Conocida
como la séptima maravilla del mundo y con una extensión total de 8851 Km . de longitud,
reside en el país más poblado del planeta, una de las construcciones
arquitectónicas más importantes de la historia, La Gran Muralla China.
En el año 221 A .C. los pueblos chinos
recibían numerosas amenazas por parte de la tribu bárbara de los hunos. Esto
llevo a los emperadores de la época a la construcción de diversos muros con la
finalidad de proteger a sus ciudadanos, fue entonces cuando el primer emperador
de la dinastía Qin, Qin Shi Huang, mandó juntar estos muros, aprovechando los
desniveles del terreno, para crear uno solo, marcando así el comienzo de la
construcción de la Gran
Muralla China, que tardaría alrededor de mil años en
convertirse en lo que hoy en día conocemos.
Millones de
trabajadores fueron los necesarios para construirla. Se dice que cuando alguno
de ellos estaba exhausto, se le arrojaba dentro de los soportes de los
cimientos utilizados para la construcción de la muralla, y se le dejaba morir,
por lo que gran parte de la muralla es conocida como el mayor cementerio del
planeta.
El proyecto
se puso en marcha de norte a oeste, hoy en día atraviesa nueve provincias,
regiones autónomas y municipios, incluida la capital del país, Beijing y termina
a orillas del río Yalu situado en la provincia de Liaoning. Se utilizaron
distintos tipos de materiales dependiendo de la región y de su disponibilidad,
por ejemplo, en Pekín se utilizó piedra caliza mientras que en otras regiones
se utilizó granito o ladrillo. Pero en su mayoría, la muralla estaba compuesta
de arcilla y arena cubierta de paredes de ladrillo que la daban la necesaria
resistencia para protegerse de los continuos ataques. Estos materiales eran
traídos con la ayuda de rodillos.
La altura
de la muralla oscila entre los 7 y 10 metros y su anchura entre los 4 y 5. La
muralla estaba llena de escaleras y pasillos que hacían muy fácil su acceso.
Cada cierta distancia se puede apreciar torres que se construían con el fin de
vigilar a los pueblos bárbaros.
Declarada
patrimonio de la humanidad por la
UNESCO en 1987, esta imponente construcción y símbolo de
poder chino, se ha convertido en uno de los grandes puntos turísticos del país
que atrae cada año a miles de visitantes dispuestos a apreciar su majestuosidad
y su grandeza.
Numerosos
son los factores que amenazan su conservación, entre los que se encuentran los
fenómenos naturales y el factor humano. Las zonas mejor conservadas son las que
rodean a Pekín, las que se encuentran cerca de los puntos turísticos, o los
tramos más importantes, como el Paso de Badaling. La mayoría de estas zonas han
sido reconstruidas con el fin de mantener su importante valor. Por otro lado se
encuentran los remotos tramos situados entre montañas, en los que destacan las
tormentas de arena que poco a poco van deteriorando la muralla, y las zonas más
susceptibles al vandalismo y a los graffiti.
Según un
artículo publicado por National Geographic, en 2015 la Administración Nacional
de Patrimonio Cultural dará a conocer una serie de pautas para la conservación
de la Gran Muralla.
Aida
Illerias
Estudiante
de secundaria, Colegio La Paz ,
Torrelavega (Cantabria)
Imagen
viajar.especiales.elperiodico.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Queremos saber tu opinión. Se respetuoso y enriquece a la comunidad