Concluida la Guerra Civil española, estuvo a punto de materializarse una alianza ofensiva entre la España de Francos y la Alemania Nazi. Solo, parece ser, las altas exigencias de Franco, en cuanto a los beneficios que le reportaría el fin de la Guerra, dieron la traste con esta alianza, máxime cuando el líder nazi desconfiaba de un ejército, como el español, recién salido de un conflicto de desgaste y mal pertrechado.
Sin embargo las conversaciones tuvieron un fruto, una unidad expedicionaria española que actuaría junto a las alemanas, en señal de buena voluntad. El cuerpo de ejército tomo el nombre de División Azul, y combatiría en el frente ruso, el más cruel.
El 10 de Febrero de 1943 se produciría el combate mas sangriento en el que participaron estas tropas españolas de toda la Segunda Guerra Mundial; y tras estos combates se cambiaria la imagen de los voluntarios de la división azul tanto para el ejercito rojo soviético como para el ejercito alemán. Ese día dejaría más de 1000 muertos y cerca de 2232 heridos y desaparecidos.
El 19 de Agosto de 1942 el General Grandes recibe órdenes de trasladar a la División hasta los alrededores de Leningrado para reforzar el anillo que cercaba la ciudad desde el 8 de Septiembre de 1941. Tras ser trasladados a la línea del frente, el 7 de septiembre relevan a la 121ª División, ocupando sus búnkers y posiciones a lo largo de 17 km de frente, en la línea del ferrocarril Moscú-Leningrado. Se desplegaron 14.600 divisionarios, casi un tercio de la división azul al completo.
El ejército rojo subestimo terriblemente la capacidad y tenacidad española en sus planes previos a la batalla. No hay más que leerlos. Pretendían quebrar la línea defensiva hispano germana justo en el punto de unión entre las líneas de dichas nacionalidades y, una vez conseguido esto, barrer a la división azul y abrir una brecha hasta Krasny Bor.
Posiblemente acostumbrados a divisiones extranjeras menos experimentadas, como las divisiones belgas o noruegas, con las que ya se habían enfrentado, los rusos subestimaron a la 250ª, asignaron para romper una línea de 17 Km de frente a tan sol dos divisiones la 63ª y 45ª, y en un inicio sin apoyo blindado.
La 72ª División forma el ala más occidental del ataque, con el objetivo de alcanzar las alturas de Putrolovo, y tras ellas el río Ishora por su ala izquierda, mientras que la derecha, una vez sobrepasada la carretera, giraría hacia Krasny Bor envolviendo la segunda línea española. Una vez eliminada la resistencia avanzarían hacia el sur evitando masas boscosas y girando luego hacia el este para así romper el cerco de Leningrado en la conocida como Operación Arco Iris. Para ello en la madrugada del 10 de febrero contaban con más de 33 000 hombres.
A las 6:45 horas del 10 de febrero la artillería soviética, llamada por ellos mismo EL ARMA DE LA GUERRA, comienza un devastador ataque de más de dos horas de duración. Tras aproximadamente hora y media de ataque, la artillería soviética eleva el tiro liberando así el frente de artillería pero evitando que nuevos efectivos de refresco alcancen las defensas más exteriores. Tras esto la infantería soviética se lanza al asalto apoyada por algunos tanques. Los soldados soviéticos seguros de que la artillería ha pulverizado las defensas españolas avanzan sin miedo. Y aunque las compañías del frente habían sufrido casi un 50% de bajas, heridos y no tan heridos toman sus armas y convierten cada cráter en una fortaleza.
Las 43ª, 45ª, y 63ª divisiones soviéticas se lanzan entonces contra Krasny Bor por su frente y su flanco derecho.
Las 72ª división, a su vez, atacaría el flanco izquierdo de la población y atacaría la carretera hacia Moscú. Mientras que los españoles intentaba contener el ataque. Aunque todos los intentos son inútiles, el enemigo es superior, Antes de las 12 de la mañana las dos primeras líneas defensivas son destruidas, aunque pequeños islotes de resistencia impiden una entrada masiva de tropas soviéticas. Estos son destruidos uno por uno`. Y es aquí es donde nace la leyenda de la defensa numantina de Krasny Bor con casos como el del capitán Huidobro, famoso por pedir a la artillería alemana fuego defensivo sobre su propia posición. Este nido defendido por apenas 20 soldados no fue destruido y se cuenta que sus gritos de “¡Esto no es nada, chicos. ¡No pasarán! ¡Somos españoles!” llegaban hasta el cuartel general. Avanzando paralelos a la carretera y el ferrocarril los rusos llegan hasta Krasny Bor. La situación se torna desesperante, pero, cuando todo parece perdido un contraataque de la infantería españoles armada con lanzallamas y cócteles molotov desaloja los tanques y las casas ocupadas de Krasny Bor. Los rusos abandonan la ciudad y justo en este momento las fuerzas rusas dudan. Dándose cuenta de esto, el Coronel Casado, jefe del 262 regimiento, organiza una línea defensiva al norte de Krasny Bor. Los restos de algunas compañías siguen resistiendo en los pequeños núcleos y el ejército rojo decide destruirlos antes de continuar su avance.
Mientras tanto el General Grandes de desgañita por conseguir apoyo aéreo y refuerzos, ninguna de sus peticiones serian escuchada.
Al poner el avance soviético en peligro real a todo el 18ª ejercito alemán, la petición de refuerzos es cursada y aprobada y al día siguiente, el 11 de enero, una compañía de asalto de Fallschirmjäger, La 374ª y 366ª de granaderos, una legíón letona, otra flamenca, dos regimientos de la 24ª división de infantería y al Tigergruppe del As Tiger Michael Wittmann avanzan para reforzar Krasny Bor.
El frente se estabiliza y el ejercito rojo intenta hacerse fuerte al otro la do del río Ishora, El general Esteban Infantes decide recuperar las posiciones perdidas y las 2ª,3ª y 4ª compañías cruzan el río y toman las posiciones perdidas. Al ser la presión soviética muy fuerte las abandonan a las dos horas y se refugian varios centenares de metros más atrás, en la "fabrica de papel". Esta distracción permite al General Infantes concentrar más fuerzas en Krasny Bor. Los ataque soviéticos siguen castigando las posiciones españolas, estos se concentran, fundamentalmente, sobre la fabrica de papel y Staraja Mysa, que al poco cae en manos soviéticas. El general Grandes tienen órdenes de recuperar el pueblo y para ello elige a la fogueada 1ª compañía que cruza el río a las 3 de la tarde y toma el pueblo. Tras esto los ataques enemigos vuelven a centrarse en el.
Al anochecer de ese mismo día son atacados por carros soviéticos y el capitán Urbano se lanza contra ellos, destruye el primero colando una granada por la escotilla y al segundo le coloca una mina en una de sus orugas. Al verse sorprendidos, cuentan los tanquistas soviéticos, por un solo hombre, el resto de la columna abandona el pueblo. Dicho capitán seria condecorado con la Cruz de Hierro de 1º Clase. En los días siguientes Staraja Mysa volvería a caer en manos soviéticas y el 18 de marzo el ejército rojo lanzaría otro ataque en gran escala, que seria un completo fracaso. La batalla de Krassny Bor había terminado. El balance final fue abrumador, alrededor de 3.300 bajas españolas, aun así, el ejercito rojo que contaba fuerzas más numerosas, incluyendo tropas blindadas, había fracasado y había sufrido en el intento casi 16.000 bajas, más de un tercio de sus fuerzas. Aunque el mando alemán pensó que Krasny Bor iba a ser otro
Stalingrado, el general vaticinó lo que iba a suceder cuando sus superior directo le pregunto si el frente aguantaría:
“Duro es el invierno, duros son los rusos, pero más duros somos nosotros”.
Imágenes La Gaceta
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