lunes, 22 de septiembre de 2014

El regreso de Marlango, y la musi-calidad



En la actualidad, parecen englobarse injustamente en el término de “música”, cientos de ritmos y mediocres melodías, que se aglomeran en los primeros puestos de las listas de ventas sin más mérito que el de la mercadotecnia.


La sombra internacional también se proyecta sobre el panorama musical nacional, que aparece ante nosotros “semi-destruído” por un pop barato y de consumo, que se propaga en abarrotados locales de sábado noche o a través de las ondas en emisoras de radio-fórmula. Pero, afortunadamente, existen otras alternativas que resisten medio escondidas por falta de comercialidad y publicidad, y que la mayoría del público rechaza por estas mismas causas.

Podemos presumir que en nuestro país sigan existiendo conjuntos de músicos con letras mayúsculas. Entre estos encontramos a Marlango.

Marlango es un trío que se define entre el rock más alternativo y pequeños esbozos de jazz, que recrean en el escenario como si se tratase de una película de cine negro. Sus letras en inglés, se mezclan entre ritmos de soul y jazz, que parecen entusiasmar a la escena independiente.

La agrupación está compuesta por una cantante, conocida actriz de la gran pantalla, Leonor Watling, que junto al pianista cántabro Alejandro Pelayo, se dejan acompañar por el tercer miembro del grupo, Oscar Ybarra, que toca los vientos, fundamentalmente trompeta.

El “proyecto Marlango” nació de los sonidos de una maqueta, compuesta por los dos miembros iniciales y la posterior incorporación del trompetista. Su primer disco, al que da título el nombre del grupo, ya fue indicativo de la intención a seguir por estos músicos. Preciosistas canciones de calidad y aparente simpleza que requieren un esfuerzo por parte del oyente. Temas contrarios a la comercialidad a la que estamos tan habituados. Composiciones que no hacen concesión alguna a lo comercial.

El origen de su nombre vino dado por el expreso deseo de sus componentes de homenajear al Poeta de Pomona, Tom Waits, singular cantautor y cineasta norteamericano. Pianista bohemio y marginal que en una de sus apariciones quiso expresar sus sentimientos hacia una chica de la que estaba perdidamente enamorado, llamada Suzie Marlango.

El trío, que define sus principios elementales en la elección de su nombre, viene a resultar una mezcla bastante especial en nuestro panorama musical. La personalidad de sus intenciones ha tenido un notable éxito pese a resultar música independiente la que interpretan; tanto es así, que tras su primer trabajo solo bastó otra pincelada de calidad “Automatic imperfection”, para consagrarse como un grupo de culto.

Ahora Marlango, tras su optimista “Un día extraordinario”, se prepara para el lanzamiento y la promoción de su esperado sexto album, “”El porvenir”, que ha sido grabado en Los Ángeles con la colaboración de músicos de la categoría de La Santa Cecilia, Fito Paéz o Bunbury.

Con su primer videoclip, “Dinero”, que se estrena estos días, comienza la cuenta atrás para el lanzamiento y la gira del grupo, que arrancará el 14 de octubre, con conciertos en el teatro Barts de Barcelona y La Riviera, en Madrid.

Frente a la vulgaridad que nos invade la música de Marlango no hace más que confirmar que aún hay esperanza, como diría John Lennon. Difícil camino el iniciado por el grupo. Enhorabuena para los amantes de la buena música.


Lucia Merino, Torrelavega (Cantabria)
Imagen, El País

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