Corría el
año 1934, cuando un radio aficionado, iniciaba en Torrelavega, una prospera e
industrial ciudad del Cantábrico, la historia de la radio local. Esa seria la
primer piedra de la futura Radio Torrelavega, la voz de la segunda ciudad de
Cantabria, y cabecera del valle del Besaya. Concluida la guerra, en 1954,
aquella primera aventura cuajaría en la creación de una radio pública, la Estación Escuela
de la Cadena
de Radiodifusión, y la construcción de unos primeros estudios en un piso
situado junto a la Plaza
mayor de la ciudad, que se complementaban con unas antenas situadas en su
propio tejado. La emisora estaba impulsada por Carmelo Oria, que dirigiría con
éxito a un joven equipo de románticos. Eran estudiantes y aficionados que
constituían una verdadera escuela de radio y periodismo que se convirtió
lentamente y despacio en la voz de su ciudad, en los difíciles tiempos de la
posguerra.
Consolidada,
la emisora dio su primer gran salto cuando en 1959 consiguió unos nuevos
equipos de difusión, que instalados en el barrio de San Román sirvieron para
extender su área de influencia, ahora en frecuencia modulada y con el nombre de
Radio Juventud de Torrelavega.
Eran
tiempos en que la radio era algo cercano. En sus temas, en el contacto entre
los locutores y su publico, físicamente próximo, temporalmente cotidiano,
afectivamente implicado. Eran tiempos en que un estudio de radio, mas
rudimentario, pero mas familiar se constituía sobre un hermoso salón de 200 metros donde los
programas, sobre un tenue escenario presidido por un micrófono y un piano de
cola, se hacían cara al público y junto al público. En un espacio
radioeléctrico mas limpio y con menos emisoras, la voz de Torrelavega se
difundía desde su emisora hasta Bezana, Santander o Cabezón, constituyendo a la
ciudad en una verdadera cabecera de su pujante comunidad.
En 1970, en
una España que cambiaba a pasos agigantados y se dirigía hacia la libertad,
Radio Torrelavega volvió a cambiar de manos y distintivos. La cadena de los
sindicatos oficiales se hizo cargo de ella, nacía Radio Torrelavega CES 20. Un
nuevo cambio al que su ciudad dio poca importancia. Pese a ello su voz
continuo, en silencio, pero con la intensidad y la distancia de siempre. Los
viejos discos de pizarra de 78 revoluciones ya habían dado paso a los de 45, y
su programación había entrado ya hace tiempo en un derrotero moderno. Música,
espacios infantiles, coloquios, y mucha atención a su ciudad, a sus raíces y a
su gente. Con la llegada de la democracia, en 1976, la radio de Torrelavega
creció y maduro. Sus viejos estudios de la Plaza se trasladaron a unas modernas
instalaciones en el barrio de la
Llama , y su programación alcanzaría las 16 horas diarias, que
desde 1979 serian 24 y en estereofónico, pero con un nuevo distintivo, el de
Radio Cadena Española. El nombre que agrupaba a un heterogéneo grupo de
emisoras que durante los años de la dictadura habían sido controladas por el
poder político, y que ahora, en plena democracia y con la eclosión de numerosas
empresas privadas, empezaban a no encajar en el nuevo mapa informativo. Pero la
vieja radio de la ciudad no se arredro. Sus profesionales se adaptaron, se
esforzaron y demostraron su calidad, y, sobre todo, su amor por su ciudad.
Diez años
después, como el jubilado útil y entero, pero incomprendido que vive errante de
casa en casa de sus hijos, la vieja radio volvió a cambiar. Radio Cadena
desapareció y la radio local fue integrada en la cadena pública, Radio Nacional
de España. Era su final, sus días estaban contados, pues la radio publica
estaba ya sobredimensionada y ahora, la vieja radio de Torrelavega, aun joven y
con ilusión por su ciudad, se veía obligada a convivir en una casa llena y
saturada. Aun así, la vistieron guapa. Nuevos estudios, nuevo centro de
emisión, nuevos equipamientos técnicos (con la total informatización y
automatización) y la misma ilusión y buen hacer de siempre. Eso si, nuevo
nombre. Ahora era Radio 5, el canal informativo 24 horas de la radio publica.
En 2004, mas joven que nunca, cumplió 50 años. Se la agasajo, se la rindió un
homenaje sencillo y escucho las mismas mentiras de siempre “¡…y que cumplas
muchos mas!”. Hoy cierra en silencio, sus trabajadores siguen informando sobre
su ciudad cada hora, contando al mundo cuan bella es, pero da igual, nadie ha
movido un dedo por ella, y nadie lo moverá. En otras ciudades, otras gentes,
han recogido firmas, se han movilizado y han dejado constancia que no quieren
que su voz muera. Lo han hecho en Ponferrada, en Gijón… en Torrelavega no. Pero
ella sigue. Una sencilla pancarta recuerda a quien la mire que su vida se
extingue.
Ya sabemos
que hay motivos económicos tozudos (como si los servicios públicos fueran un
negocio, o debieran serlo). ¿Pero tanto como para desmantelar, en una región
como Cantabria, que no cuenta con medios autonómicos, todo el sistema
informativo público?. De todas formas, el presidente regional esta bien
informado con la cadena SER, para que quiere mas. Eso expone el comité de
empresa que tuvo que oír en una reciente reunión.
Solo queda
recordar a Casto de Castro, Chiqui Cayon, Olga Casado, Manuel Perales, Juan
Pérez, Alfredo Campuzano, Santiago Ibarra, José Ignacio Peña….. Tantos y tantas
que aprendieron a conocer a su ciudad, a crecer en su profesión y a dedicarse a
su gente. Pero así es la vida. También la voz se muere, o mejor dicho, se la
mata.
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