Sirenas

Las sirenas son seres imaginarios que tienen su origen en la mitología griega. Según los griegos, eran unos seres que tenían una mezcla de voz “musical” y además eran muy bellas, pero existen unas “representaciones artísticas” en las que son aves rapaces con la cara y el torso de una mujer fea, y sobre volaban las naves para hacerles naufragar, a causa de sus terribles graznidos y así arrastrarlos hasta sus guaridas y allí comerlos. Por eso los griegos las temían, y seguramente tendrían cuerpo de ave porque “los seres alados representaban los espíritus de los difuntos”. Se las han encontrado en muchas representaciones “en monumentos y en ofrendas funerarias”.

Durante la Edad Media se añadió a la leyenda una melodiosa voz “que llevaba a la perdición a los marineros y su única salvación era no prestarles atención” y eran mitad pez y mitad mujer además muy hermosa, con una larga melena, les gustaba vivir en zonas del mar con agua fría y vivían en palacios de coral. La gente de esta época las estaba “dotando de aspectos y funciones de otros seres mitológicos como las que tuvieron las nereidas, las ondinas (las ondinas son seres mitológicos del germánico- escandinavo y eran acuáticas, y las nereidas procedían de la mitología griega y también eran acuáticas), entre otros”.
En la edad Moderna se las representa como unos seres monstruosos recorriendo los mares con gran alegría e inquietud con “tritones y cetáceos” y están representadas en pinturas de los artistas del siglo XVIII.
En estos dos momentos de la historia “creían que de verdad existían”.

El aspecto que presentaban era con unos ojos alargados con una nariz puntiaguda y corta, las orejas eran redondas, la piel muy blanca y como ya hemos dicho, con una cabellera muy larga de color verde.
“Comían algas, peces pequeños…y para respirar debajo del agua, usaban las escamas de su parte de pez que les permitían estar bajo el agua varios días sin tener que salir a la superficie.
El otro lado de la leyenda eran los machos, llamados Tritones; estos seres vivían en acantilados y arrecifes.”

Pero para la gente de hoy en día, los conceptos están mucho más generalizados como por ejemplo que podían vivir más de ciento cincuenta años, se la representa de cintura para arriba con cuerpo de mujer con un pelo y senos muy desarrollados, y de cintura para abajo pez con una cola recubierta de escamas muy brillantes, y además sentadas en una roca peinándose su larga melena, adornada con corales y conchas o también “saliendo a la superficie del agua a entonar sus cantos” y atraer a los barcos hacia las rocas para que naufragaran y los marineros morían dentro de él o también por tirarse al agua para oír sus cantos mejor, y si alguno sobrevivía al hundimiento, era torturado; también habría algún marinero aún oyendo sus cantos no se sintiera atraído entonces una de las sirenas moriría.
Las sirenas siempre han aparecido en documentos, pinturas, u otras representaciones. Nosotras hemos recopilado algún documento sobre ellas, un claro ejemplo es la Odisea (XII, 39):
Ulises con su tripulación, se prepararon para evitar el canto de las sirenas tapando sus oídos con cera, y para que los marineros se dieran cuenta de lo que les podían hacer si las escuchaban, Ulises se ató al mástil sin la cera en los oídos para no arrojarse al mar a causa de sus cantos.
También existe una leyenda en la que Jasón y los Argonautas, los marineros encantados por las sirenas se salvaron gracias a la labor de Orfeo, que consiguió con su música suplantar la de ellas y “distraer los Argonautas que encallaron de otro modo en el los sirenum scopuli donde las sirenas habitaban”. Las sirenas derrotadas por Orfeo se convirtieron en piedra, pero también se dice que se tiraron al mar para morir.
Las sirenas aparecen en algunos cuentos de Las mil y una noches, y en el cuento titulado La ciudad de bronce, en la que se habla sobre ellas y dan todo tipo de detalles.

Existen otro tipo de cuentos en la que las sirenas no se representan como seres tan aterradores como es el caso del relato escrito por Hans Christian Andersen que escribió La Sirenita, en la que ella entiende el lenguaje de los hombres y se enamora de un príncipe, se salta las normas del rey tritón su padre, y ella en un acto de desesperación hace un trato con la bruja del mar y así tener unas piernas a cambio de su hermosa voz, y conseguir al fin que el príncipe se enamore de ella, y acaba con un final feliz.

En Liérganes hay una leyenda del “hombre pez” en el siglo XVII, en la que un matrimonio que tenía cuatro hijos, la mujer al quedarse viuda mandó a Bilbao al segundo hijo que se llamaba Francisco para aprender a ser un buen carpintero. El día antes de San Juan, este se fue a la ría con sus amigos a darse un baño, se tiró al agua y se fue ría abajo, pasaron las horas y no volvía, la madre no se preocupó ya que era un gran nadador, pasaron los días y le dieron por muerto. Después de cinco años unos pescadores que estaban faenando por la bahía de Cádiz, vieron en el agua un ser acuático, muy extraño; se acercaron a él pero en ese momento desapareció. Se volvió a aparecer varias veces más hasta que consiguieron atraparle con unas redes. Era un joven con escamas por el estómago y en la columna y no hablaba. Le llevaron a un monasterio y allí después de muchos días interrogándolo lo único que dijo fue Liérganes. Gracias a un cántabro que vivía en Cádiz, supieron que se trataba de un lugar de Cantabria y lo llevaron hasta un pueblo cerca de allí. El hombre pez se dirigió hasta su casa y allí fue reconocido por su madre y sus hermanos. Se le tenía por un loco pues iba descalzo, comía de un golpe mucho y luego podía estar sin comer varios días, no hablaba y pasados nueve años, volvió a desaparecer en el mar, y nunca se volvió a saber nada de él.

A lo largo de la historia se han relatado muchas leyendas o cuentos sobre ellas como los mencionados; en la actualidad se siguen realizando películas, series de televisión, etc.
Todo este mundo de los misterios llama mucho la atención a lo espectadores ya que es un tema que se ha dado mucha importancia siempre.