Hoy
visitamos el MMC en Santander, y entrevistamos a su director actual, Gerardo
García en su despacho del Museo.
Don Gerardo
escogió estudiar biología marina porque fue un tema vocacional, dado que desde
pequeño le gustaban los animales, más tarde, durante los comienzos de su
carrera, empezó a estrechar una relación con la mar y los animales marinos.
Empezó a trabajar como colaborador externo del Museo marítimo, en el cual le encargaban trabajos, y tras
trabajar allí una temporada, salió una plaza por oposición de biólogo, a la que
decidió presentarse y, finalmente, sacó la plaza.
Realmente
el puesto de director del MMC es una plaza administrativa y no hace falta un título
de biólogo, ya que solo hace falta que sea un licenciado, por lo cual podría
haber sido en derecho, en historia o en
biología. Su anterior trabajo, como Director y Conservador de Biología, si que
requería que tuviera ese tipo de certificado. Sobre el puesto de director del
MMC recaen todas las responsabilidades y los temas administrativos, en la ley
de museos de Cantabria se recogen todas estas, entre las que están; la
obligación de proteger, divulgar y preservar el patrimonio del museo que,
también, es obligación del personal del museo.
El Museo ha
supuesto un gran aumento en el patrimonio de Cantabria y, también, un aumento
del turismo, además probablemente hay mucha más gente fuera de Cantabria que
conozca este Museo. Su cierre supondría
un gran declive en cuanto al turismo
extranjero en Cantabria, su cierre, además, provocaría un gran problema hacia
la conservación del patrimonio.
La crisis
está afectando de una forma diferente al Museo por la bajada de visitas
escolares pero, al contrario, los grupos de adultos han aumentado, “con lo
cual, lo comido por lo servido”; hay un gran cambio de tipología de público.
En el MMC
hay más de 180 especies de plantas vivas y unas 1500 muertas, de las cuales, la
favorita de este biólogo es un pequeño coral amarillo del mar del cantábrico.
No ha habido consecuencias muy graves en cuestión al cambio climático, pero se
sabe que van a ir apareciendo cada vez más especies de ámbito tropical, debido
a los cambios de corrientes, y las de agua fría quedarán desplazadas. Va a
cambiar, además, el nivel del mar y la estructura de las playas. Durante toda
la historia se han producido cambios climáticos naturales enormes, como las
glaciaciones, pero, cuando estos cambios son producidos por el hombre de forma
artificial, no son tan aceptados por los ecosistemas.
El coste de
los esqueletos es determinado por el tamaño de estos, además de las horas
trabajadas para prepararlo, como por ejemplo, el coste de la última ballena
varada en Oriñon que sin contar los sueldos, el coste ascendió a 7 millones de pesetas.
El proceso es, muy complejo, puesto que, para prepararla, hay que quitar toda
la carne y, acto seguido, someter al esqueleto a unos procesos químicos; tras
esto el esqueleto se blanquea.
En el Museo
además de los peces podemos encontrar una sección de historia natural, otra de
historia de la navegación y otra de la evolución de la pesca.
Noelia
Cantero, Ana Patricia Fernández
estudiantes
de secundaria, Colegio La Paz ,
Torrelavega (Cantabria)
EPE 2014, “La Voz
de Cantabria”
Foto Noelia
Cantero
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