Nuestros antepasados eran hombres de las cavernas, que vivieron hace entre 35.000 y 12.000 años, al final de la Era Glaciar. Aquellos hombres cazaban animales, pescaban y recogían nueces, semillas y frutas para comer. Tenían armas de piedra y sílex. Su principal característica es el aprendizaje humano de las técnicas para la elaboración de útiles de caza y herramientas de piedra.
El uso de la piedra no excluía el de la madera, hasta, hueso, marfil, etc., ni siquiera el de algunos metales fáciles de labrar, como el cobre, el oro, la plata y el plomo. Aunque, eso sí, se usaba más la piedra que los demás materiales.
La edad de piedra está dividida en tres periodos: paleolítico, mesolítico y neolítico.
Desde el paleolítico algunos grupos iban de caza a las llanuras estériles y heladas de Europa Oriental. Vivían en tiendas o cuevas.
Las tiendas eran de pieles de animales, estaban sujetas por huesos y por colmillos en los hoyos donde las ponían. En una tienda amplia cabían varias familias. Cada familia tenía su propia hoguera para calentarse y cocinar.
Pronto descubrieron como coser. Se hacían ropa uniendo pieles con agujas de hueso. A veces decoraban sus ropas con cuentas de piedrecitas de colores o con conchas agujereadas.
Llevaban collares y brazaletes hechos de dientes, abalorios, pedacitos de marfil y de piedra unidos por tiras de cuero.
Hacían dibujos de escenas de caza, en las cuevas. La pintura la obtenían machacando ciertas piedras.
Para alumbrarse, utilizaban lámparas de pelo o de musgo, que mojaban en grasa de animal.
También hacían dibujos de mujeres gordísimas, seguramente creyendo que eso les traería suerte.
Fabricaban sus hachas, cuchillos y lanzas tallando trozos de sílex con la forma y filo convenientes. Los huesos de las patas animales, enderezados en agua hirviendo, se usaban como lanzas. A veces tendían trampas. Cavaban hoyos, los llenaban de estacas afiladas y los cubrían con ramas.
La mayor presa de los cazadores era el gigantesco mamut, ya que éste les proporcionaba todo cuanto necesitaban. Acosaban al mamut hasta agotarlo; luego lo mataban con sus lanzas. Si podían, lo engañaban hasta que caía en una fosa, para que el animal no pudiera defenderse.
Los cazadores despellejaban al mamut y llevaban al campamento los trozos de la carne y los huesos.
Si moría algún cazador herido, lo enterraban en la cueva con sus joyas y sus armas. Luego lo cubrían con arena rojiza y dejaban huesos de mamut o flores en su tumba.
Una de las cuevas de origen prehistórico en Cantabria son las Covalanas. Estas cuevas se localizan en la ladera noreste del Monte Pando. Fueron descubiertas en 1903 por el padre Lorenzo Sierra.
Hacia los 65 metros de entrada, empiezan a aparecer ya las primeras formas animales. Estas cuevas tienen un total de dieciocho ciervas, un ciervo, un caballo, un uro, una posible figura de tipo híbrido y tres signos rectangulares.
Predomina el trazado mediante contorno punteado, realizado con los dedos. Su cronología data del 20.000 A .C.
Saliendo de la cueva, parece que las figuras cobran vida, como si quisieran escapar de la roca.
Clara Rodríguez Tezanos
Estudiante de bachillerato, Colegio La Paz Torrelavega , (Cantabria)
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