miércoles, 10 de noviembre de 2010

La explosión del Machichaco

Esta es una de las historias más trágicas de Santander, la explosión del Cabo Machichaco. Que causó la destrucción de calles enteras y sobre todo pérdidas humanas.


El Cabo Machichaco era un vapor de un peso de unas 1689 toneladas, tenía unos 72m de eslora (longitud) y unos 9, 5m de eslora, fabricado en Newcastle. Que hacía la ruta Bilbao-Sevilla. Además esa línea la cubría otros buques como el Itálica, Vasco- Andaluz o Vizcaya, en sus primeros años. Después se encargaron nuevos barcos a unos astilleros de Inglaterra anteriormente nombrados, en los que se encontraba el Cabo Machichaco, todos estos barcos pertenecían a la compañía Ybarra.


Como todos los domingos por la tarde llego Santander un barco de la compañía Ybarra, ese día llego el Cabo Machichaco procedente de Bilbao y tuvo que pasar cuarentena en la isla de Pedrosa (actual Pantalán de Calatrava) por un brote de cólera en Bilbao. El 3 de noviembre de 1893 termino su cuarentena se dirigió al muelle nº2 de Liaño (actual puerto mercante), en vez de dirigirse a la Magdalena donde por Real Ley del reglamento de Santander, en su artículo 16, se decía: que se tendrían que dirigir los barcos cargados con explosivos, este tenía 45 tm de dinamita además de papel, 500 tm de material siderúrgico (vías de tren, tés, planchas…), harina de trigo y varios recipientes con acido sulfúrico entre otras, ya que en esta época los barcos mercantes transportaban casi de todo.


A las dos de la tarde se produjo un incendio en la bodega de proa nº2. Se dice que fue producido por la explosión de un contenedor de cristal en él que había acido sulfúrico, que estaba amarrado en la cubierta y se calentó demasiado por el sol y explotó, incendiándose. Ante esta situación se intentó salvar al buque. Llamaron a los bomberos locales que ahí se presentaron inmediatamente,a los marineros del Alfonso XIII, que se encontraba fondeado en la Bahía y casi tan rápido como los bomberos las Autoridades Locales: como el Alcalde, el Gobernador, Comandante de Marina… y en los muelles más de 3000 personas, para intentar salvar la mayor carga casi 90 personas estuvieron abordo para como ya he dicho antes salvar la carga. Entonces el fuego adquirió una fuerte virulencia, ya que se empezaba a quemar la dinamita, fue cuando las autoridades decidieron, tras una larga discusión, hundirlo en los muelles.


Abrieron las válvulas de la caldera y así empezó a hundirse. Y cuando el espectáculo ya casi había acabado un buzo salto al agua a quitar los remaches de uno de sus lados para que entrase agua en la bodega nº3. Uno de los golpes de la mandarria hizo de percutor y súbitamente explotó, a las cinco menos cuarto, todo su cargamento. La explosión fue tan grande que lanzó al barco en pedazo, matando a todos los que se encontraban en él embarcados, y a los espectadores que allí estaban, no solo los mató la terrible explosión, también la cantidad de metralla que improvisadamente se convirtió su carga. Las primeras calles junto al puerto quedaron destruidas. Los restos del buque aparecieron por toda la ciudad. Cuando se disipó el humo del que fue el muelle de Liaño, se pudo ver la cantidad de heridos y muertos. Los heridos superaban los tres mil y los muertos no se sabe a ciencia cierta, pero superaban el millar. Muchas de las autoridades de la ciudad, ya que estaban observando el espectáculo en primera fila, murieron. El Gobernador acabó en la playa de Berria (Santoña) y la gran ola producida por el barco arrastró a cientos de personas al fondo de la Bahía, que se tardarían meses en sacar.


La ayuda llegó de todas partes por mar, Inglaterra, Bilbao,… y la excelente dirección de el alcalde el señor Fernando Lavín, el Jefe de la Diputación D. Francisco Saiz Trapata… Hicieron que volviese a ser en pocos años lo que fue antes de la explosión.


Meses después el cañonero Cóndor, de la marina de Guerra hizo volar por los aires lo poco que quedaba del maldito barco. Pero ese no fue el fin de la pesadilla del Cabo Machichaco cuando en 1947 hicieron la nueva dársena aparecieron mas restos de aquel barco. Y como si de una maldición se tratase, en 1967 otro carguero se incendió en el mismo lugar pero este no tuvo ninguna consecuencia, aparte de la pérdida del barco y su cargamento.


 

Luis Abarca
Colegio La Paz
Torrelavega (Cantabria)
Imagen Memoria gráfica de España


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