En la última etapa (392-476) del Imperio romano Occidental, quien por lo general detentó el poder real fue el magister militum utriusque praesentalis utriusque praesentalis (algo así como “el maestre de toda la milicia presencial”), aquel que dirigía el ejército imperial de campaña aposentado en Milán: Arbogasto (391-4), Estilicón (395-408), Constancio III (410-21), Castino (422-5), Aecio (434-54). Ricimero fue el último gran magister militum. Era un príncipe germano, hijo de un suevo y una hija del rey Walia de los visigodos (415-8), cuya muerte y la restauración del linaje real de Alarico tal vez llevó a la familia a entrar al servicio imperial. Ricimer sirvió bajo Aecio, cuya asesinato (454), seguido de la de su asesino, el emperador Valentiniano III (marzo 455), y la proclamación del asesino de éste, Petronio, como emperador, propiciaron el ascenso de Ricimero.
2º. Petronio duró tres meses, muriendo durante el saqueo vándalo de Roma (mayo 455). El anciano magister que había enviado a buscar ayuda de los godos, Eparquio Avito, fue proclamado emperador(junio 455). Pero entonces, Ricimer era “comes rei militaris” o “compañero” o general de las tropas de Italia, y su amigo Mayoriano era el “comes domesticorum” o “compañero de los domésticos”, el jefe de la guardia imperial. No se sabe si los nombró Petronio o Valentiniano III, que había visto a Mayoriano como posible esposo de su hija, y eventual sucesor. Ricimer, con un ejército de romanos, federados bárbaros y mercenarios, partió (456) a contener las incursiones vándalas, batiéndolos en Sicilia y Córcega. Amparado en su prestigio, retornó a Italia, y junto a su amigo Mayoriano, encabezó una rebelión contra el emperador Avito, que por su origen galo, nunca fue popular entre los senadores romanos, derrocándolo (sep. 456). El Imperio occidental quedó vacante unos meses, que coincidió con la muerte del emperador oriental. Elegido uno nuevo en Constantinopla, León I(enero 457), quiso gobernar todo el Imperio: para ganarse a Mayoriano y Ricimer, los elevó al rango de magister militum. Pero una victoria de Mayoriano sobre una incursión de germanos hizo que sus tropas lo aclamasen emperador (abril 457), y León I finalmente lo reconoció como colega.
3º. Mayoriano, a pesar de su juventud, era muy enérgico y consciente de los problemas del Imperio. Implementó una serie de medidas destinadas a restaurar el Imperio (canceló impuestos atrasados, limitó la corrupción de los recaudadores), aunque muchas de esas medidas le garantizaron la enemistad de los latifundistas y senadores italianos. Pero su prestigio militar le mantuvo en el poder: venció una invasión vándala de Italia (457), a los godos y burgundios en la Galia (458), conteniendo su expansión, y logró ganarse el favor de los nobles galoromanos partidarios de Avito. Luego, marchó a Hispania (459-61) donde organizó una gran flota para invadir África y atacar a los vándalos. Pero en mayo del 461, la flota vándala, “con ayuda de traidores” según el coetáneo historiador Hidacio, destruyeron la flota romana en un ataque por sorpresa. Muchos apuntan a Ricimer. Éste había quedado al mando de Italia; había pensado ejercer una gran influencia en el gobierno, pero sus celos debieron aumentar conforme su amigo Mayoriano obtenía muchas victorias, y el recuerdo y prestigio de las victorias de Ricimer en el 456 se iba difuminando. Arruinado, Mayoriano despidió a su tropas germanas y regresó a Italia en agosto del 461 para implementar reformas y recaudar dinero. Para su desgracia, Ricimer se puso al frente de la oposición senatorial, y olvidando todas las leyes de la amistad y la lealtad, traicionó a su amigo y emperador, lo detuvo, lo humilló y torturó durante varios días, y finalmente lo ejecutó en septiembre del 461.
4º. Ricimer, por germano y hereje de arriano no podía aspirar a emperador, así que optó por proclamar un emperador títere, Libio Severo (nov. 461). Pero el nuevo régimen no fue reconocido ni por Constantinopla, ni por los generales Egidio en la Galia ni Marcelino en Iliria, que leales a Mayoriano, no aceptaron al asesino y de facto separaron sus provincias del Imperio, mientras godos y burgundios se expandía, cortando la comunicación de Hispania y la Galia con el Imperio, reducido a Italia. Sin embargo, la contundente victoria de Ricimer (feb. 463) sobre una invasión alana de Italia, afianzó su poder, tanto que al morir Libio de forma natural (nov.465), Ricimero pudo gobernar año y medio sin emperador, hasta que finalmente, tras negociar con Constantinopla, aceptó (marzo 467) a su candidato como emperador, Procopio Antemio, con cuya hija Alipia se casó Ricimero.
5º. Antemio y la corte de Constinopla venían con un gran plan: retomar la fallida iniciativa de Mayoriano en 461 de aplastar a los vándalos, acabar con su piratería, y recuperar África, la provincia más rica del Imperio occidental. Como dice el historiador Heather, “un Occidente renacido y basado en la posesión de Italia, África, la mayor parte de Hispania y grandes porciones de la Galia era una perspectiva formidable. En la década de 460 aún no estaba todo perdido: una campaña exitosa contra los vándalos podría haber detenido el círculo vicioso del deterioro”. Para ello organizaron una inmensa flota de 1100 navíos de guerra y transporte, con unos 30.000 soldados y 20.000 marinos. Los gastos ascendieron a 46.720 kg de oro, pagados casi todos por Constantinopla. La flota fondeó en el cabo de Bonn (cerca de Cartago), los vándalos pidieron negociar... y entonces, de nuevo, atacaron la flota por sorpresa, enviado brulotes (navíos cargados de material inflamable ardiendo). La inmensa flota romana fue pasto del caos: muchos barcos ardieron, otros fueron apresados, hundidos o huyeron tras cortar las anclas. La flota quedó desintegrada, y todavía en el 474, las arcas del Imperio oriental estaban vacías, y por ello, Constantinopla no pudo intervenir para ayudar a Occidente; el cual, sin dinero, vio como muchas guarniciones fronterizas se desintegraban, y los godos de la Galia aprovechaban para expandirse.
6º Además, la relación entre Ricimer y Antemio, nunca había sido buena; se rompió en el 470, cuando el emperador ejecutó por traición al magister officiorum (maestre de las oficinas imperiales), partidario de Ricimer, éste se retiró de Roma (donde Antemio había fijado su capital, en lugar de Rávena) a Milán con sus 6.000 foederati bárbaros, y sólo a intervención del obispo Epifanio logró evitar la guerra. Pero al ser aniquilado el ejército de Antemio por los godos en Arlés (471), Ricimero aprovechó para poner asedio al emperador en Roma durante meses (472). El emperador de Constantinopla trató de mediar, pero cometió un grave error en la elección del embajador: Anicio Olibrio. No sólo era de un linaje antiguo y rico, sino que estaba casado con Placidia, hija del emperador Valentiniano III, una auténtica princesa imperial nieta, bisnieta y tataranieta de emperadores; y cuya hermana estaba casada con el heredero del rey de los vándalos, que ya había intentado que Ricimero reconociese a Olibrio como emperador en 461 y 465. Así, Ricimer enseñó a Olibrio una carta del emperador oriental León dirigida a Antemio, dónde este instaba a matar a Ricimer y a Olibrio, para deshacerse de un posible rival. Fuese o no cierta, Ricimer convenció (de buenas o a la fuerza) a Olibrio, al que proclamó emperador.
7º En julio del 472, el magister de las Galias, el príncipe burgundio Gundebaldo, que era sobrino del propio Ricimer, fue en su ayuda, con lo que Roma fue tomada y saqueada por Ricimer, y el emperador Procopio Antemio ejecutado. Ricimer murió al poco, el 19 de agosto del 472 de forma natural. Durante varios años (456-72) fue el general en jefe de los ejércitos de Italia, y por tanto, la figura principal de poder, y entre los años 461-72 fue el gobernante efectivo del Imperio occidental, en especial entre los años 461-7. Basó su poder en las huestes de foederatigermanos (unos 6.000) y en su alianza con los intereses de la nobleza senatorial latifundista. Pero su mayor contribución, en especial durante los interregnos (456-7, 461, 465-7) fue demostrar que Italia, el centro neurálgico del Imperio occidental, podía ser gobernada sin un Emperador. Como magister le sucedió su sobrino Gundebaldo, que al morir el emperador Olibrio (nov. 472), gobernó durante unos meses sin emperador, hasta proclamar a Glicerio (marz.473). Pero cuando murió su padre, Gundelbaldo vio más futuro siendo rey del pequeño reino burgundio que magister del Imperio, y se marchó. Tenía razón, pues fue rey durante 43 años; en cambio, el Imperio sólo duro 3 años más, cuando otro general bárbaro, Odoacro, tras deponer al joven emperador Rómulo Augústulo (476), decidió gobernar sin emperador pero con apoyo de la nobleza senatorial italiana, y envió las insignias imperiales al arruinado emperador de Constantinopla, que tuvo que aceptar los hechos consumados, y reconocer a Odoacro como gobernante de Italia.
Atentamente, el autor ©Jose Miguel Delgado Valerio. Grupo de Facebook legiones romanas
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