lunes, 16 de octubre de 2017

35 años siendo Cantabria



Se cumplen 35 años de la aprobación del Estatuto de Autonomía de Cantabria. Un periodo convulso analizado por uno de sus protagonistas, José Ramón Sáiz


Hace 35 años, Cantabria iniciaba una de sus épocas históricas más apasionantes. La construcción de una administración autonómica en el marco de una España constitucional. Jose Ramón Sáiz, periodista, investigador y consejero en el primer gobierno autónomo, fue testigo de aquellos primeros años, desde las filas de la UCD de Adolfo Suárez. Un momento crucial en el que, en el marco del mapa de las autonomías, Cantabria se debatía y los poderes centrales, más entre unirse a Asturias y León, territorios con los que mantenía grandes lazos históricos, Castilla, con la que mantenían una importante relación económica con su puerto, o crear una entidad nueva y uniprovincial, algo que chocaba con la falta de identidad regional en aquel momento y la oposición del gobierno central.

Para nuestro interlocutor, la opción en aquel momento más lógica era la primera. “Siempre hemos tenido mejores relaciones con el reino Asturleonés que con las provincias castellanas, debido a que tenemos una historia común, desde guerras contra Roma o el intento de sometimiento de los visigodos. Incluso los herederos de Pedro, el duque de Cantabria fueron los reyes de Asturias y de León.Si las comunicaciones de hace 30 años, cuando se formó nuestra autonomía, no hubieran sido tan rudimentarias y antiguas, pareciéndose a las del siglo XIX, la región natural de Cantabria hubiese sido con Asturias y con León, creándose una autonomía de dos millones de habitantes”.

“Cuando se abrió el debate de la autonomía de Cantabria, al comienzo de la nueva etapa democrática, y antes de aprobarse la constitución, se defendió una especie de concierto económico para Cantabria, que ya se había vivido en época de Primo de Rivera,pero cuando se aprobó la constitución y se vio que no se pondrían obstáculos a las autonomías uniprovinciales, fuese cual fuese su población y extensión, en ese momento, se habló a fondo de la autonomía de Cantabria, gracias a un acuerdo de PSOE y UCD, los partidos dominantes".

Ahí la voluntad de Jaime Blanco por el partido socialista y la de UCD a través de Justo de las Cuevas fue clave para apostar por la vía uniprovincial, en el sentido de convencer a Adolfo Suárez, frente al gran poder que tenían muchos de los barones de la UCD de Castilla y León, como Rodolfo Martín Villa, Juan Manuel Reol Tejada que fue presidente de Castilla y León, o Gabriel Cisneros que fue ponente de la Constitución. En aquella época tampoco contábamos en el PSOE con el apoyo de Alfonso Guerra ni con el de Esteban Laborda, presidente del Senado,es decir, que los políticos castellanos eran muy poderosos en sus partidos, sin esta unión de los partidos cántabros no hubiese sido posible la autonomía, lo demás hubiesen sido pataletas, como en el caso de León que defendió ser autonomía uniprovincial, que fue obligado a permanecer en esa autonomía.

Sáiz no solo fue uno de los hombres influyentes en la definición de la autonomía y en las conversaciones que dieron lugar a ella. En su haber se encuentra el ser, el impulsor de los símbolos regionales, como el escudo, la bandera y el himno adaptado a partir de un himno a la Montaña de 1920. Elementos que ayudaron a definir una identidad cultural.

Pregunta. ¿Qué papel juega José Ramón Sáenz hace 35 años durante el establecimiento de Cantabria?
Respuesta. Yo fui uno de los muchos que defendió la autonomía de Cantabria, desde la prensa con artículos, sobre todo durante mi vinculación con la hoja de lunes frente a los periódicos diarios como el Alerta y el Diario Montañés que eran más castellanistas. El director del Semanario, González Bedoya y yo contribuimos a crear una conciencia regional. De igual forma que defendí nuestra autonomía como diputado y como miembro de la comisión de la reforma del estatuto del 98. También he participado en la defensa de nuestro patrimonio inmaterial, como el habla montañesa.

P. ¿En aquel momento que fue más difícil construir un sistema de partidos democráticos o instaurar en la población ese sentimiento de autonomía?
R. Creo que el sentimiento de autonomía no está todavía suficientemente desarrollado, yo creo que se habla poco de historia, el sistema de partidos fue más fácil, pues algunos venían desde la oposición al franquismo como el partido socialista y otros se crearon nuevos como la UCD con sus cuadros. Pero fue un sistema incompleto, yo creo que la actual situación de cuatro partidos nacionales se ajusta más a la realidad sociológica española.

P. Hay quienes dicen que Cantabria tiene una estructura autonómica que no responde a una realidad sociológica, ¿cómo convencería a esas personas de lo contrario?
R. Yo en estas situaciones digo: ¿Cómo estamos mejor, siendo una entre 50 provincias o una entre 17 comunidades autónomas? Es evidente que siendo una de 17 ya tenemos más diferenciación, por lo tanto, soy partidario de esa vía autonómica pero con más presencia de la identidad y de la historia.


José Ramón Sáiz periodista, investigador y mienbro del primer gobierno democrático de Cantabria. / D. IGLESIAS (ENREDADOS)

P. ¿Cuáles fueron en esa época los mayores obstáculos a la hora de proponer a Cantabria como autonomía?
R. Los mayores obstáculos venían de la incomprensión del Estado hacia autonomías uniprovinciales y de los problemas de infraestructuras que teníamos. En aquel momento, nuestra incomunicación, solucionada en parte después con las autovías de Cantábrico y la Meseta, nos hacían poco menos que inviables a nivel económico.

P. ¿Cuántos objetivos de las fuerzas autonómicas hubo que sacrificar en aras del consenso?
R. Muchos para sacar el estatuto adelante hubo que hacer muchas renuncias. Yo recuerdo que el primer viaje que hizo el presidente de Cantabria fue a Castilla y fue un viaje lleno de problemas, pues su postura no fue abierta sino más bien cerrada en el sentido de ya que os habéis ido no queremos saber más de vosotros, al final se hizo ese viaje y todo salió razonablemente bien.

P. Con base a lo que hemos hablado, ¿cómo cree que debería articularse España?
R. España ha acertado en su modelo autonómico, quizás habría que hacer ciertas correcciones. Yo soy partidario de este modelo de España de las autonomías con algunas correcciones, porque en algunas cosas yo creo que ha ido demasiado lejos. Uno de los problemas de España es no definir hasta qué punto las autonomías pueden tomar decisiones sin crear, como hay ahora, ciudadanos de primera y segunda en temas como la sanidad y la educación, lo que crea un cierto desbarajuste. Y otro tema discutible es porque lo que se concede al País Vasco o Cataluña no podemos tenerlo los demás, porque no vale argumentar que son comunidades históricas. Nuestra historia está ahí y es muy grande. El pragmatismo nos obligó a aceptar lo que el estado nos quisiera dar y en ese momento nos otorgó un estatuto bajo mínimos, el cual era muy discutible y por eso le reformamos en el año 98 y muy en profundidad. Sin embargo, una de las grandes ventajas de la España de las autonomías es la competitividad entre sus regiones, competitividad que debe favorecer que cada una administre mejor sus fondos y ofrezca mejores servicios a los ciudadanos.

P. ¿Cuál es su opinión sobre el debate de los símbolos regionales que se ha abierto durante los últimos años con el Lábaro como protagonista?
R. Yo no soy contrario a que esté como una seña a efectos culturales pero la bandera de Cantabria está en el estatuto, está reconocida y no tiene peligro de ningún tipo. Por lo cual, reconocer el Lábaro como un signo cultural de Cantabria, bajo mi punto de vista, no tiene ningún problema. Incluso tiene alguna ventaja, a mí me gusta mucho el ciclismo y cuando veo una bandera del Lábaro por las carreteras, sé que estoy viendo cántabros.

P. ¿Cuáles son sus sueños políticos? ¿Qué le gustaría políticamente para nuestra comunidad (Cantabria)?
R. Primero, me gustaría que tuviese un marco más pluralista del que tiene, que se pueda llegar al parlamento de Cantabria sin ningún tope restrictivo, es decir, en Cantabria el que no saca más de un 5% de los votos no tiene posibilidad de llegar al parlamento. Estos mecanismos me parecen inapropiados y que deberían desaparecer. A mí que me gusta que haya entendimiento en la política y que se busque el consenso, creo que de la participación suele salir más la solución y no las imposiciones, aquí hemos tenido muchas legislaturas de tres partidos en el parlamento, me parece una deficiencia absoluta. Yo creo más en los seis o siete grupos políticos que puede haber en los parlamentos Vascos o de Cataluña.

En el ámbito urbano, especialmente en Torrelavega, creo que hace falta algo esencial que bajo mi punto de vista es definir el modelo de ciudad, es decir, ¿qué modelo de ciudad queremos después de la caída de la industria en Torrelavega? Y creo que deberíamos favorecer una mayor participación de la ciudadanía.



Gonzalo Sánchez, Ángela Lavin

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