viernes, 1 de junio de 2012

Hablamos con Gil Fernández Álvarez




Mariana Díaz Medina, Andrea García de los Salmones, María Muñiz


Hemos elegido hacer esta entrevista a Gil Fernández Álvarez ya que es una persona muy cercana, y que nos ha enseñado mucho. Por mi parte, María Muñiz Fernández, he de decir que este hombre, antes de todos sus títulos, es mi abuelo y que me siento orgullosa de tenerle conmigo.


¿Qué edad tiene?- “Tengo 79 años, nací en Mieres (Asturias) en el año 1933 y he vivido en muchas partes (Salamanca, Huelva y Oviedo) antes de llegar a Torrelavega en el año 1981”.
¿Cuáles son sus títulos? -“Soy Facultativo de Minas y Doctor en Ciencias Geológicas por la Universidad de Salamanca. Y, a mi edad, casi, casi Licenciado en Historia, carrera que empecé después de jubilarme y de la que sólo me falta una asignatura para terminar, y estoy seguro de superarla.”
Don Gil Fernández Álvarez fue director de producción de la mina de Reocín, profesor de la Universidad de Cantabria (UC) y fue el primer presidente de UNICEF en Torrelavega.
¿Cómo fue su infancia?- “Nací poco antes de la Guerra Civil Española y mis primeros recuerdos son de la postguerra. Fue una infancia muy dura, en un país arrasado por la guerra, con la comida racionada para que hubiera algo para todos, pero fui feliz porque la felicidad sale del interior de uno mismo y, a pesar de que el exterior sea muy duro, puedes ser feliz. No teníamos juguetes, ni televisión, ni internet, ni esos aparatitos que tenéis siempre en la mano, pero teníamos imaginación y creábamos un mundo lleno de máquinas con vagones, formado por latas de conservas, carreras de bicicletas con chapas en las que colocábamos las fotos recortadas de nuestros ídolos, jugábamos a saltar “a la muerte”, “al pío campo” y a otros muchos juegos que nos hacían felices. Como no teníamos radio ni televisión en casa, estábamos todo el día en la calle o saltando por los prados.”
¿Cómo empezó a trabajar? - “Comencé a trabajar a los 15 años y como no había entonces instituto en Mieres, no pude estudiar el bachillerato, por lo que tuve que estudiar lo que hoy se denomina Ingeniero Técnico de Minas mientras trabajaba. Entonces, las clases se daban los sábados y domingos y para poder asistir a clase. Mi primer trabajo fue de recadero en una oficina administrativa y al poco tiempo era listero (contabilizaba los jornales de los obreros). Cuando a los 20 años terminé la carrera, pasé a topografía donde aprendí el oficio y luego pasé por diversos departamentos de la mina, oficina técnica donde realizaba proyectos de carreteras, teleféricos, replanteos y cuantas labores me iban encargando. Una de las cosas que me caracterizaron fue mi versatilidad, no me arredraba ante lo que me mandaran, cuando no sabía lo que tenía que hacer, estudiaba y me ponía a ello con todo entusiasmo y las cosas iban adelante”.
 Pero ¿y lo de geólogo? - Eso fue más tarde, como yo no tenía el bachillerato no podía estudiar una carrera superior, entonces salió un decreto por el que el que tuviera una carrera media, mediante un examen, podía estudiar una carrera superior, así es como me hice Licenciado en Geología en la Universidad de Oviedo en el año 1965. Después, en 1974 me doctoré en la Universidad de de Salamanca.
Gil trabajó como geólogo desde 1965 hasta 1994 llegando a ser Director de producción de la mina de Reocín entre 1988 hasta 1994. En su estancia en Reocín fue durante 10 años subdirector y director del departamento de Geología para pasar posteriormente a Director de producción. La mina de Reocín pertenecía a la empresa Asturiana de Zinc.
 ¿Empezó a trabajar como geólogo en Reocín? - “No, en realidad, de la empresa en la que trabajaba en Mieres y en la que no había puesto para geólogos, fui a trabajar a Salamanca con una empresa americana que solamente estuvo en España un año. Entonces, me fui a Huelva a trabajar en Riotinto y luego pasé a Asturiana de Zinc que tenía unas concesiones en Huelva y estaba investigando la comarca. Con esta empresa, recorrí toda España buscando minas de zinc, plomo o cobre, primero en Huelva, en el Valle de Arán, Burgos, Ciudad Real, Granada … También, tuve la suerte de estudiar minas de otros países: en Alemania, Francia, Irlanda, Portugal, Canadá o Brasil, fue una experiencia maravillosa que me enriqueció tanto intelectual como humanamente. Más tarde, cuando la empresa pasó momentos difíciles, tuve que trabajar como químico en la fábrica que Asturiana de Zinc tiene en Asturias. Allí, llegué a ser el jefe de la planta de tratamiento de mineral y llegó a gustarme tanto el trabajo que cuando me dijeron que la empresa había comprado Reocín y que tenía que volver a ser geólogo de nuevo, sentí dejar un trabajo que en un principio no era de mi profesión.
 ¿Cómo fue el venir a Torrelavega?- “Yo llegué a Reocín en 1981, primero como geólogo jefe de la mina, luego como subdirector de geología de Asturiana y, finalmente como director de producción, cosa un poco rara porque este puesto era siempre ocupado por un Ingeniero Superior de Minas, por lo que el puesto era un nuevo reto para mi, pero con voluntad y tesón seguí en el puesto hasta que en 1994 X-Strata, una compañía Suiza compró Asturiana de Zinc, y entonces me jubilé”.
 ¿Cómo llegaste a ser profesor de la Universidad de Cantabria? - “Hacer el doctorado pareció como un capricho, pero luego me sirvió mucho. En 1987 se jubiló el profesor de geología de la Escuela de Minas y buscaban un geólogo que fuera doctor, me presenté a la oposición y saqué la plaza de Profesor Titular Universitario, que daba las clases de 8 a 10 de la noche. Compaginaba mi trabajo en la mina con las clases. Luego, cuando me jubilé de la mina me dediqué a tiempo completo a la Escuela de Minas hasta el año 2003 que me jubilé definitivamente. “
¿Por qué decidiste ser presidente de UNICEF?- “Pues un día me lo propusieron, y, la verdad es que no pude decir que no a ayudar a otras personas. Creo que UNICEF hace un gran trabajo, especialmente con los niños necesitados de todo el mundo”. Fue presidente fundador de UNICEF-Torrelavega durante 2 años.

¿Por qué hiciste la carrera de Historia? - “Me jubilé a los 70 años y como estaba acostumbrado a mucho movimiento me costaba trabajo pensar que iba a estar sin hacer nada, por ello pensé en hacer un estudio sobre la minería de Cantabria, y para ello, necesitaba tener conocimientos de historiador, por lo que decidí comenzar esta carrera en la que ya me encuentro en el final.”

¿Cómo definirías tu vida?- “Mi vida fue un suceso de cambios de trabajo pasando de recadero a topógrafo, luego mi trabajo como geólogo o el puesto en una planta de tostación de cinc, hasta ser profesor de la UC.”Como nota singular, diré que fui feliz en todos los puestos de trabajo que tuve, por ello creo que la vocación depende mucho de la tenacidad. Mi experiencia es que, aunque al principio no te guste el trabajo al que tuviste que acceder, no te preocupes, cuando pase el tiempo y llegues a dominarlo, naturalmente con esfuerzo y tesón, te llegará a gustar, por lo que mi consejo sería estudiar una carrera que te proporcione una amplia formación y luego especializarte en el trabajo que te toque realizar, y si cambias de trabajo volver a empezar de nuevo, seguro que en la mayoría de los casos, triunfarás.
Por todos los lugares por los que Gil ha pasado ha dejado marca en su gente, ya que se hizo querer y enseñó grandes cosas a sus compañeros. Los momentos más importantes de su vida:
“En una vida tan larga como la mía, ha habido muchos momentos importantes, unos felices y otros no tanto. El momento que más me emocionó fue en mi jubilación como profesor de la Escuela de Minas, en la que los alumnos, espontáneamente, me hicieron un homenaje como despedida.”
En su infancia Gil era un niño como los demás, al que le gustaba mucho leer. Era una época de mucha hambre y pobreza, había racionamiento, y había grandes colas para conseguir comida.
Gil es una persona increíble y nos ha gustado mucho hacerle esta entrevista, porque de todas sus anécdotas y saberes hemos aprendido mucho y hemos disfrutado de una buena tarde, la frase que más nos ha gustado es esta: “Cuando se es joven, tienes ilusiones, no recuerdos, cuando ya se es viejo, quedan los recuerdos y se van las ilusiones”. Queremos darle las gracias por dedicarnos su tiempo y sus conocimientos, y desearle mucha suerte con esa última asignatura de Historia.

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