Afecta en
el 75%-90% de los casos a mujeres alrededor de los 50 años, pero se puede
padecer a cualquier edad. Lo más habitual es ver casos entre 35 y 55 años. En
un principio se pensó que solo era en adultos pero algún estudio realizado en
niños, demostró que algunos de ellos ya la tenían. Algún caso se ha
diagnosticado después de procesos puntuales como una infección bacteriana un
accidente de automóvil, un divorcio, problemas con los hijos… En otros casos
puede aparecer después de otra enfermedad conocida que limite la calidad de
vida del enfermo como la artritis reumatoide, etc... Esto no quiere decir que
desarrollen la enfermedad por su causa ya que podía estar oculta y
manifestarse. Aunque no se sabe con certeza se cree que el estrés juega un
papel muy importante a la hora del desarrollo de esta enfermedad.
El síntoma
más importante es el dolor muscular, el paciente suele decir: “Me duele todo”.
El dolor es difuso con preferencia ocasional en determinadas áreas. La
intensidad del dolor puede ser consecuencia de la humedad, el frío, el sueño,
fatiga física y mental, actividad física excesiva... Suele aliviarse con calor
(baños calientes, yoga, vacaciones, estiramientos...). Ocasiona rigidez en todo
el cuerpo por las mañanas, sensación de hinchazón sobre todo en manos y pies.
Otra característica es el cansancio que dura todo el día. Se tiene mala
tolerancia al esfuerzo físico, los afectados suelen decir también: “Me siento
como si me hubiesen dado una paliza”. A causa del dolor los enfermos evitan todo
lo que les pueda producir esta sensación, y como consecuencia cada vez la masa
muscular se empobrece y el nivel de tolerancia al ejercicio desciende. La
mayoría de los pacientes tienen sueño de mala calidad, otra frase que explica
bien esto es: “Me levanto más cansado de lo que me acuesto”, empeorando el
dolor si duermen mal. Los investigadores descubren que los pacientes se duermen
sin problemas pero su sueño profundo se ve interrumpido y no alcanzan el sueño
reparador. Padecen con mayor frecuencia que otras personas, ansiedad y
depresión, así como sequedad de boca, trastornos de circulación en manos y
pies, dolores en la menstruación, colon irritable.
A pesar de
poder conseguir una mejoría en la calidad de vida, en este momento no existe un
tratamiento que produzca la curación, y el impacto que produce entre unas
personas a otras es muy variable. Un tratamiento correcto con un diagnostico
firme, la explicación de la enfermedad para evitar factores agravantes, un
cambio de comportamiento, el ejercicio físico, el tratamiento con medidas
locales como infiltraciones, masajes, y uso de medicamentos que aumenten la
tolerancia al dolor. Es necesario evitar factores que desencadenen los
síntomas, por lo que abra que cuidar los asientos y las posturas al sentarse hay
que evitar levantar o sostener pesos por que la musculatura no está preparada.
La obesidad es un factor de riesgo por eso se recomienda la pérdida de peso en
personas obesas. La ansiedad y la depresión no causan la fibromialgia pero
cuando se asocian su tratamiento es más difícil por eso se implica a los
psiquiatras, calmantes y analgésicos ayudan de forma puntual la mayoría de los
enfermos los toman pero es poca su eficacia y nunca se usará como único
tratamiento. Aumentando los niveles de serotonina los síntomas mejoran en
algunos enfermos. Estos tratamientos pueden tardar en actuar de 2 a 3 semanas, por eso lo
importante es la paciencia. Los primeros días puede levantarse peor pero esos
síntomas desaparecerán solos.
Como en
tantas enfermedades, los pacientes son, sin embargo, un ejemplo de actitud ante
la vida y un modelo para los que convivimos con ellos.
“Tienes que
mentalizarte de que sufres esta enfermedad, no basta con ir a buscar recetas,
hay que tener una actitud positiva ante los deberes de cada día, hay que
intentar evitar el estrés buscando un ambiente relajado y libre de exigencias
constantes. Hay que marcarse objetivos diarios, que sepas que puedes cumplir,
no dejar de hacer lo que habías pensado como ir a hacer la compra, por ejemplo.
No puedes hacer ejercicio físico, así que tienes que conseguir la fortaleza
muscular haciendo un pequeño entrenamiento, paseando, nadando en una piscina
climatizada...”
¿Como es
mama tu vida con esta enfermedad?
“Tengo
predisposición a padecer dolor, fatiga y problemas de concentración. Me
diagnosticaron la fibromialgia hace 12 años después de múltiples consultas de
mis dolencias a varios especialistas.
Debido a
que la gente no sabía de mi enfermedad, he tenido que oír muchas cosas que aun
me hacían encontrarme peor como: vaga, perezosa, quejica, qué no quiero ir a
trabajar, etc…
No puedo
trabajar, mi cuerpo no lo resiste, me duelen todas las partes del cuerpo. Me
gustaría participar en actividades físicas pero no puedo. Igual me ves en el
supermercado haciendo la compra, pero al día siguiente no me puedo mover, y
aunque al levantarme sienta muchísimo dolor, me levantaré de la cama, no me doy
por vencida, y aunque lo haga todo más despacio, lo haré. No puedes dejar que
la enfermedad pueda contigo. La enfermedad también me hace tener falta de
concentración, a veces se me puede olvidar una cosa que me acabes de decir.
Si me ves
reír y trabajar normalmente no pienses que no me duele nada, tengo días malos y
días peores y solo algunos buenos, por esos días, por mi hijo y por mi familia
es por lo que sigo adelante”.
Juan
Sánchez
Torrelavega
(Cantabria)
Imagen poemadeldiaadrian.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Queremos saber tu opinión. Se respetuoso y enriquece a la comunidad