Paola Martínez,
Gema Sánchez Cuevas
Hoy en día
las estafas surgen a través de las nuevas tecnologías, jugando con la inocencia
y la voluntad de la gente
Cuando
Graham Bell creó el teléfono nunca pensó que ese fantástico invento con el que
la gente se podía comunicar desde cualquier punto del mundo, algún día sirviese
para jugar con las necesidades y la voluntad de algunas personas. Pero con el
paso de los años la forma de estafar a la gente ha evolucionado de manera
sorprendente desde timos tan famosos con “la estampita” hasta los móviles e
internet.
Hoy en día
nadie está a salvo de estas estafas, las cuales por otro lado son muy difíciles
de detectar, ya que se encubren de diversas maneras.
Una persona
que necesite trabajo, inocentemente puede caer en ese tipo de embelecos, ya que
proliferan muchos anuncios que te muestran un falso número telefónico, cuyo
prefijo es el 90, lo que en realidad ocurre es que al llamar a estas supuestas
ofertas te cobran la llamada con una tarifa que en ocasiones llega a ser cinco
veces superior al establecida por la compañía. Eso sin contar que te mantienen
a la escucha durante un tiempo en ocasiones superior a una hora.
Estos timos
se han acomodado a las nuevas tecnologías como en el caso de Internet, de
manera que para disfrutar de determinados servicios que aparentemente son
gratuitos es necesario descargar desde la red un programa informático, el cual
tiene la misión de conectar el MODEM a una línea 906 de modo que la tarifa
establecida ya sea local o plana, se transfigura a esta línea con un coste
superior. Pero este no es el único sistema mediante el que un usuario de
Internet puede caer en la trampa , es cierto que la publicidad en ocasiones es
engañosa pero en este caso esto se agudiza , pinchando en uno de los numerosos
banners que se encuentran en la red, el consumidor es conectado al igual que
antes con una línea 906 , pero en este caso las responsabilidades son confusas
ya que el culpable directo de esta estafa es la empresa que se ha anunciado en
esa publicidad , pero este banner no podría haber sido colocado en la red sin
la autorización de la empresa encargada de la página web mediante la que se
conoció el anuncio , por lo tanto ¿Quién es el verdadero estafador? Todo parece
indicar que esto nunca se aclarará.
Otra manera
sencilla de estafar a la gente llega a través de los teléfonos móviles, los
cuales han evolucionado hasta ofrecer servicios que antes solo podían brindar
los ordenadores.
Estos
aparatos son muy útiles a ciertos programas, que requieren de los mensajes para
la buena evolución de dicho espacio.
Estos
mensajes alcanzan cuotas que en ocasiones llegan a 1€ cuando lo establecido por
la ley es 0,15 céntimos.
Siempre han
existido los engaños y las estafas, pero nunca han estado tan elaboradas como
ahora. Aunque están al alcance de todos, las autoridades no hacen nada por
acabar con ellas. Desgraciadamente todo parece indicar que esto seguirá igual y
con el paso de los años continuarán creciendo paralelamente al avance
tecnológico.
Imagen
20minutos.com
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