domingo, 17 de febrero de 2013

Norah Jones



Irma Calle


Las notas biográficas de Norah Jones son muchas a pesar de que la cantante sólo tiene 31 años. Comenzó a ser conocida por todos en 2002.
Su disco 'Come away with me' consiguió ocho premios Grammy y vendió 20 millones de copias. Jones hace una música que combina el jazz, el soul y el country, un gusto por este último tipo de música, que dicen que heredó de su abuela.
Norah Jones es en definitiva una guapa y dulce neoyorquina que, según los críticos "está muy lejos de la sensibilidad musical frívola y simétrica de la que vienen haciendo gala muchas de las nuevas estrellas de su generación". Lo de Jones es otra cosa, realmente más cerca del jazz que del pop, muy diferente a lo que últimamente estamos acostumbrados a ver. Un logro si has crecido en la rapera y ruidosa década de los noventa.
Hija del gran maestro indio del sitar, Ravi Shankar, y de la productora de conciertos, Sue Jones, Norah,con su álbum debut, se metió a la crítica internacional en el bolsillo, y a partir de ahí nadie ha discutido la calidad de una de las mejores voces surgidas con el nuevo siglo. Norah Jones llegó, además, al estrellato sin grandes campañas promocionales. El famoso 'boca a boca' funcionó de maravilla, y llevó a la cantante a la cima. Tanto es así, que muchos la consideran una de las artistas con más éxito del siglo XXI.




En una entrevista que publicó un periódico de la región, en febrero de 2007, contaba que detesta explotar su físico (se niega a enseñar hasta sus brazos, de los que no está orgullosa); y también afirmaba: «Si no estoy en un sello de pop es porque sé lo que ello acarrea. Nunca he querido ser una celebridad ni vender millones. Ha ocurrido y estoy contenta por ello, pero jamás he buscado la hipermercadotecnia que rodea al pop. Cuando empecé, quería que se escuchara mi música, pero hasta un cierto nivel. Una canción te puede gustar si la oyes unas cuantas veces, pero acabarás odiándola si te la encuentras hasta en el supermercado.
Así que llega un punto en que tienes que establecer límites», ha dicho una Norah que, a diferencia de su hermana menor, Anoushka, nunca ha aprovechado su condición de hija de un mito del pop como Ravi Shankar, el gurú de los Beatles a quien George Harrison llamaba «padrino de la world music» y con el que Norah mantiene una mínima relación.
Los que disfrutamos escuchando su música esperamos a que lance su nuevo disco, mientras tanto me basta con escuchar canciones como“Turn me on” o “Wish i could”, que nunca me cansaré de oir.
Ésta es Norah, siempre sencilla y elegante. Quién tocara así el piano...


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