lunes, 16 de junio de 2014

Annual, el gran desastre militar español del siglo XX



La batalla de Annual, conocida como Desastre de Annual, fue la peor derrota militar que sufrió España en su historia reciente. Debe su nombre al lugar donde se produjo la contienda, la ciudad marroquí de Annual, cercana a Melilla y perteneciente a la comarca de El Rif cuyos habitantes, comandados por Abd El-Krim, líder de las cabilas o tribus rifeñas que luchaban por su independencia del colonialismo de España y Francia, derrotaron al ejército español el 22 de julio de 1921.


Tras la pérdida de las últimas colonias de ultramar en 1898, Cuba y Filipinas, España estaba deseosa de recuperar parte del prestigio perdido intentando situarse entre las potencias coloniales europeas las cuales se habían repartido casi la totalidad del continente africano excepto el territorio que hoy es Marruecos, estableciendo en este lugar un protectorado económico, político y militar. A España se le presenta el problema de la resistencia de grupos autóctonos a ser dominados, creando un conflicto constante que la obliga a enviar a África numerosas tropas reclutadas forzosamente y creando un malestar social que provoca la Semana Trágica de Barcelona, que finalizó con 83 muertos, 75 civiles y 8 militares.

El año 1921 fue nefasto para España. El general Silvestre, nombrado Comandante General de Melilla en 1920, se comprometió ante Alfonso XIII a alcanzar el núcleo rebelde de  Abd-el-Krim, hoy Alhucemas, una localidad costera del norte de Marruecos situada entre Ceuta y Melilla antes del 25 de julio, día de Santiago.
En pleno julio inició una campaña de rápido avance que dejaba posiciones prácticamente incomunicadas y con escasez de víveres, con la idea de llegar hasta la bahía de Alhucemas, cuartel general de las tribus rifeñas más violentas. Empezó el avance para eliminar la escasa resistencia existente. Era un plan arriesgado, ya que los soldados españoles, en su mayoría reclutados forzosamente estaban muy poco entrenados, pésimamente pagados y alimentados, sumándole además un mal equipamiento formado por fusiles y artillería pesados y anticuados. 
En estas circunstancias las tropas españolas estaban desmoralizadas y desmotivadas existiendo dentro del mismo ejército importantes problemas de corrupción tanto a nivel de intendencia y oficialidad como entre la tropa, ya que estos últimos vendían sus propios fusiles y municiones a los rifeños. El contraataque no se hizo esperar, asediando la posición española de Igueriben.  El agua escaseaba y los rifeños están mucho más acostumbrados a las duras condiciones del desierto africano, provocando una situación preocupante.
Tras la victoria de los rifeños en el combate de Abarrán, en el mes de mayo, éstos se hicieron con abundante material bélico, dándose cuenta de la debilidad española, lo que facilitó que su líder Abd el-Krim ganase multitud de apoyos reuniendo un ejército de 11.000 hombres.

El 17 de Julio de 1921 las tropas rifeñas llevaron a cabo un primer ataque contra la posición de Igueriben, encontrándose entre ellas algunas cabilas que fueron pagadas por los españoles para mantenerlas controladas. El campamento fortificado fue tomado 5 días después del ataque a pesar de que los españoles intentaron socorrer a los sitiados por medio de refuerzos. El ejército español se había visto incapaz de imponer su fuerza y entre la tropa cundía el desánimo y el miedo debido a las noticias que llegaban y las historias que se contaban acerca de la crueldad de los rifeños con sus prisioneros. Tras este asalto comenzó a correr peligro el principal campamento español situado en Annual, concentrándose  a su  alrededor unos 18.000 rifeños ávidos por hacerse con el botín del campamento español contra 5.000 asediados, de los cuales sólo 3.000 eran españoles.
El día 22 de julio llega un mensaje del Alto Comisario Berenguer, asegurando el envío de provisiones y refuerzos desde Tetuán, ya que la situación del campamento empezaba a ser desesperada ante la escasez de agua. Al mismo tiempo se tiene conocimiento de que tres columnas rifeñas se dirigen hacia Annual,  lo que hace inevitable la evacuación del Puesto. Se traza el plan de retirarse hasta las fortificaciones de Ben Tieb y Dar-Drius donde el abastecimiento es mucho más sencillo. Esta retirada constaría de dos partes, en la primera se evacuarían los mulos portando la mayor cantidad posible de material y en la segunda la tropa, los heridos y todo aquello que no hubiesen podido cargar los mulos. La evacuación se inicia a las 11.00 horas, llevándose los españoles la desagradable sorpresa de que los caminos que habían de utilizar se encontraban tomados por policías rifeños que habían traicionado a España.

Desde el primer momento, las tropas españolas son tiroteadas, provocando el pánico entre los soldados, lo que convierte una retirada planeada en un caos de sálvese quien pueda, mezclándose ambos convoyes. Los soldados salen corriendo abandonando armamento y enseres en el desierto y en pocas horas mueren 4000 españoles, abatidos por los rifeños. Ese número tan elevado se debe a que los defensores de las posiciones intermedias, también se unen a la retirada. Los supervivientes consiguen llegar a Dar-Drius, pero en la plaza el desánimo y el miedo hace que las tropas se sigan retirando cada vez a posiciones más cercanas a Melilla.  Los heridos son abandonados a su suerte y todo resulta un caos, a excepción del cuerpo de Regulares que logran organizarse y evitar la muerte de muchos españoles.
Es de destacar la acción en combate del Regimiento de Caballería Alcántara, el cual realizó varias cargas contra la masa de rifeños para cubrir la retirada de la infantería, lo cual permitió salvar la vida de numerosos españoles, no sin pagar el Regimiento un altísimo precio, de los 700 hombres que lo componían sólo consiguieron sobrevivir 60.

Los rebeldes rifeños amenazan con tomar Melilla, siendo la plaza reforzada el día 24 de julio por dos banderas de la Legión llegadas a toda prisa desde Ceuta, comandada una de ellas por el Comandante Francisco Franco Bahamonde.
La crisis de Marruecos finaliza con la pacificación del territorio tras el desembarco hispano –francés de Alhucemas, el 8 de septiembre de 1925. Las consecuencias políticas provocadas por este desastre militar ayudaron a socavar los cimientos de la monarquía de Alfonso XIII, siendo los problemas generados por Annual la causa directa del golpe de Estado y la dictadura del General Miguel Primo de Rivera.


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