A pocos escapa que la Universidad necesita de una profunda renovación metodológica. Ahora mismo, a diferencia de antaño, lo que sobra es información y los cambios que se dan en nuestro entorno son vertiginosos. las capacidades y competencias que se le deben exigir a un titulado universitario han variado sustancial mente por lo que los roles que han de desempeñar docente y estudiante tienen que cambiar notablemente los supuestos peligros de mercantilización no se pueden utilizar como argumento para impedir que se establezcan vínculos adecuados que permitan introducir en los estudios universitarios elementos que acorten la distancia entre la salida de de la Universidad y la incorporación a un trabajo acorde con el nivel y ámbito de aplicación del título obtenido.Así, invitar a participar a los empleadores (empresas, sindicatos, ONGs, Admón. Pública) opinando sobre las competencias profesionales que buscan en sus empleados potenciales debe ir acompañado de medidas preventivas. Una de las más claras es la de ganar en el terreno de la autonomía e independencia universitaria definiendo las incompatibilidades de los que tienen responsabilidades de gobierno y gestión (decanos, directores de departamento, vicerrectores, etc.). Otro de los puntos calientes en los que queremos detenernos son los préstamos renta. Cuando se analiza pormenorizadamente los requisitos de acceso a las becas generales de postgrado se advierte que algunos a los que más falta les hace, como puedan ser los que compatibilizan estudiar y trabajar, son precisamente quiénes pueden no cumplir los requisitos académicos para acceder a dichas becas o bien tienen más dificultades para sacar buenas notas, cuando uno de los criterios para su concesión es el expediente. Así, eliminar los préstamos renta supone una elitizacion, a nuestro juicio indeseable, de los postgrados. Por otro lado, si bien es cierto que hay que huir de estandarizaciones de calidad educativas para simplemente comparar resultados y establecer rankings, también lo es que se necesitan mecanismos que permitan a alguien que no sea el mismo profesor evaluar la acción docente y sus resultados. En definitiva, entendemos que cualquier oposición frontal a la reforma que se está produciendo en la Universidad es tan irresponsable como pensar que no hay que hacer inversiones públicas y ajustes para poder beneficiamos de las mejoras que propone el Espacio Europeo de Educación Superior, al mismo tiempo que se ha de trabajar por prevenir posibles derivas no deseadas de su aplicación. En las siguientes páginas queremos hacer algunas reflexiones sobre varias de las dudas que se ciernen sobre este proceso de reforma comúnmente conocido como Plan Bolonio o Proceso de Bolonio.
Másteres y préstamos renta
Este año se ha aprobado una partida extraordinaria de 37
millones de euros para becas universitarias para el curso 2009/10. Esto supone
un significativo aumento respecto al año anterior, precisamente para responder,
entre otras, a la necesidad de atender a un mayor número de estudiantes de
máster. Traducido a cristiano, se pasaría de 3.800 a 7.600 becados/as en
másteres. Si aun así alguien se quedara fuera por no cumplir los requisitos de
acceso a las becas puede, si lo desea, optar a un préstamo renta (no beca
préstamo, que a día de hoy no existe). Hasta 30 mil euros sin cobrarte
intereses y pudiendo devolverlo en un plazo máximo de 20 años. Si en ese tiempo
tu nivel de renta no alcanza los 22.000 euros anuales, la deuda la asume el
Estado. Es decir, estos préstamos solo tendrán que devolverlos aquellos
estudiantes que, en el futuro, tengan un nivel de renta aceptable, sin
hipotecar así el futuro de nadie. Es importante resaltar que para acceder a las
becas generales de los estudios de máster, además de la renta familiar, uno de
los criterios que se utiliza es el de la nota media. De esto se desprende que,
a priori, aquellas personas que compatibilizan estudios y trabajo por causas
ajenas a su voluntad pueden partir de una situación de desventaja a la hora de
optar a la beca en un proceso competitivo porque disponen de menos tiempo para
estudiar. No digamos si el máster es de dos años, ya que si para obtener beca
en 12, salvo raras excepciones, hay que matricularse de 60 créditos, para
conseguir que te la concedan el 22 año de máster, el requisito es aprobar la
totalidad de los créditos matriculados el año anterior. Por este motivo
entendemos que no ofertar los préstamos renta perjudica a un sector de
estudiantes que normalmente pertenecen a las mismas clases socio económicas y
no a las medias-altas precisamente. Esta franja de estudiantes, como todos
sabemos, tiene más urgencia para rentabilizar en forma de un trabajo el
esfuerzo invertido para sacar el título universitario, por lo que se reduce la
probabilidad de que se matriculen en estudios de especialización como son los
másteres o bien los doctorados. Como no cabe la posibilidad de optar a una beca
sacando los estudios poco a poco, al final, son aquellos que por sentir menos
la presión económica, por no tener prisa para obtener su primer empleo, por
tener más tiempo para estudiar al no trabajar y así sacar mejor nota media y/o
por tener sus familias más recursos, tienen más posibilidades de cursar
estudios de máster y doctorado, que permiten acceder a roles y estatus. Eliminar
los préstamos renta y más aún en los tiempos en los que las becas aumentan
sustancial mente es perjudicar a las clases más populares. Lo ideal sería una
educación universal y gratuita para todos, no vamos a ser nosotros quiénes
digamos lo contrario, pero sin lugar a dudas también queremos poner los pies
sobre la tierra, atender a cómo son las cosas y no únicamente a cómo nos
gustaría que fueran. Por tanto, por mis deseos de un futuro mejor, solicitando
que se retiren los préstamos renta, puedo estar perjudicando gravemente a quién
en la actualidad lo necesita. La gratuidad universal de la Educación Superior
es cuestión de cambiar el modelo social en el que vivimos, responsabilizar a la
Comunidad Universitaria de cómo está organizado el Mundo actualmente nos
parece, cuando menos, injusto.
Necesaria movilidad
El espíritu de Bolonio entre otras cosas hace referencia a
la época (s.XII) en la que los estudiantes de esa Universidad se asociaban en
naciones para defender sus derechos. El término nación no tenía el sentido
político actual y además de a la procedencia geográfica atendían en cierto
grado a la lingüística.Aunque en los comienzos de la Universidad de Bolonia
para los estudiantes la lengua materna era una seña de identidad
incuestionable, había consenso en cuanto al idioma en el que se impartían las "clases".
El latín permitía a estudiantes y profesores trasladarse con el conocimiento
adquirido de una universidad a otra. Este grado de movilidad no se está dando
en la actualidad debido a la progresiva aparición, desde finales de la Edad
Media, de los estados nacionales y la consiguiente consolidación de identidades
culturales e idiomáticas diferenciadas. En la situación en la que nos
encontramos son necesarias una serie de reformas como, por ejemplo, la
estructura de los estudios (tres niveles: grado, máster doctorado) o los
créditos ECTS1 que hagan la función que antaño hacía el "latín",
permitiendo a quién quiera, sin trabas ni obstáculos, iniciar sus estudios en
España, continuar en Bélgica y terminar en Italia. Así mismo, voluntariamente,
cada vez más personas quieren aprender o perfeccionar idiomas mientras
desempeñan su profesión en otro país, o bien simplemente optan por desarrollar
su carrera en el extranjero, circunstancia esta que se valora como mérito a la
hora de encontrar trabajo en el país de origen. La crítica que se le suele
hacer a la movilidad, es la utilización de la misma por parte de las
corporaciones para trasladar a mano de obra a su antojo de un país a otro.
Aparte de que para algunas personas esto sería algo deseable e ideal de vida,
son los sindicatos, patronales y gobiernos los que se encargan de las
disposiciones que regulan el mercado de trabajo, los convenios colectivos o la
legislación relativa a la deslocalización fabril. Es a ellos, no a la
Universidad, a quiénes debemos exigir que no permitan hipotéticos abusos. Más
bien al contrario, pensamos que es urgente y necesario que se favorezca la
libre circulación del conocimiento, además de su reconocimiento e intercambio
entre países y culturas.
Evaluación de la calidad
Si bien es cierto que hay que huir de estandarizaciones
educativas por tanto son el primer paso para poder comparar resultados y
establecer rankings, también lo es que se necesitan mecanismos que permitan a
alguien que no sea el mismo profesor evaluar la acción docente. No se puede
permitir que en función de dudosos criterios de calidad se pueda cerrar un
centro educativo público. Ahora bien, si la Universidad diseña unos estudios
para que duren 4 años, salvo el estudiante a tiempo parcial, debe ser
aproximadamente ese tiempo el que tenga que invertir la mayoría de los
estudiantes para obtener su título. La creencia de que un profesor es bueno en
la medida en que es difícil superar su asignatura es errónea. A ese profesional
se le paga precisamente para que tras la realización por parte del estudiante
de aquellas tareas que propone se alcancen los objetivos de aprendizaje en
tiempo y forma programados. Sería deseable rebajar el número de personas que
han de soportar la carga de una clase particular para que su hijo apruebe o
bien será mejor contratar directamente al profesor de la academia. Aunque esta
última problemática es más de las carreras técnicas, en las ciencias humanas y
sociales también encontramos prácticas docentes no deseadas. Se da con
frecuencia la costumbre de basar una asignatura en exposiciones de PowerPoint
que han de ser copiadas frenética mente ya que es la información exclusiva que
te da acceso al aprobado, para semanas después ser memorizada y volcada en un
papel. No contentos con esto, y por si alguien tiene apuntes de otros años,
algunos docentes aún mantienen presos a los estudiantes teniendo en cuenta para
la nota final la asistencia a sesiones aburridas o, con la presión de continuas
pruebas parciales, a lo que mal llaman evaluación continua. Es por estos
docentes, junto al que aboca a sus estudiantes irremediablemente a la academia
privada, por quienes se hace urgente una evaluación eficaz y con resultados de
lo que hacen en el aula. No vamos a entrar en el eterno debate de si
investigación o docencia porque es más simple que todo eso. Si a alguien se le
paga para que, entre otras cosas, consiga que unos estudiantes adquieran unos
conocimientos y habilidades deberá lograrlo en un cierto porcentaje. Si no lo
consigue que se le dé la oportunidad de formarse y si sigue sin poder hacerlo,
que lo intente otro. La evaluación de la calidad del profesorado debe reconocer
a aquellos que se desviven por su ejercicio docente. Hay que modificar los
incentivos a esta tarea y revisar los criterios de contratación, acreditación y
valoración del profesorado para que favorezcan el acceso a las aulas
universitarias a un mayor porcentaje de profesores que tienen por objetivo
desarrollar una buena docencia como opción profesional. En este sentido, más
que restarle al porcentaje de la nota que supone la investigación a la hora de
acceder y mantenerse en la carrera docente, hay que aumentar la posibilidad de
sumar puntos con criterios relacionados con la docencia. Así, la evaluación
positiva de los estudiantes, la formación para la docencia, o la investigación
enfocada a optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje, deben ser estimulados
con un mayor reconocimiento y la posibilidad de acceder a los mismos incentivos
que con la investigación. Ahora bien, claro que hay cosas que ajustar y que
necesitan de dedicación por parte de los estudiantes. Antes de nada, hay que
resaltar una y mil veces que quiénes toman las decisiones en ANECA son
profesores. Hay que prestar atención a los estudiantes que participan en los
grupos de trabajo y en las comisiones de evaluación. Hasta ahora son formados
por la propia Agencia en cursos a los que acuden estudiantes que son llamados
por profesores situados en órganos de gobierno o recomendados por los
estudiantes que ya están dentro. El peligro consiste en que su formación puede
ser adoctrinadora y los mecanismos de elección se pueden alejar en exceso de
los intereses de los estudiantes. Así se puede dar la paradoja de que algún
grupo de trabajo se componga de un estudiante que ya lleva tiempo y tiene sus
contactos, su compañero de piso, alguien de su ciudad y un compañero de asamblea.
Aquí sí que la labor del estudiante se "premia" y se les pagan los
viajes en avión, buenos hoteles e incluso una pequeña cantidad de dinero. Desde
luego estos privilegios no se quieren perder y es arriesgado que la elección de
los estudiantes dependa sólo de quién les paga, por tanto pueden acabar
sirviendo a los intereses de la agencia, que no tiene por qué ser malo mientras
también se atienda en el mismo grado a los intereses de. los estudiantes. Y es
que la presencia de estudiantes legitima la toma de decisiones en materia de
calidad y es necesario que se reformulen los requisitos de acceso, incentivos y
funciones de los estudiantes que forman parte de ANECA. Ese sí que es un buen
antídoto contra la posible manipulación de la calidad para cerrar centros.
Mercantllizaclón
Es necesario diferenciar entre una más que recomendable
relación de mecenazgo Universidad-Empresa con la subyugación a intereses
privados. Si hay una cosa que es clara en la universidad no es otra que es
gobernada por profesores/as. Cuando esta institución firma convenios de
colaboración con entidades bancarias, empresas o la Admón. Pública (como es en
el caso de las prácticas de maestra en colegios), lo firman y aprueban
principalmente profesores/as. Rector y vicerrectores y entre el 70 y 90% de los
miembros de los órganos de gobierno son profesores, el resto son estudiantes y
PAS (Personal de la Administración y Servicios de la universidad).Cuando
alguien lee los documentos que recogen los diseños de las nuevas titulaciones
se percata de que en el apartado referido a quiénes se ha consultado para
elaborarles, además de citar las fuentes científicas y metodológicas o las
teorías en las que se sustenta, se refleja a los estudiantes egresados y
empleadores. Estos últimos, no son simplemente las empresas, además están la
Admón. Pública, ONGs y sindicatos y es que somos muchos los estudiantes que
queremos trabajar cuando terminemos y la realidad es que en algunos estudios se
enseña, por ejemplo, el manejo de instrumentos y herramientas que se desecharon
hace tiempo por obsoletas. Es precisamente el contacto del estudiante (con su
curiosidad e inquietudes) con el mundo laboral, lo que le permite advertir, por
ejemplo, si la versión del programa de diseño con el que está aprendiendo en la
facultad o escuela (el 5.0) se dejó ya de usar hace dos o tres años y fue
sustituido por el 6.0. Si el Estudiante tiene conocimiento de aquello que le
facilitará el acceso a un empleo lo demandará en sus estudios. Esto más que
como una amenaza debe ser percibido como una oportunidad de permanente
actualización, añadiendo pertinencia y utilidad al título. No nos imaginamos a
una maestra sin haber hecho unas prácticas de lo que va a ser su desempeño
profesional. No sólo debe ser la universidad quién establezca los mecanismos de
control que permitan verificar que los estudiantes realizamos en nuestros centros
de prácticas aquellas tareas para las que allí acudimos (no solo de las
prácticas sino también de las becas de colaboración), también los sindicatos
radicados en dichos centros de trabajo se deben implicar en velar por los
derechos de aquellos que, sin ser afiliados o trabajadores en activo, pueden
ser víctimas de explotación laboral. Ya sean prácticas inscritas en un plan de
estudios o sean contratos de prácticas. El máster del Banco de Santander que se
imparte en la Universidad de Cantabria es un ejemplo de ello. Por un lado, para
poder convertirse en un estudio universitario ha tenido que ser aprobado en
Juntas, Departamentos y Comisiones universitarias compuestas, y no nos
cansaremos de decirlo, por profesores, estudiantes y PAS (Personal de
Administración y Servicios de la universidad), pero son los docentes quiénes
tienen la gran mayoría. No hay nadie del Banco en el momento en el que se toman
las decisiones cruciales. Si en los lugares que hemos citado se vota que no,
ese máster jamás se impartiría. Por otro lado, ese banco emplea a miles de
personas y hay que plantearse hasta qué punto no debe ser consultado en el
diseño de la formación especializada que da acceso a sus puestos de trabajo. Si
la mayoría de los que cursaran esos estudios fueran contratados nada más
acabar, habrá que plantearse si ese máster o la relación universidad empresa es
buena o mala. Una praxis deseable para todos entre la entidad y la Universidad
dependerá de la ética a la hora de firmar los convenios y establecer los marcos
de colaboración. Sin lugar a dudas se deben establecer medidas que garanticen
buenas prácticas, pero a la vez hay que conseguir que cuando obtengamos el
título no nos pasemos largas temporadas en el paro o con necesidad de formación
extra. Si para eso hay que contar con los empleadores, por nosotros, adelante. El
conocimiento tiene que ser lo más independiente posible. La gestión y gobierno
de la Universidad, máxime la pública, han de estar en manos de la comunidad universitaria,
aunque deba permitir miradas ajenas que la ayuden a ser objetiva y mejorar.
Pero más que nunca, la Universidad está necesitada de ganar autonomía e
independencia por lo que hace falta explicitar determinadas incompatibilidades
de la actividad privada con las responsabilidades gestoras y de gobierno de la
Universidad.
Metodología
Hay que dejar claro de una vez por todas cuáles son las
prácticas docentes deseables. Sobre este asunto se podrían escribir muchas
páginas pero se pueden mostrar ejemplos claros de forma rápida.Después de
varios años en la Universidad, un estudiante, sin lugar a dudas es capaz de
señalar aspectos que caracterizan una eficaz acción docente y es lo que
pretendemos hacer ahora. Se puede afirmar que un "programa de
asignatura" o una "guía docente", para considerarse buena, ha de
contener información acerca de los contenidos, una temporalización y una
exhaustiva descripción de las tareas a realizar por el estudiante durante el
cuatrimestre. Dicha descripción de las tareas debe ir siempre acompañada de una
estimación de las horas de trabajo que entraña n cada una de ellas y el
porcentaje de la nota final que supone la realización correcta de lo que el
docente propone. Ofertando un variado menú de tareas de diferente complejidad,
esencia y valoración, el estudiante puede planificar y programarse. Así, además
de estimular un esfuerzo continuado con el que se pueda alcanzar el 70% o más
de la nota antes del examen, se facilita una estimación de la calificación que
se quiere obtener en función del esfuerzo a realizar. La aplicación correcta de
la metodología que el EEES propone, supone una mayor diversidad de propuestas
por parte del docente que atiende a un mayor número de estilos de aprendizaje y
favorece una planificación que permite compatibilizar trabajo y estudios.
Cualquier disonancia entre la Universidad y el estudiante a tiempo parcial
tendrá solución siempre y cuando haya voluntad en los órganos de gobierno del
centro en el que se impartan los estudios a cursar y se impulsen guías docentes
que reflejen las medidas para atender de forma correcta a estudiantes a tiempo
parcial. Nada tienen que ver con Bolonia las prácticas que se dan en ocasiones
en los actuales planes piloto. Se carga al estudiante de trabajos durante todo
el cuatrimestre en los que tienen que invertir largas horas para que finalmente
no les suponga más del 20 o 30 % de la nota final. No son seguidos ni
tutorizados, ni se establece un adecuado seguimiento de los aprendizajes que se
pretende se adquieran con las tareas. Todo esto desemboca en que hay que volver
a darse un atracón de cafeína y para pasar un examen tener que reproducir
información previamente memorizada. No es de extrañar que los estudiantes se
revelen si piensan que eso es el EEES. Los nuevos títulos se diseñan en
comisiones de planes de estudio elegidas por las juntas de los centros.
Aquéllas están compuestas por estudiantes y profesores en relación aproximada
de 20% y 80%. Es del funcionamiento de esa comisión del que dependen los
intereses a los que responde el nuevo diseño. Lo deseable es la innovación y
nunca más que ahora la interdisciplinariedad en la creación del conocimiento.
Para ello el profesorado habrá de renunciar a intereses propios (como pueda ser
qué cantidad de créditos y en qué asignaturas impartirá el área al que
pertenece), tratar de colaborar con otras áreas y abandonar hábitos e incluso
privilegios implícitos a la antigüedad, en beneficio de una nueva organización
del tiempo y el espacio, coherente con el nuevo planteamiento metodológico que
propone el EEES. Para terminar este apartado, hay que decir que hace falta
realizar una adecuada inversión en personal docente y rebajar el número de
estudiantes por grupo para poder realizar la trasformación metodológica y
obtener buenos resultados.
La representación y participación estudiantil
Nosotros apostamos por trabajar y por hacer que la acción
reivindicativa sea útil ejerciéndola con derecho y eficacia directamente desde
los entes que toman las decisiones, formando parte de ellos y presentándonos
previamente a unas elecciones. Aunque la estructura de representación
estudiantil en la Universidad de Cantabria es una de las más estables del
estado, continúa teniendo muchas carencias. De todos modos, tenemos que ser
conscientes de que la representación no siempre resulta una tarea sencilla. Por
una parte, la actividad del representante, más allá de su faceta lúdica, es
ejercida en un entorno de profesores, con todo lo que esto conlleva. Cuando un
estudiante se presenta en un órgano de gobierno para defender una propuesta, lo
tiene que hacer frente a las mismas personas que le van a evaluar en sus
asignaturas, tiene que conocer el funcionamiento y los tecnicismos habituales y
ser capaz de desenvolverse en el maremágnum de reglamentos y normativas
utilizados. Por otra parte, no están claramente especificadas las funciones que
los estudiantes tienen que desarrollar, no hay una formación adecuada para
asumir las responsabilidades que se les exige ni tampoco incentivos que
realmente hagan atractiva la participación estudiantil en la construcción de su
entorno. Por desgracia en la actualidad, llegar a tener alguna vez estas
capacidades entraña renunciar a salir fines de semana, informarse exhaustiva
mente durante los descansos entre clase y clase e, incluso, desatender a tu
pareja y/o amigos (con lo que esto supone) para leer leyes, órdenes y demás
documentos que te permitan utilizar los códigos, canales y protocolos que
posibilitan que una acción reivindicativa tenga una capacidad realmente
transformador. Pongamos un ejemplo: El EEES propone un cambio de metodología
que exige inevitablemente, a su vez, el desempeño de un rol muy diferente por
parte del docente en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin duda, esto incide
en el perfil del profesional necesario para las aulas, por lo que se habrán de
variar los criterios de contratación, acreditación y valoración del
profesorado. Una vez identificado lo que creemos una incoherencia entre los
fines y las herramientas que se diseñan para alcanzarles, como son los
criterios de valoración que recomienda ANECA, creemos que es nuestra
responsabilidad realizar una propuesta de modificaciones. Hay que leer mucho
para realizar propuestas encaminadas a incentivar las buenas prácticas
docentes, necesarias para una adecuada y real implantación del EEES (y no lo
que se ve en algunos planes piloto y es erróneamente identificado con Bolonia).
Y es que hay que saber qué artículo de una disposición o qué porcentajes de
unos criterios determinado hay que cambiar para conseguir, en este caso, que se
dé un alto grado de coherencia entre los propósitos que se venden de la reforma
y las prácticas reales. Lejos de ocuparnos únicamente de disposiciones de
alcance estatal, como la anteriormente expuesta, los representantes también
tratan de que la coherencia antes mencionada se dé en los servicios que la
Universidad debe poner a disposición del estudiante. Pongamos otro ejemplo: Hay
que velar por la instalación de comedores que faciliten la vida al estudiante
que se matricule a tiempo completo y que pasa más horas en la Universidad.
Personas que deciden dar una gran dedicación a los estudios o bien son de fuera
de la localidad en la que ubica su centro.
Por otro lado, y hablando de una participación más general,
tenemos que hacer valer la realidad de que somos los únicos testigos de lo que
en las aulas acontece. Somos ciudadanos mayores de edad que, si bien la ley ya
nos hace asumir la totalidad de las consecuencias de nuestros actos, no
entendemos cuál es el motivo por el que no somos quiénes decidimos cuando un
profesor hace bien o mal su trabajo. Si la acción docente va a ser evaluada,
como establece ANECA, en función de un auto-informe (el propio interesado), el
informe de sus responsables académicos (más profesores, sus colegas) y las
encuestas de los estudiantes, debe ser el resultado de las estas últimas el que
mayor peso tenga a la hora de decidir si una labor docente está bien o mal
desarrollada. Para todo esto que hemos detallado y para mucho más es necesario
que la representación-dinamización estudiantil se sustente en estructuras que
favorezcan la continuidad dentro de la propia cic/icidad que tiene el cuerpo
estudiantil. Diseñar un cursus honorum que favorezca que cada función sea
desempeñada por la persona más adecuada para los intereses de la mayoría, dar
reconocimiento académico, la formación necesaria e incentivar de forma que la
representación atraiga a toda la diversidad que se da entre la población
estudiantil. Como comentábamos más arriba, estos son algunos de los aspectos a
los que hay que atender con mayor urgencia.
Títulos nuevos
Sin lugar a dudas, las diplomaturas tienen 180 créditos y
los nuevos grados van a ser de 240. La diferencia cuantitativa seguramente
tenga un reflejo cualitativo dentro de unos años cuando empiecen a salir los
nuevos grados. En cualquier caso, tanto a diplomados como licenciados e
ingenieros se les va a respetar los derechos adquiridos con su titulación.
Ahora bien, tenemos que tener en cuenta que los planes de estudio que cursamos
actualmente sustituyeron en su día a los anteriores. Los que sacaron el título
antes que nosotros, cuando les pilló el cambio al plan que ahora estudiamos,
seguramente sintieron cosas parecidas a las que sentimos nosotros. Lo que pasa
es que al ser nosotros los "beneficiarios" de la anterior
modificación de los estudios no pensamos en cómo se sintieron los que la
vivieron. El natural avance de los tiempos hace que sea algo más que
recomendable la renovación de las carreras. Más que oponerse a realizar cambios
en nuestras titulaciones creemos que hay que estar a favor de dos cosas. La
primera es que la reforma responda realmente a los intereses de los estudiantes
y del conjunto de la sociedad, mejorando nuestras titulaciones y consiguiendo
que no se conviertan en el resultado de los equilibrios de poder entre el
profesorado. El segundo objetivo es conseguir que los que vamos a obtener unas
titulaciones en breve, tomemos medidas para que nuestros títulos no se queden
"antiguos", perdiendo competitividad, así como para que quien quiera
sacar el título de Graduado disponga de las convalidaciones y complementos
necesarios. Por último, los nuevos graduados van a obtener su título con un
nivel de acreditación lingüística en lengua extranjera B-1 (algunas
universidades B-2) según el Marco común europeo de referencia para las lenguas.
Tenemos que conseguir para el 2009-10 que en nuestras Facultades y Escuelas se
impartan cursos de formación lingüística a precio de crédito oficial, no como
ahora, que permitan a los estudiantes de diplomaturas, licenciaturas e
ingenierías, al igual que a los futuros graduados, acreditarse en este nivel.
Universidad para todos/as
La dedicación exclusiva a estudiar una carrera no tiene por
qué criminalizarse. Más bien al contrario se debiera luchar para que los
recursos y becas permitieran que todo el mundo que quisiera lo pudiera
hacer.Por otro lado, no se puede enviar a la UNED a todo estudiante que decida
realizar sus estudios poco a poco. Es en las universidades presenciales donde
se dan unas mejores condiciones de interacción que favorecen el intercambio de
ideas y conocimientos que posibilitan la existencia de una ciudadanía crítica y
participativa.Lo sencillo es echar las culpas al Plan Bolonio cuando los nuevos
estudios se diseñan en cada centro, no en Italia ni en Bruselas. Es en las
propuestas de titulaciones que las facultades y escuelas hacen y/o en las
programaciones y guías de cada docente donde se tienen que reflejar las medidas
para atender bien a los estudiantes a tiempo parcial (programa de tutorías
presenciales y virtuales, alternativas de evaluación, diversidad de propuestas
de tareas a realizar...) Más que señalar con el dedo a quiénes quieren ser
estudiantes a tiempo completo hemos de conseguir que todos los centros incluyan
dichas medidas en el diseño de los nuevos títulos y de esa manera ni Bolonio ni
nadie supondrá un impedimento para que alguien pueda estudiar una carrera.
En este sentido hay que hacer una última consideración
importante. Uno de los criterios de calidad que se utiliza para evaluar los
resultados de un centro universitario es el tiempo que tarda en sacar una
carrera un estudiante. De esta manera se considera n+l un tiempo adecuado,
siendo n el número de cursos que tiene cada titulación. Esto quiere decir que,
si los estudios están diseñados para 4 años, entre 4 y 5 es el tiempo
considerado óptimo. Para que los centros no tengan la tentación de poner
reparos a los estudiantes a tiempo parcial o a personas que se encuentren en
situaciones que ralentizan sus estudios (por trabajo, embarazas, discapacidades
temporales o permanentes...), haciendo descender los indicadores de calidad,
hemos de conseguir que ese criterio de calidad llamado de
"permanencia" no se aplique a estos estudiantes.
Entrevista a Martín Ruiz Oceja (presidente del consejo de estudiantes de la
UC)Alfonso Nicholls (Presidente del Círculo Mayans)Alberto Aja (Delegación de
alumnos de económicas, UC)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Queremos saber tu opinión. Se respetuoso y enriquece a la comunidad