miércoles, 17 de mayo de 2017

Guillermo Cánovas



Guillermo Cánovas, el director del observatorio para el uso saludable de la tecnología es una persona que lleva trabajando aproximadamente 20 años para niños y adolescentes, en el marco de la comunidad educativa para minimizar estos riesgos, y estudiar nuevos procesos de aprendizaje basados en la neurociencia y delimitar los efectos que sobre nuestro cerebro están provocando. Pero el avance tecnológico está dificultando nuestras capacidades para comprender estos procesos. “Cuando te crees que sabes algo, parte de lo que sabes ya no es válido, tienes que reciclarte y volver a empezar porque las herramientas cambian, los usos cambian y las personas cambian”.

Profesor y escritor, Cánovas es fundador de la organización de protección del menor PROTEGELES y ha recibido, entre otros reconocimientos, el Premio UNICEF 2013 ala Protección de la Infancia y la Cruz de la Orden del Mérito.


¿Es normal que las generaciones analógicas se preocupen más por los riesgos de internet que las jóvenes?

Yo creo que es lógico, porque las generaciones analógicas son las que temen lo digital, normalmente porque no lo conocen y no han vivido con ello desde pequeños. Entonces, les preocupa especialmente, pero cuando naces en ese entorno le tienes menos miedo y lo conoces mejor. Es normal que los que no han vivido y crecido de esta manera lo tengan más respeto. También hay otra cuestión, se trata normalmente de adultos, que tienen una experiencia vital que les permite anticiparse a determinados riesgos y situaciones conflictivas que a lo mejor cuando eres niño o adolescente no ves tan claro, y ellos sí pueden ver agujeros de seguridad que te cuesta cuando eres más joven.

¿Cómo podemos evitar el exceso de información y cómo podemos distinguir cuando la información es falsa?

Es complicado, porque requiere el conocimiento de técnicas de curación de contenidos, es decir, el principal problema de esta generación es el exceso de información. Ahora en Google se encuentran 50 o 60 millones de enlaces con cada búsqueda y ¿qué hacemos con todos ellos?.  Google no organiza la información por orden de importancia, entonces es necesario conocer y desarrollar técnicas que te permiten afinar las búsquedas. Hay muchos tipos: el uso de las comillas, el uso de ordenes específicas a Google para decirle que busque en sitios educativos, la búsqueda de documentos, la búsqueda de palabras eliminando determinados términos en la búsqueda o añadiendo términos nuevos dentro de esa búsqueda. Y las técnicas de  verificación de la información funcionan parecido. Hay sitios en internet donde se puede ver quién es el autor de una página y ver si tiene conocimientos o no, porque aparece referenciada en algún sitio como un catedrático o una persona que tiene información, un experto.




¿Las acciones e incoherencias de Trump son una anécdota o una tendencia? Refiriéndonos a manipular a la población por medio de internet

Ahora con el tema del big data, el uso y manejo de información personal con finalidades políticas va a ser algo habitual, es decir, se marca una tendencia que ya existía, pero ahora se agudiza en el uso de la información sobre los ciudadanos para lanzar mensajes determinados. Este es el resultado del manejo brutal de datos de la gente que hay en internet. Para mí, el problema es que una buena parte de la responsabilidad es nuestra pues nosotros estamos aceptando esas reglas de juego y estamos facilitando información nuestra. Entonces, necesitamos tener conciencia y un espíritu mucho más crítico a la hora de conectarnos a internet y poner nuestra vida a disposición de empresas, entidades de inteligencia, etc. Creo que aquí nos falta mucho por hacer en educación.

¿Cómo interfiere la comunicación digital en la gente? ¿Las personas se pueden entender igual hablando en persona que comunicándose por internet?

No se pueden comunicar igual porque en la comunicación cara a cara existe un factor muy importante que es la comunicación no verbal. A partir de su tono de voz, gestos, silencios… podemos deducir cosas sobre esa persona, es decir, desde la posición en la que se encuentra esa persona cuando está hablando contigo hasta la forma en la que te mira. Todo eso es comunicación. Esa comunicación no existe en internet, pero se puede aprender a utilizarlo para que la comunicación sea casi tan real como cara a cara. Para ello es necesario saber cómo funciona y ponerlo en práctica, por ejemplo, una de las cuestiones básicas con la que insistimos a la gente son los emoticonos, que te permiten tener clara la intencionalidad de la otra persona.

¿Cuál es la relación entre la tecnología y el cerebro?

La tecnología influye en la configuración del cerebro, desde tecnologías muy básicas como la máquina de escribir hasta las tecnologías actuales. Todas ellas tienen capacidad para cambiar la configuración del cerebro ya que es extremadamente plástico, es decir, tiene posibilidad de adaptarse a las circunstancias. Lo que no sabemos, porque no tenemos adultos que hayan pasado su infancia usando tecnologías de este tipo, es lo que puede provocar en los adultos del futuro. Así que tenemos que asumir que ahora se está experimentando ya que se están usando un montón de herramientas generalizadas con niños muy pequeños sin saber qué consecuencias tendrán a largo plazo. Aunque algunas sí que las vamos conociendo poco a poco. Tenemos un problema hoy de compresión lectora en internet en muchos casos. Sabemos que el tema de la multitarea está resultando muy conflictivo porque no es posible leer dos pantallas a la vez de tal forma que tú lo que haces es leer una y después otra. Si lo haces durante horas van a surgir una serie de problemas, el primero son los errores o la dificultad para centrarse durante mucho tiempo en un mismo tema, la sobrecarga cognitiva. Así tu cerebro no tiene tiempo de profundizar en un tema, memorizar y guardar esa información, sino que está saltando de un modo superficial. Luego, el cerebro tiene que reiniciar, es decir, tiene que acordarse de lo que ha estado haciendo en una pantalla, recordar por dónde iba y por qué y a partir de ahí, continuar. Es decir, hay procesos que sabemos que se están viendo realmente afectados por el uso de la tecnología. ¿Hasta dónde llegará? No sé sabe aún, lo que sabemos es que la tecnología influye y cambia la configuración del cerebro.




¿Qué efectos producen los likes de las redes sociales en el cerebro y cuando no tenemos la respuesta esperada que puede ocurrir?

Este es un tema apasionante porque nos llama mucho la atención como la gente más joven presta tanta atención a este tema. En realidad, es bastante lógico ya que un like no deja de ser la valoración de gente y, sobre todo, en la adolescencia la gente es muy sensible a lo que piensan y opinan los demás. De hecho, una buena parte de la autoestima se va configurando en función de lo que los demás te transmiten, entonces la influencia de los demás es verdaderamente importante en determinadas ocasiones. Lo que sucede hoy en día es que los  “me gusta” se han convertido en un método para determinar el nivel de popularidad, de tal manera que, ahora existe la tendencia de contar primero el número de seguidores, luego el número de likes y posteriormente el número de comentarios. Entonces, esto ya no responde solamente al tema de la autoestima, es una cuestión mucho más social. Además, se está estudiando cómo funciona cuando son recibidos e interpretados por el cerebro, ya que en la mayoría de los casos generan una sensación de satisfacción, e incluso de euforia.


¿Cree que la educación y la tecnología están muy ligadas?

La tecnología y la educación pueden y deben ir de la mano porque la tecnología puede favorecer muchísimo a la educación. La tecnología nos permite personalizar la formación, y dejar de considerar que todos los alumnos son exactamente iguales y que sus calificaciones deben ser iguales en el mismo, es decir, creo que la gente tienen distintos ritmos para entender las cosas,  para interiorizar conceptos, y la educación personalizada da muchos mejores resultados. Por otro lado, el trabajo colaborativo mejora el rendimiento ya que la repetición sistemática de conceptos que luego son olvidados no es un formato para evaluar a la gente. La memoria hay que trabajarla pero la educación no puede estar concebida toda ella entorno a la memorización de conceptos que se escupen en un examen y después se olvidan. Ahora mismo, el problema es que hemos dejado la tecnología relegada al entorno del ocio, entonces, la gente joven utiliza la tecnología para divertirse, cuando las mayores posibilidades de la tecnología no están ahí: cosas como interactuar con los alumnos con una app para saber si han entendido el contenido que acabas de explicar o también hay muchas personas que no pueden acceder a la universidades y están accediendo a la información y a carreras por medio de entornos digitales. Y desde luego la tecnología no es una moda, es una cosa que va a estar cada vez más presente en nuestras vidas.



Mario González, Mario Pisano
Colegio La Paz, Torrelavega (Cantabria)

Imagen de portada La Voz de Galicia, imágenes interiores Lucas Criado

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