Borja ha
sido siempre mi amigo, yo creo que incluso antes de yo saberlo. Borja esta
ahora en el hospital con la tibia y el peroné roto Es jugador de fútbol, y creo
que ese no es su sitio. Primero tuvo problemas en su club , por no pasar por el
aro de ciertas costumbres ya admitidas, y castigado al equipo B. Luego, su
calidad, le ha hecho blanco fácil de los cazadores de área. Pensé en
entrevistarle, pero he creído mejor que el os cuente su historia.
”Este
documento esta enfocado desde mi experiencia en el mundo de las categorías
inferiores del fútbol. Mi carrera deportiva no ha sido muy extensa, apenas de
tres años,pero en ese poco tiempo he sido testigo y he sufrido las injusticias
que se producen en estas categorías inferiores y a la vez la violencia que se
desata en estos partidos por parte de los jugadores y lo que es aun mas
lamentable,del publico. Una parte de esta situación son los árbitros.
Infravalorados, aunque culpables de los que ocurre en los campos. Y que decir de
los clubs, sus “trapicheos” y sus “directivas”, que juegan a reyes del mundo,
desde un reino del tamaño de su sensibilidad.
Lo pero, es
evidente en mi caso, es la violencia que existe en estas categorías. Creo que
la culpa de que este hecho este tan arraigado comienza en las ordenes de los
entrenadores ya que animan el juego duro incluso sucio por parte de sus
jugadores sin pensar en la integridad fisica del contrario, y en la parte
educativa que debe tener todo deporte. Pero este es un mundo muy competitivo,
en el que muchos esperan labrar su futuro, otros son los peones del poder de
sus directivas, y otros buscan la catarsis, el desahogo. Yo soy delantero y me
he enfrentado a autenticos matones que se olvidan del balon y se centran en
derribar al contrario,mientras es apoyado y aplaudido por su aficion y por su
entrenador. Incluso existen casos de equipos ya catalogados como “equipos
movida”lo que quiere decir que siempre que se juega contra ellos ocurren graves
incidentes violentos, puesto que son autenticas bandas de camorristas que van a
jugar para desahogarse golpeando a los contrarios sin ningún escrúpulo. Aquí
aparece la figura del árbitro, desde mi punto de vista los árbitros no hacen lo
suficiente para evitar el juego sucio ya que hay autenticas barbaridades de
entradas que son sancionadas de manera muy desigual, lo que provoca que la
violencia se mantenga en el juego,por no hablar de la actitud de algunos
árbitros, que da la impresión de que vienen a exhibirse, tratando a los
jugadores de una manera aborrecible,lo que encrespa aun mas los ánimos de los
equipos participantes. En algunos encuentros incluso aparece la policía, ya que
es conocida la rivalidad entre esos equipos y siempre acaban a golpes.
La
violencia no existe solo dentro del terreno de juego, lo que es peor, se fragua
en las gradas. Lo mas habitual y de lo que nunca carece un partido es de los
insultos que recibe el arbitro, hecho sin mayor trascendencia porque el arbitro
no suele contestar, aunque desde mi punto de vista, esto afecta al ambiente que
rodea el juego y al grado de objetividad del colegiado debido al miedo de las
amenazas del publico o por el “favoritismo” que puede desarrollar hacia un
equipo si esta siendo recriminado por la aficion .Esto seria simplemente
violencia verbal,pero no es la unica que aparece, las peleas entre el publico
de los diferentes equipos suele convertirse en autenticas batallas en las que
suelen participar posteriormente los jugadores. La afición de algunos equipos
consta de una minoría de padres y de una gran mayoría de chavales que solo van
con animo de pelea, llevando palos, cascos de moto y demás…
Todos estos
hechos hacen que el juego no se pueda desarrollar con normalidad y exista el
miedo dentro del campo de fútbol, algo que debería solventarse con el aumento
de las sanciones a los jugadores y a los clubes, y así controlar el buen
desarrollo del futbol en estas categorías. Pero no nos engañemos, la sanción no
es la única salida. Aquellos que dirigen el fútbol deben ser conscientes de su
labor formadora, y de su responsabilidad. Es un juego, que a mi me apasiona,
pero mi vida no depende de él, ni la de nadie.
Los abusos
y las injusticias también los puedes vivir en tu propio club. Es normal que los
clubes, en ligas inferiores tengan varios equipos (A, B). Yo jugué una
temporada en el B de juveniles, y existía el A, que jugaba en liga nacional. El
caso es que es el A era el equipo privilegiado del club, el que se llevaba todo
tipo de atenciones, mientras que el mío dependía de las decisiones y caprichos
del entrenador de liga nacional sin pensar en las necesidades del segundo
equipo e incluso cuando el primer equipo no lo necesitaba .Por poner un
ejemplo: el primer equipo juega un amistoso y se lleva a tres de los mejores
jugadores de mi plantilla, mientras mi equipo esta en plena competición y tiene
que afrontar un partido solo con once jugadores, esto es apoyado por la
directiva que nos limita el uso del campo de hierba a un partido por temporada
mientras el equipo de nacional goza de plena libertad. Incluso a la hora de
entrenar nos marginan en un espacio muy reducido y sin el equipamiento que
acapara el primer equipo. Estas son parte de las injusticias que mi equipo
recibía y que a provocó que mi entrenador se planteara su continuidad en el
club. ¿Por que?. Tener varios equipos de base ayuda a la hora de obtener
subvenciones de la administración. Nada más, ahí se acaba el interés por ellos.
Es solo mi
pequeña experiencia, pero no me equivoco si te digo que no es única. Y cuanto
mas pequeño es el equipo. Las directivas se hacen dueñas y señoras del control
del equipo intentando alcanzar sus objetivos personales, sin prestar atención a
las necesidades de sus categorías inferiores, cueste lo que cueste y caiga
quien caiga”.
Álvaro Gutiérrez
Imagen blogdeporte.es
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