A
principios de los años ochenta, en medio de un proceso de reconversión
industrial y social muy intenso, Torrelavega sufrió uno de sus momentos más críticos.
Cantabria tuvo que hacer frente a una remodelación completa de su sistema
sanitario, para mejorar su efectividad y hacer frente a una estructura de
costes inasumible. El sistema sanitario de la ciudad, gestionado a través de dos clínicas privadas (el
Sanatorio del Carmen y la
Clínica Alba ) se vino abajo en 1985, quedando la atención
sanitaria en manos de un Hospital gestionado por la Cruz Roja , que con tan
solo 110 camas y unos servicios muy precarios, resultaba insuficiente para la
ciudad y su comarca.
El
movimiento ciudadano por la creación de una infraestructura sanitaria de
calidad en la zona concluyó en 1994 con la inauguración, en la llamada Sierra
de la Gallina ,
en los límites del pueblo de Ganzo con Santillana, de un moderno centro
hospitalario (Sierrallana), que no solo es el centro hospitalario de referencia
de la cuenca del Besaya, si no un centro de gran calidad, innovador y con
fuerte vocacional de experimentación, a nivel nacional.
Se cumplen este
mes veinte años de su apertura, durante los cuales Sierrallana ha sufrido una
continua transformación.
Una de las especialidades
que más ha avanzado en el hospital ha sido la de oncologia. Un departamento especializado
en la atención de los enfermos de cáncer. Una de las patologías con mayor
incidencia en la población.
El servicio
de oncologia de Sierrallana coordina las tareas de diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes,
por lo que se apoya en múltiples servicios del hospital. Su responsable es el
doctor Valentín Alija López, que coordina, para cada enfermo las pruebas médicas,
el equipo interdisciplinar de diagnóstico, el establecimiento de la terapia,
los cuidados paliativos y la atención psicológica a los pacientes y sus
familiares, uno de los aspectos más cruciales de una enfermedad en la que el
estado de ánimo influye en la respuesta inmune del paciente y,consecuentemente,
en su evolución.
Le hemos
pedido que nos abra las puertas del 2C ,
el nombre de la planta donde él y su equipo cuidan a estos enfermos. “Es una
enfermedad muy compleja, donde factores genéticos, víricos o ambientales
influyen en la aparición de un gran número de patologías. Nos parece que esa
palabra es una única enfermedad, producida por el crecimiento descontrolado de
células mutadas, pero bajo esa palabra se esconde un universo de problemas. Diagnosticar
el tipo concreto y el origen concreto es esencial para salvar al paciente y
darle una calidad de vida óptima. Porque hoy, en un tanto por ciento muy alto,
podemos salvar al paciente”. Y ese mensaje es el que más nos repite Valentín Alija.
Serio, pero
cercano, tranquilo pero constantemente activo, Alija realizó la primera parte
de sus estudios en La Paz. Desde
muy joven encontró en la medicina su vocación, el campo en el que mejor
desarrollar su gran objetivo profesional, ayudar a los demás.
Ya cuando
estaba en tercero de carrera, era consciente de quería hacer esta especialidad,
pero en realidad, nunca supo muy bien por qué y hasta que no realizó el MIR no llegó
a tomar la decisión de estudiarla.
Tras
trabajar en Bilbao y en la Residencia
Cantabria de Santander, Alija lleva ocho años ejerciendo su
profesión en el Hospital de Sierrallana. Una experiencia profesional y personal
que le lleva a recomendarnos iniciar la aventura de la formación científica y
de los estudios de medicina.
“En muchas
ocasiones he tenido que actuar rápido, y ha sido difícil enfrentarme a ello. En
muchas ocasiones, hay personas en estado grave y se las debe administrar medicación,
resolviendo la situación lo más rápido posible. Pero el gran reto no es ese, una labor para la
que estamos muy entrenados, si no como resolver la problemática de pacientes
desanimados y muy deprimidos, algunos afectados por la incertidumbre, otros por
la seguridad de que no van a poder obtener cura. Necesitan disponer de nuestro
apoyo, de nuestra capacidad para animarlos”.
Sus dos
grandes armas. La primera es el diagnóstico, para lo que Sierrallana cuenta con
el apoyo de las unidades radiológicas, de análisis patológico y de medicina
nuclear de Valdecilla.
La segunda
las terapias. Alija maneja cuatro recursos poderosos para el tratamiento. La
terapia hormonal, los anticuerpos, la radiología y la quimioterapia. En este último
campo, Sierrallana, como otros hospitales ha avanzado notablemente en el manejo
de los fármacos antineoplásicos, entre otros, los citostáticos, lo que lleva a
especialistas como él a poseer un conocimiento amplio de su farmacocinética e
interacciones con otras drogas.
En cuanto a
la prevención del cáncer mediante la constancia de un hábito de vida saludable,
el Doctor Valentín afirma con total seguridad, que está demostrado que llevar
una vida sana, puede ayudar a prevenirlos. Además, cuentas con la satisfacción
personal que esto te aporta.
Según el
oncólogo, la medicina, ha pasado a tener muchos médicos y métodos, pero pocos medios
para ejercerla.
Hoy, la
asignatura pendiente de la medicina, es ajustar el avance tecnológico con la
humanización de la medicina. El meter a la persona en la UVI con muchos tubos, no es
muy humano, ese es el paso que le falta a la medicina y en lo que va avanzando.
Seguirá
habiendo avances, pero eso tendrá que ir acompañado del acercamiento y la
sensibilidad hacia la vida y las necesidades de los pacientes.
En la
prevención del cáncer, actualmente no se invierte mucho dinero, aunque él opina
que de alguna manera, intentar evitarlo de una forma personal no necesita
subvención. Por otra parte, considera que la población si está sensibilizada con
esta enfermedad.
Para
finalizar, contamos con su opinión respecto a la cura de esta enfermedad en un
futuro.
Lamentablemente,
opina que el cáncer no es solo una enfermedad ya que hay cánceres de todos los
tipos. La causa exacta que lo provoca no se sabe, aunque se cree que podria
estar vinculada al envejecimiento de las células, lo cual va acompañando a la persona,
generando muchas mutaciones que cuando se acumulan producen divisiones anómalas,
produciendo la dificultad de la erradicación del cáncer.
A la hora
de dar un diagnóstico, se les hace difícil pronunciar esta palabra, ya que no
solo hablamos de una grave enfermedad para el paciente, sino que también un
gran peso sobre la familia.
Pero, pese
a todo, el mensaje, cuando abandonamos el 2C es claro. El afán de superación y los
conocimientos de estos especialistas nos permiten tener esperanza. Él la tiene,
como cientos de especialistas, enfermeras y personal de estos departamentos
Lucia Izquierdo, Clara Simal, Elena Gutierrez
Colegio La Paz, Torrelavega (Cantabria)
EPE13/ActaDiurna
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