Profesor de latín, hombre erudito, alcalde, diputado regional, consejero del gobierno autónomo y presidente de la mayor agrupación del Partido Regionalista, en la actualidad en el gobierno de Cantabria. Tantos cargos que en su día fue para muchos el delfín de Miguel Ángel Revilla. Pero bastó un golpe sucio para dejarle en la cuneta. Una denuncia, un juicio, una sentencia de inocencia y cuatro años perdidos y maldecidos. Es el sino de otros políticos, los acusados de corrupción y que luego demuestran su inocencia. Pero para nosotros es un hombre bueno, preocupado por los jóvenes y por su comunidad y nos alegramos de tu vuelta.
