Todo empezó
con una buena idea: invertir el rol de los personajes. Así, Iria Fafián
escribió “En boca del lobo”, una historia que narra el papel positivo de este
animal en nuestros ecosistemas. A raíz de esto, un grupo de personas decidieron
hacer algo por este ignorado pero amenazado canino. Y el libro hizo la
historia.
La
población española nunca ha sabido sobre la peligrosa situación que vive el
lobo en nuestro país. Al ser una especie cinegética, su caza ha sido siempre
descontrolada, principalmente en el tercio norte de la Península.
Muchas
organizaciones ecologistas importantes denunciaban la caza indiscriminada del
lobo, pero ninguna trataba con profundidad el tema. Como consecuencia, han
nacido diversas asociaciones para llevar a cabo algún trabajo efectivo y real
para proteger esta especie y evitar su extinción. Un ejemplo es “Lobo Marley”,
surgida en Castilla y León, que tiene mucha repercusión nacional. Siguiendo los
pasos de esta asociación castellanoleonesa, en Cantabria ha surgido SOS Lobos,
pionera en la lucha contra la matanza del lobo.
Este grupo,
formado por cinco miembros, decidieron a principios de verano de 2013 hacer una
petición para mejorar las condiciones de vida del lobo, todo ello sin ánimo de
lucro. Siempre han estado comprometidos con la naturaleza, por lo que
rápidamente se dieron cuenta de que el lobo estaba siendo cazado
descontroladamente e, incluso, en peligro de extinción. SOS Lobos tiene dos
objetivos principales (y relacionados entre sí): que el Gobierno haga un censo
de población en el territorio cántabro y que el lobo tenga algún tipo de
protección. Nosotros no queremos que se cace, ni esta especie ni ninguna otra,
pero lo respetamos” nos cuenta uno de los miembros. “No estamos radicalmente en
contra de la caza, pero creemos que es necesario que se sepa primero el número
exacto de lobos y en función de ello decidir si se debe o no cazar y realizar
un plan de gestión”, añade. También buscan que, por definición, el lobo deje de
ser una especie cinegética. Gran parte de la población cántabra que vive en las
ciudades desconocían que el lobo era un animal del que se podía dar caza. Por
eso, estas personas, al enterarse de esta grave situación, decidieron firmar la
carta de petición preparada por SOS Lobos, que todavía no ha sido entregada al
Gobierno. El número de firmas supera las ochenta y tres mil, una cifra bastante
elevada para una comunidad pequeña como Cantabria, cuya población no llega a
los seiscientos mil habitantes.
El Gobierno
cántabro, ante la presión que está ejerciendo SOS Lobos, comienza a dar los
primeros pasos. Se va a llevar a cabo un censo, como se pide en la carta.
Además, actualmente está permitido cazar un lobo en cada batida de jabalí,
aunque ya se habla de que el próximo cambio será la prohibición de esta
práctica. El problema es que hay mucho furtivismo y mucha ilegalidad, y se han
llegado a descubrir casos en los que habían matado cinco lobos en una cacería,
y anteriormente otros tres, todos de la misma manada en la zona de Liébana. Si
esto sucede repetidamente, llevará sin remedio a la desaparición de la especie.
Por eso, el miedo realmente está en la gente que no respeta las normas y que
seguirá tomándose la justicia por su mano, sin hacer caso ni de leyes ni de
normas.
La lucha
entre el hombre y el lobo no es algo que venga de ahora, sino que desde la edad
media el hombre siempre ha temido al lobo. Entonces, la mayoría de las personas
vivía en el campo y estaban en contacto con una naturaleza donde abundaban los
lobos. Por eso, de generación en generación, se ha transmitido ese miedo hacia
esta especie y a ello se debe que el sector principal que se opone a la
existencia del lobo en Cantabria sean los ganaderos. Su principal argumento es
que los lobos matan a su ganado y que las indemnizaciones tardan mucho tiempo
en llegar, aunque esto ya no les sirve. El proceso se está agilizando, y la
ayuda ha pasado de tardar 2 años a llegar en 4 meses.
La pérdida
del lobo afecta gravemente al ecosistema. El lobo es el depredador natural de
muchos de los herbívoros que hoy en día habitan nuestros bosques. A
consecuencia de los pocos ejemplares que quedan, las poblaciones de herbívoros
son extremadamente grandes y provocan la degeneración de los montes de
Cantabria. El hombre, que intervino reduciendo el número de lobos, deberá
volver a intervenir para hacer que el ecosistema vuelva a ser sostenible y
equilibrado, con la cantidad adecuada de seres vivos en cada nivel trófico.
Como
podemos observar, ya no solo ecologistas radicales denuncian esta situación,
sino que gente no tan sensible con el medio ambiente está tomando conciencia al
ver que el peligro acecha. Con motivo de la crisis que se está viviendo y de
las escasas ayudas económicas, el apoyo de la población se ha convertido en un
pilar fundamental para que estas asociaciones puedan conseguir sus objetivos,
que resumidamente consisten en la conservación de la biodiversidad y
preservación del planeta para que nuestra generación y venideras puedan
disfrutar de la Tierra
como se ha venido haciendo hasta ahora.
Gabriela
Abascal
Estudiante
de secundaria, Colegio La Paz ,
Torrelavega (Cantabria)
Imagen
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