Guillermo
Cánovas, el director del observatorio para el uso saludable de la tecnología es
una persona que lleva trabajando aproximadamente 20 años para niños y
adolescentes, en el marco de la comunidad educativa para minimizar estos
riesgos, y estudiar nuevos procesos de aprendizaje basados en la neurociencia y
delimitar los efectos que sobre nuestro cerebro están provocando. Pero el
avance tecnológico está dificultando nuestras capacidades para comprender estos
procesos. “Cuando te crees que sabes algo, parte de lo que sabes ya no es
válido, tienes que reciclarte y volver a empezar porque las herramientas
cambian, los usos cambian y las personas cambian”.
Profesor y
escritor, Cánovas es fundador de la organización de protección del menor
PROTEGELES y ha recibido, entre otros reconocimientos, el Premio UNICEF 2013
ala Protección de la Infancia
y la Cruz de la Orden del Mérito.
¿Es normal
que las generaciones analógicas se preocupen más por los riesgos de internet
que las jóvenes?
Yo creo que
es lógico, porque las generaciones analógicas son las que temen lo digital,
normalmente porque no lo conocen y no han vivido con ello desde pequeños.
Entonces, les preocupa especialmente, pero cuando naces en ese entorno le
tienes menos miedo y lo conoces mejor. Es normal que los que no han vivido y
crecido de esta manera lo tengan más respeto. También hay otra cuestión, se
trata normalmente de adultos, que tienen una experiencia vital que les permite
anticiparse a determinados riesgos y situaciones conflictivas que a lo mejor
cuando eres niño o adolescente no ves tan claro, y ellos sí pueden ver agujeros
de seguridad que te cuesta cuando eres más joven.
¿Cómo
podemos evitar el exceso de información y cómo podemos distinguir cuando la
información es falsa?
Es
complicado, porque requiere el conocimiento de técnicas de curación de
contenidos, es decir, el principal problema de esta generación es el exceso de
información. Ahora en Google se encuentran 50 o 60 millones de enlaces con cada
búsqueda y ¿qué hacemos con todos ellos?.
Google no organiza la información por orden de importancia, entonces es
necesario conocer y desarrollar técnicas que te permiten afinar las búsquedas.
Hay muchos tipos: el uso de las comillas, el uso de ordenes específicas a Google
para decirle que busque en sitios educativos, la búsqueda de documentos, la
búsqueda de palabras eliminando determinados términos en la búsqueda o
añadiendo términos nuevos dentro de esa búsqueda. Y las técnicas de verificación de la información funcionan
parecido. Hay sitios en internet donde se puede ver quién es el autor de una
página y ver si tiene conocimientos o no, porque aparece referenciada en algún
sitio como un catedrático o una persona que tiene información, un experto.
¿Las
acciones e incoherencias de Trump son una anécdota o una tendencia?
Refiriéndonos a manipular a la población por medio de internet
Ahora con
el tema del big data, el uso y manejo de información personal con finalidades
políticas va a ser algo habitual, es decir, se marca una tendencia que ya
existía, pero ahora se agudiza en el uso de la información sobre los ciudadanos
para lanzar mensajes determinados. Este es el resultado del manejo brutal de
datos de la gente que hay en internet. Para mí, el problema es que una buena
parte de la responsabilidad es nuestra pues nosotros estamos aceptando esas
reglas de juego y estamos facilitando información nuestra. Entonces,
necesitamos tener conciencia y un espíritu mucho más crítico a la hora de
conectarnos a internet y poner nuestra vida a disposición de empresas,
entidades de inteligencia, etc. Creo que aquí nos falta mucho por hacer en
educación.
¿Cómo
interfiere la comunicación digital en la gente? ¿Las personas se pueden
entender igual hablando en persona que comunicándose por internet?
No se
pueden comunicar igual porque en la comunicación cara a cara existe un factor
muy importante que es la comunicación no verbal. A partir de su tono de voz,
gestos, silencios… podemos deducir cosas sobre esa persona, es decir, desde la
posición en la que se encuentra esa persona cuando está hablando contigo hasta
la forma en la que te mira. Todo eso es comunicación. Esa comunicación no
existe en internet, pero se puede aprender a utilizarlo para que la
comunicación sea casi tan real como cara a cara. Para ello es necesario saber
cómo funciona y ponerlo en práctica, por ejemplo, una de las cuestiones básicas
con la que insistimos a la gente son los emoticonos, que te permiten tener
clara la intencionalidad de la otra persona.
¿Cuál es la
relación entre la tecnología y el cerebro?
La
tecnología influye en la configuración del cerebro, desde tecnologías muy
básicas como la máquina de escribir hasta las tecnologías actuales. Todas ellas
tienen capacidad para cambiar la configuración del cerebro ya que es
extremadamente plástico, es decir, tiene posibilidad de adaptarse a las
circunstancias. Lo que no sabemos, porque no tenemos adultos que hayan pasado
su infancia usando tecnologías de este tipo, es lo que puede provocar en los
adultos del futuro. Así que tenemos que asumir que ahora se está experimentando
ya que se están usando un montón de herramientas generalizadas con niños muy
pequeños sin saber qué consecuencias tendrán a largo plazo. Aunque algunas sí
que las vamos conociendo poco a poco. Tenemos un problema hoy de compresión
lectora en internet en muchos casos. Sabemos que el tema de la multitarea está
resultando muy conflictivo porque no es posible leer dos pantallas a la vez de
tal forma que tú lo que haces es leer una y después otra. Si lo haces durante
horas van a surgir una serie de problemas, el primero son los errores o la dificultad
para centrarse durante mucho tiempo en un mismo tema, la sobrecarga cognitiva.
Así tu cerebro no tiene tiempo de profundizar en un tema, memorizar y guardar
esa información, sino que está saltando de un modo superficial. Luego, el
cerebro tiene que reiniciar, es decir, tiene que acordarse de lo que ha estado
haciendo en una pantalla, recordar por dónde iba y por qué y a partir de ahí,
continuar. Es decir, hay procesos que sabemos que se están viendo realmente
afectados por el uso de la tecnología. ¿Hasta dónde llegará? No sé sabe aún, lo
que sabemos es que la tecnología influye y cambia la configuración del cerebro.
¿Qué
efectos producen los likes de las redes sociales en el cerebro y cuando no
tenemos la respuesta esperada que puede ocurrir?
Este es un
tema apasionante porque nos llama mucho la atención como la gente más joven
presta tanta atención a este tema. En realidad, es bastante lógico ya que un
like no deja de ser la valoración de gente y, sobre todo, en la adolescencia la
gente es muy sensible a lo que piensan y opinan los demás. De hecho, una buena
parte de la autoestima se va configurando en función de lo que los demás te
transmiten, entonces la influencia de los demás es verdaderamente importante en
determinadas ocasiones. Lo que sucede hoy en día es que los “me gusta” se han convertido en un método
para determinar el nivel de popularidad, de tal manera que, ahora existe la
tendencia de contar primero el número de seguidores, luego el número de likes y
posteriormente el número de comentarios. Entonces, esto ya no responde
solamente al tema de la autoestima, es una cuestión mucho más social. Además,
se está estudiando cómo funciona cuando son recibidos e interpretados por el
cerebro, ya que en la mayoría de los casos generan una sensación de
satisfacción, e incluso de euforia.
¿Cree que
la educación y la tecnología están muy ligadas?
La
tecnología y la educación pueden y deben ir de la mano porque la tecnología
puede favorecer muchísimo a la educación. La tecnología nos permite
personalizar la formación, y dejar de considerar que todos los alumnos son
exactamente iguales y que sus calificaciones deben ser iguales en el mismo, es
decir, creo que la gente tienen distintos ritmos para entender las cosas, para interiorizar conceptos, y la educación
personalizada da muchos mejores resultados. Por otro lado, el trabajo
colaborativo mejora el rendimiento ya que la repetición sistemática de
conceptos que luego son olvidados no es un formato para evaluar a la gente. La
memoria hay que trabajarla pero la educación no puede estar concebida toda ella
entorno a la memorización de conceptos que se escupen en un examen y después se
olvidan. Ahora mismo, el problema es que hemos dejado la tecnología relegada al
entorno del ocio, entonces, la gente joven utiliza la tecnología para
divertirse, cuando las mayores posibilidades de la tecnología no están ahí:
cosas como interactuar con los alumnos con una app para saber si han entendido
el contenido que acabas de explicar o también hay muchas personas que no pueden
acceder a la universidades y están accediendo a la información y a carreras por
medio de entornos digitales. Y desde luego la tecnología no es una moda, es una
cosa que va a estar cada vez más presente en nuestras vidas.
Mario González,
Mario Pisano
Colegio La Paz , Torrelavega (Cantabria)
Imagen de
portada La Voz de
Galicia, imágenes interiores Lucas Criado
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