la canción Grandola Vila Morena de José Alfonso, comenzó el 25 de Abril de 1974, la Revolución de los Claveles, también conocida como la Revolución de los Capitanes.
El pasado Jueves hizo 40 años, que Salgueiro Maia y sus hombres, cogieron los tanques y fueron camino de Lisboa, para acabar con una dictadura que duraba casi medio siglo.
Muchos han sido los medios que se han hecho eco de este bonito aniversario, y algunos los que han “metido la pata” históricamente hablando. Y es que parece que solo nos gusta acordarnos de cierta parte de la historia, y otra de ella olvidarla, como hemos hecho muchas veces con ese acontecimiento que muchos periodistas han olvidado. Los más desmemoriados, las más desmemoriadas, deben de dejar de perderse en el laberinto de la memoria, y aprender, recordar y no olvidar.
Y es que los “úmedos”, siguen siendo parte de nuestra historia, y en un día como el jueves, no voy a decir todos, sino simplemente UN medio de comunicación debería haberse acordado de ellos, y al menos mencionarles. Pero no solo eso, sino que algunos llegaron a “criticar” que en España, no ocurriese un fenómeno como el de los Capitanes portugueses.
Para los que no lo sepan, los “úmedos”, era como se conocía a los miembros de la Unión Militar Democrática (UMD), un intento de cierto sector del ejército español, por evocar a nuestros vecinos portugueses, y dar un golpe de estado pacifico, para acabar con la dictadura, del ya anciano Franco. Sus “máximos” dirigentes eran tres comandantes, y nueve capitanes, a los que sumándoles rangos de menor categoría, podrían llegar a unos doscientos –aunque nunca se supo el número exacto-, incluso se ha llegado a decir que contaban con el apoyo del Jefe del Alto Estado Mayor Manuel Diez-Alegria (quien llego a reunirse en Rumania con Santiago Carillo). Estos militares mantuvieron conversaciones con Maia, Carvhalo, Spinola, los dos primeros miembros de los “Capitanes de Abril”, y el último presidente de la Tercera República Portuguesa. Además de reunirse con la mayor parte de los miembros de la oposición, pero cuando se estaba empezando a preparar todo, fueron detenidos y juzgados.
Pero no solo ha existido la “desmemoria”, de los periodistas en 2014, sino también de militares, políticos…. Y es que tras varios intentos, no fue hasta Febrero de 2010, cuando el gobierno los reconoció, su valor, y su intento por restaurar la democracia, entregándoles la Cruz del Merito Militar. Primero Gutiérrez Mellado (hasta con cierta lógica), después los ministros de defensa de Felipe González, de Aznar, y los de Zapatero (hasta que llego Carme Chacón), se olvidaron, e ignoraron a los “umedos”.
Pero todo está “desmemoria” comenzó mucho antes, cuando las hoy criticadas Leyes de Amnistía, les quitaron las penas de cárceles, a estos militares, pero no les devolvieron, la carrera militar, que le habían quitado, y de esta forma nunca más pudieron ejercer de militares.
Hoy en día seguimos pensando que tenemos un ejército muy conservador, incluso fascista (y más si se hacen fotos como la que se muestra abajo), pero no es así, y desde siempre militares como Riego, o los “umedos”, han intentado que exista en España, un ejército profesional, democrático e igualitario.
El 23 de Febrero de 1981, no solo Tejero entro en el congreso, y quien sabe el confuso papel del rey, sino que muchos militares (algunos los “umedos” no condenados), pararon el golpe en los cuarteles, pese a la euforia, de algunos militares, y consiguieron que el “jaque” que habían plantado a la democracia no terminara en “Mate”.
Y hoy en día, pese a la famosa foto, continua habiendo militares, como el teniente Luís Gonzalo Segura, que siguen continuando por ese tipo de ejercito que comentábamos (http://www.publico.es/515610/cuando-entro-por-la-puerta-del-cuartel-vuelvo-al-siglo-xx ), y que en su novela “Un Paso al Frente” reivindica. Y es que pese, aunque se piense lo contrario, son muchos los militares españoles, que a lo largo de la historia no se han dejado humillar, y que han luchado por unos valores igualitarios y democráticos, dejando de lado la disciplina a sus superiores, o las “normas” militares establecidas.
Álvaro Sáenz García
Imagen defensa.gob.es
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