Todos sabemos de la Cruz Roja, institución que cada día ayuda a más gente. Hoy tenemos la oportunidad de hablar con el psicólogo de la Cruz Roja de nuestra ciudad: Marcos Pérez. Él es parte del equipo de respuesta inmediata de emergencia (ERIE). Esta “epígrafe dentro de la Cruz Roja” ayuda a aquellas personas que necesiten tratamiento psicológico y que quieran recibirlo.
Los inmigrantes que acuden allí son personas con nombre y apellidos que no tienen recursos, hacia los que la gente muestra poca tolerancia; ser ciudadanos del mundo cada vez se lleva menos. Todos los que están con Marcos son supervivientes y nos confiesa que “la gente es más fuerte de lo que parece”.
Creemos que la mejor forma de hacer cambiar a la gente es hacerles ver la realidad del día a día de estas personas. Por eso hoy contamos la historia de un chico Afgano de tan sólo diecisiete años que llegó a Torrelavega hace año y medio.
En 2011 nuestro joven protagonista vivía feliz con sus padres, sus dos hermanas y su hermano. Pero en menos de un año la historia de esta familia cambia y lo hace de la peor manera posible y es que un día un simple adiós de su padre antes de ir a trabajar, se convierte en un hasta siempre. Esto es algo que sorprende a la familia aunque hacía tan solos dos días su tío que tiene relación con los talibanes había tenido una fuerte discusión con su padre, en la que el mismo salió ganador.
Todo señalaba a que el tío estaba involucrado pero debido a sus limitados recursos dieron su propia investigación por cerrada y tuvieron que mirar hacia el futuro, un futuro que no pintaba bien ya que el único que traía dinero a casa ya no estaba. Ante esta situación tan desesperada en la que la madre se ve atada de pies y manos por ser mujer, el chico asume el papel de cabeza de familia, dejando su vida de niño para convertirse en un adulto. Empezando a trabajar para su tío bajo condiciones infrahumanas.
Tras pedir ayuda a sus amigos la familia decide huir de su tío. Solo conseguirán lograrlo yendo a Pakistán, a casa del hermano de la madre. Llegada esta situación se encuentran en un país en peores circunstancias del que partieron y sin nada más que lo puesto y una pequeña cantidad de dinero. Sus planes de quedarse allí no se podrán llevar acabo ya que su tío les recomienda irse de Pakistán lo antes posible. Por lo que les pone en contacto con gente que les facilite la salida del país lo más barato posible tratándose de 30 mil dólares que solo cubrirían dos billetes. Ya que nuestro joven es el varón mayor es él quien viaja junto a su madre.
Finalmente consiguen llegar a Egipto donde no termina su viaje ya que al ser ilegales no aguantaran mucho y a demás necesitarán el inglés, idioma desconocido por la madre y muy poco por el niño. Será gracias a este pequeño conocimiento sobre el idioma el que les permitirá pasar las aduanas y llegar finalmente a Barcelona. Pasaron unos días eternos en Barcelona hasta que la Cruz Roja les ofrece asilo lo que les traerá a Torrelavega en Noviembre de 2012.Parece que aquí se pone el punto y final a esta historia pero no es así, y es que cuando llegan tienen que pedir protección internacional, traducido en tiempo; largos meses de espera, en los que no saben si van a poder permanecer aquí o van a tener que volver. Una vez que se lo dieron el objetivo principal era traer al resto de la familia. Mientras el joven se escolarizada, la madre consigue junto a la abogada consigue ponerse en contacto con la embajada española.
A punto de llegar a España, en el aeropuerto de Pakistán se les deniega a los hermanos poder volar por su entrada ilegal a este país. Gracias a la presencia de la representante diplomática española que se había involucrado en el tema pudieron volver a la embajada.Tras un mes intentándolo consiguieron el matasellos y pudieron viajar hasta Santander. Afortunadamente, hace un mes y medio esta familia se unió de nuevo y volvieron todos a sonreír, algo que parecían haber olvidado.
Aunque su padre sigue desaparecido y no saben nada de él desde hace 3 años, nuestro chico respira tranquilo al ver a sus hermanos felices en el instituto, a su madre en un taller de costura y a él mismo estudiando y luchando por el sueño que su padre quería ver hecho realidad: “Que su familia sea feliz y que sus hijos estén estudiando para tener mejor futuro del que él tuvo.”
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