viernes, 21 de abril de 2017

Lágrimas de Esperanza

Vivimos en una España cainita de emociones; que un político llore es síntoma de debilidad, la demagogia hecha lágrima. Las lágrimas como los elogios siempre al final de etapas, no entre medias.


Hoy desde la distancia vi llorar a una Grande de España, acorralada por los micrófonos, por las masas y por unas ranas disfrazadas y gritos de corrupta, Esperanza Aguirre, lloró forzada por la situación y por el miedo. Lágrimas que algunos llamaron de cocodrilo, los que estuvieron allí dijeron que era una más de las puestas de escena de la presidenta. Sin embargo, yo la creo.


Esperanza llora porque está sola; nadie de su otrora Partido Popular madrileño la defiende. Su más acérrima enemiga y rival ideológica -la rubia que se hace la tonta- Cristina Cifuentes, ha sido sin quererlo y queriéndolo, la causante de la caída -más aún si se puede- a los infiernos de Espe.


Y ella, una superviviente de la política, lo sabe. Se aferra al pasado para seguir considerándose importante en una sociedad madrileña que, si en un momento la alabó a los cielos, hoy la repudia. Ella, política de convicciones liberales, se ha visto derrumbada por la corrupción de sus antiguos números dos cuando eran cargos públicos. Ella que tanto repudiaba el malgasto del dinero público, se ha dado cuenta de que sencillamente se malgastó en los suyos, en sus delfines, en sus amigos, sus confidentes en política.


No queda uno, todos presuntos, imputados, o ya condenados de corrupción. Una vez en una entrevista del Mundo, un periodista la definió como la Margaret Tachter española, y ella se lo creyó. Allá por el 2008, casi toca los cielos de su partido. Se conformó con su castizo Madrid, y ella que nadie la tosía, que aún la temía, erigió un partido, el suyo, para convertirlo en su casa, la casa de los disidentes, de los conservadores, de los liberales. La casa que Esperanza quiso que fuera el partido nacional.


Esperanza es un animal político; ella sabe que es el final de su etapa política, por eso no dudó hoy en plasmar su San Benito de víctima mostrando durante el juicio una medalla plateada de la Virgen.


Y tembló, como tiemblan los que tienen miedo, porque está acorralada. Iba como testigo de un caso de corrupción de comisiones sobre el Canal de Isabel II, pero ella era la testigo principal. Su gobierno, su partido, sus consejeros son los que la han llevado a estar allí, ya sin la batuta de presidente del PP madrileño -allá por el 2016 cuando se vio forzada a abandonar la presidencia debido a la financiación ilegal del partido-.


Y durante su comparecencia, a cachos como si fuera un mitin, dijo no saber nada de comisiones. Ella que afirmó una vez que había destapado la Gurtel, se vio en un momento acorralada cuando el abogado de José Luis Peñas, el concejal de Majadahonda, que fue quién realmente la destapó, la recordó que él mismo la envió una carta denunciando un amaño en un concurso en Boadilla.


albondiguilla



En diciembre de 2013, en un bar de la calle Goya, me tomé un café con uno de los supuestos cabecillas de la trama Gurtel, el famoso Albondiguilla. Me acuerdo que un momento de la conversación salió el nombre de Esperanza Aguirre. No una, ni dos, ni tres fueron las veces que la Grande de España comió en casa del ex alcalde de Boadilla del Monte, ni una ni dos las veces que concejales suyos -luego involucrados en la trama- fueron puestos por la dirección regional de la cual Esperanza era la cabeza visible.


Aún la queda esperanza, se sigue aferrando a su asiento del Ayuntamiento de Madrid. Como ella suele recordar a veces, su candidatura fue la más votada por los madrileños. No se sabe si se mantendrá hasta el final de legislatura, ella sigue convencida de que aún le quedan batallas por pelear contra la malvada Carmena. Pero como escribió hoy Fernando Baeta en El Español, por dignidad debería irse.


Adiós, Esperanza, adiós.


 

David Sanjuan

1 comentario:

  1. Doña Esperanza, en mi opinión, es la política española que más vale y a la que más piedras la han lanzado, incluso los de su propio partido. Si en España en lugar de criticar con sarna a unos políticos y hacer la vista larga con la corrupción de otros se midiera a todos con el mismo rasero, habría muchísima menos corrupción. La corrupción anda por todos lados, unos son más corruptos que otros, pero todo parece indicar que son pocos los que son políticos para mejorar el país y para trabajar a favor de los ciudadanos. A mí las lágrimas de Doña Esperanza me duelen porque ha trabajado incansablemente para mejorar la comunidad de Madrid y para beneficiar a los ciudadanos, no son lágrimas de cocodrilo. Vivimos en un mundo en el que las mentiras y las calumnias están a la orden del día; decir la verdad, ejercer la justicia y ser buen político es para muchos disparatado y hay que destruirles, no se les puede permitir. Pues nada, agua y ajo, sigan hilando la soga que terminará ahorcándoles porque deciden creer las mentiras y las calumnias de enemigos y envidiosos en lugar de investigar y buscar la veracidad de las noticias. LA SINCERIDAD NO ES GARANTIA DE VERDAD.

    ResponderEliminar

Queremos saber tu opinión. Se respetuoso y enriquece a la comunidad

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Comparte este contenido en las redes